La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

domingo, 12 de junio de 2011

PENTECOSTÉS

TÚ ME SALVAS
Cuando me asaltan las sombras más oscuras,
Abortos de mi interior
Y, en medio de su pegajosa excrecencia,
Aplastada por ellas,
Arruinada la paz por ellas,
Perdidos los contornos por ellas,
Abiertas las puertas de mi infierno por ellas,
Desorientada por ellas,
En agonía por ellas,
Desnutrida por ellas,
Entristecida por ellas,
Sedienta por ellas,
Rota por ellas,
Amenazada por ellas,
Penetrada por ellas,
Temblando por ellas,
Inmovilizada por ellas,
Y a pesar de todo
Un fondo de paz
Vive en mi interior…
Tú me salvas,
De todo este dolor me rescatas,
Tú me salvas
Dándome nuevo aliento,
Como recién nacida
Aspiro la primera bocanada de aire
Que dilata mi pecho
Y abre mis pulmones.
Tú me salvas
Y puedo alzarme
Desembarazándome de tanto lastre,
De tanta pesadez acumulada.
Tú me salvas
No sé cómo…
Tú me llevas de la mano más allá
De las sombras…
Más allá
A un lugar de mí misma
Donde todo está bien,
Donde no existe el miedo
Sino tan sólo una profunda paz.
No sé cómo
Tú me salvas
Llegando conmigo
A un centro donde nadie más puede llegar
Tú me salvas
Pronunciando una palabra inaudible
Que nadie más puede pronunciar.
No sé cómo…
Tú me salvas.

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