La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

jueves, 21 de julio de 2011

LA BELLEZA SALVARÁ AL MUNDO

No sé qué es lo que llevaría a Dostoievski a afirmar que "la belleza salvará al mundo", pero sí sé lo que hoy me lleva a mí a exclamarlo: la belleza que anida en el interior del ser humano.

Somos bellos, no me cabe la menor duda. Con toda nuestra complejidad, frágiles, incoherentes, volubles, torpes para entender... pero bellos, pasmósamente bellos. Refulge de pronto en nuestra mirada todavía la inocencia del niño que fuimos y que aún vive dentro de nosotros. Se adivina en nuestros gestos el intento de decir aquello para lo que no encontramos palabras cuando el corazón se preña de sentimientos. Aún sufrientes o heridos, sacamos fuerza de flaqueza para abrazar el dolor de otros. Sin explicación para nosotros mismos, intentamos abrir para otros el camino de la comprensión. Enraizados en esta tierra, anhelamos el cielo. Ciudadanos de la finitud, creamos obras inmortales, ecos de lo infinito...

Me subyuga el ser humano. Me fascina. ¡Qué arrolladora belleza emerge de nosotros cuando dejamos alumbrar el Ser que nos habita, el Ser que somos!

No en vano somos hechura de Dios. ¡Embriagadoramente bella es la criatura que ha salido de su Seno!. Y esa Belleza salvará al mundo, lo sé, porque me salva a mí.

Me siento salvada por la belleza de mis hermanos y hermanas de camino. Algunos y algunas desde hace mucho y espero que para siempre, amigos, compañeros, otros, estrellas fugaces que iluminan mi noche y desaparecen dejando una estela de amor, de alegría, de consuelo... Me siento salvada, me vivo salvada, me sé salvada por mis semejantes. El milagro acontece cuando salgo al encuentro o me dejo encontrar. 

En tal belleza percibo a Dios, toco a Dios, le huelo y le gusto, le escucho... le encuentro. 

Que no me faltes tú, hermano, hermana, amigo, amiga... Que no me falte tu belleza, la que salvará al mundo porque está llena de la abundancia de Dios.

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