La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

lunes, 2 de mayo de 2011

Lo esencial es invisible a los ojos...

...Solo se ve bien con el corazón. No hace falta decir de quién es esta frase, quizá una de las más hermosas de la literatura universal. Una sentencia en boca de un zorro que anhela una amigo, que pide ser domesticado... crear lazos... ¡qué hermosura!

EL zorro quiere un amigo pero no quiere atarlo, sino crear lazos, que el amigo sea como es y que él mismo pueda ser como es, por eso le pide ir poco a poco... suavecito... dejando el espacio necesario para que se dé la revelación de los lazos en su momento oportuno. Es por esta razón que le regala la frase al principito. Lo esencial de las relaciones, de la vida que fluye entre las personas, sólo se ve bien con el corazón.

Es importante aprender a cerrar los ojos físicos y permitir que se abra la mirada interior. Las cosas más importantes en la vida, lo esencial, como enseña el zorro al principito, descansa más allá de la superficie de los acontecimientos. Abrir la mirada interior supone hacer una camino de silenciamiento que permita que los esencial se revele. Cada persona, cada situación tienen una carga de misterio, de hondura, de belleza. Una mirada rápida o superficial, una mirada teñida del cúmulo de prejuicios, anticipaciones y prisas de la mente, actúa como una especie de velo que opaca esa hondura, que no permite ver realmente. Cuando somos capaces de ir más allá de las primeras apreciaciones conectando con la mirada del corazón, entonces todo se nos va revelnado porque caen los velos. La realidad se revela des-velándose. Es un proceso de desnudamiento, de pérdida de ropajes.

Sólo se ve bien con el corazón... ¿qué es el corazón? es el gran motor de nuestro cuerpo. En cada latido el corazón moviliza cantidades ingentes de energía. El latido del corazón materno nos acompaña durante nuestro crecimiento en su seno. Su sonido queda inscrito en el subconsciente de cada persona. Quizá por ello a nivel simbólico situamos en el corazón la sede de los sentimientos más profundos. Decimos "se me ha roto el corazón" o "me ha robado el corazón" o" te hablo con el corazón en la mano"... Nos queda algo por decir: "Te veo con el corazón". Es un paso cualitativamente distinto. Ver con el corazón significa atravesar las capas del ego, ir más allá de la pantalla de la mente que todo lo deforma con expectativas, con restos del pasado, con anticipaciones de futuro. Ver con el corazón es anclar la mirada en le presente y permitir que lo que es se nos revele.

Cuando el zorro regala al principito la frase, le está regalando mucho más. El zorro abre al principito la puerta de acceso a una forma de vida radicada más allá del ego y, por lo tanto, libre de miedos. Por eso el principito comprenderá que si quiere regresar con su rosa, a su planeta... a su casa, debe morir la parte de él que le limita. El principito se deja morder por la serpiente... acoje la muerte como paso a la nueva dimensión en la que no hay sino esencia y, por ello, total presencia. Por eso el aviador podrá ver a su querido principito en la estrella que brilla y el zorro lo encontrará en el color dorado del trigo...

Ver con el corazón nos abisma en la no-dualidad, en la experiencia de que somos parte de un Todo, como las cuentas del collar de Malinalli que ya comenté en otra entrada.

Ver con el corazón serena el interior, aquieta los pasos, nos confiere el ritmo exacto, el ritmo de las estaciones, el ritmo de las aves migratorias que saben cuando volar y cuando y donde descansar.

Ver con el corazón no nos hace ingenuos, pero sí devuelve al inocencia a la mirada. Mirar con el corazón desenmascara  los fantasmas que pueblan nuestro interior y nos hace ver que no tienen consistencia. Abrir la mirada interior ilumina el camino a través de las tinieblas que nos pueblan... Mirar con el corazón posibilita el perdón porque nos acerca al núcleo del amor.

"Lo esencial es invisible a los ojos, sólo se ve bien con el corazón"... Es como pintar en un  lienzo con agua.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Me ha gustado mucho lo de la mirada del corazón. A fin de cuentas desde el amor la realidad se percibe en su propia hondura.
Para los que tratamos de ser fieles al don gozoso de la fe, esa mirada puede ser desde el corazón de Dios. Entonces sí que la realidad cambia de forma sustancial. Cualquier persona, cualquier acontecimiento o situación leído o mirado desde el corazón del Padre tiene un porqué. Siempre seguiremos siendo, incluso la persona más olvidada, triturada, excluida, el gran sueño y proyecto de Dios. ¿Qué querrá Dios de esa persona con quien vivo o me he cruzado o que le he visto u oído a través de los medios?
Besarkada bat, Elena. Izan bihotz!
Felix

Elena Andrés Suárez dijo...

La mirada del corazón es la mirada de Dios..." el mirar de DIos es amar" dice S: Juan de la Cruz. Un fuerte abrazo, Felix.

Emi dijo...

Mirar con el corazón,
mirarnos con el corazón...
...es aceptación de lo que somos,
...es aceptación del que está al lado nuestro.
...es darse cuenta de lo que tenemos de bueno (más de lo que creemos).
...es darse cuenta de lo que podemos llegar a ser.
...es percatarnos del bien que hacemos a los demás con pequeños detalles cotidianos.
...es hacernos conscientes del bien que nos hacen quien nos encuentra en el día a día.
...es posibilidad de crear lazos sinceros con nosotros mismos y con los demás.
...es conciencia de que el ahora bien vivido es un después dichoso.
...es... es... es encuentro con...

Elena Andrés Suárez dijo...

Emilito... ¡qué belleza! mmmmmm...
El ahora bien vivido es un después dichoso... GRACIAS.

Amaia dijo...

En ocasiones llevamos una vida ocupada en consideraciones utilitaristas y superficiales que nos impiden llegar a comprender lo esencial: "cultivamos cinco mil rosas en un mismo jardín... y no encontramos lo que buscamos... Y sin embargo, lo que buscamos podría encontrarse en una sola rosa o en un poco de agua... Pero los ojos están ciegos. Es necesario buscar con el corazón". Sólo así se puede llegar a ver corderos a través de las cajas, descubrir en las acciones su trascendencia moral y humanizadora, ir más allá de las palabras, aceptar las espinas, es decir, las imperfecciones y defectos de los demás y descubrir el valor de lo no-útil.
Descubrir y prestar atención a lo cotidiano hace que las cosas ordinarias lleguen a adquirir un valor extraordinario.

Gracias una vez más Elena

Amaia

Elena Andrés Suárez dijo...

Preciosa y profunda reflexión... Gracias Amaia.