La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

viernes, 31 de diciembre de 2010

La sensación podría ser semejante a aquella que nos producía en los primeros años escolares el estreno de un cuaderno. Recuerdo vívamente el cuidado al escribir las primeras palabras poniendo toda la atención para hacer la mejor caligrafía. Pasábamos las hojas con cuidado de no arrugarlas... Así los primeros días, luego... pues poco a poco el cuaderno se llenaba de algunos borrones, alguna página arrancada, alguna arruguilla.

Siempre nos pasa igual. La novedad convoca a la ilusión y al esmero, trae consigo el cuidado y el deseo de hacer las cosas bien. Esta noche, al recibir el año nuevo, nos sentiremos un poco niños y niñas con un cuaderno nuevo, por estrenar, un cuaderno con 365 páginas en blanco, que huelen a nuevas y todos desearemos escribir cada uno de esos días con nuestra mejor caligrafía. Brindaremos por lo nuevo y desearemos que sea mejor que lo pasado.

Sin embargo, la vida no se detiene, es un fluir sin fin. Los segundos previos a las doce campanadas y los posteriores simplemente nos anunciarán que estamos vivos, que cada uno sigue teniendo ante sí la responsabilidad de continuar cuidando del regalo de la vida.

El nuevo año no traerá más novedad que aquella que nosotros queramos admitir en nuestra vida. El nuevo año es el resultado de la contabilidad del tiempo consensuada, pero la Vida es eterna e infinita y se manifiesta en nosotros y nos pide vivirla despiertos, en actitud de diario brindis y sorpresa. 

Cada noche debiéramos brindar en nuestro corazón por la vida, abrirnos a la vida nueva, que es más que el año nuevo.

Brindo con cada uno de vosotros y de vosotras por el continuum vital. Pido para cada uno y cada una la Sabiduría que viene de lo alto para saber vivir en plenitud. Pido en mi oración por los hermanos y hermanas para los que terminar un día es ya de por sí un milagro.

¡Feliz Vida!

2 comentarios:

Amaia dijo...

Cada día comienza en nosotros un nuevo año;una nueva vida...
Mi "propósito" para los próximos 365 días: transformar lo cotidiano en extraordinario y dar gracias cada día por el regalo de la Vida.

Feliz Año Y Feliz Vida

Amaia

Elena Andrés Suárez dijo...

Me uno a tu propósito. Un beso.