La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

martes, 24 de mayo de 2011

Dia-logo...

Hablemos, dije,
hablemos, dijiste
y tu palabra se puso encima de la mía y su peso
y su rabia, y su inquietud, y su ansia
ahogaron la mía...

Hablemos, por favor, te dije,
sí, hablemos, me respondiste
y no hubo silencios,
no hubo miradas ni desvelos,
tan sólo torrente de palabras rotundas,
espesas, de hierro y metal.

Hablemos...
pero callé, tuve que callar,
no había lugar para mi palabra sin pretensión de nada,
con ilusión de todo...

No, no hablemos,
no parloteemos,
seres irracionalmente racionales
que visten de palabra
miedos, dudas y rabias.

No hablemos,
no me arrojes tus miedos a mí,
no me los pongas encima ahogando mi esperanza,
mi sueño, mi pequeñez.

No hablemos,
mejor dialoguemos,
dejemos nacer desnuda la palabra,
dejémosla pequeña y temblorosa parir
un encuentro.

Que la palabra se revele vehículo
de la Palabra,
vehículo de una final palabra común.
Desvistámosla de acentos e imperativos,
dejémosla trémula ir y venir
sin darle demasiada entidad ni peso
al fin y al cabo... ¿qué son las palabras?
Sin ti y sin mí cáscara de nada son,
envoltorio de un vacío.

Dialoguemos, transmutemos las palabras en LOGOS,
que acontezca la trasfiguración de la palabra en encuentro.
Que se transubstancie el verbo en abrazo,
el sustantivo en Ser,
el adjetivo en alabanza y agradecimiento.

Dialoguemos, dejemos que la duda sea hermana
y acojamos su compañía.
Dialoguemos...
Sinfonía de silencios musicados por un Verbo
y, al final, mirémonos y quizá, abracémonos,
porque no hay dia-logo
si la palabra no se hace encuentro,
nuevo nacimiento.

2 comentarios:

Lara C. dijo...

Piel de gallina. Viviendo estos dias lo que se esta viviendo en Barcelona, me interpelan estas palabras mucho mas de lo que imaginas. Dialoguemos, dialoguemos, dialoguemos.

Elena Andrés Suárez dijo...

Larita querida, seguid adelante, gracias por llenar P. Catalunya de vida y de reivindicaciones. Un enorme abrazo que os abarque a todos.