La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

jueves, 7 de julio de 2011

NOS LLAMARÁN REPARADORES DE BRECHAS

NOS LLAMARÁN REPARADORES DE BRECHAS (Is58,12)

Se nos cae la casa,
de tanto mirar hacia fuera,
tan preocupados estábamos
construyendo cercas y muros
que delimitasen nuestros límites.
Se nos cae la casa,
una aluminosis silenciosa
ha ido comiéndose la robustez
de sus paredes,
alguno avisó,
pero, ya se sabe,
la burocracia, los papeleos van despacio,
para cuando quisieron llegar los inspectores,
una pared se había caído a pedazos,
hubo heridos
y ya no quieren volver a vivir
a esta casa que ahora
intentamos mantener en pie.
Se nos cae la casa
y cuando cayó aquella pared
a algunos nos sorprendió ver
el paisaje abierto
que se extendía más allá.
Hubo quien aprovechó la apertura
de los límites
para ir a conocer a los vecinos:
unos cuantos no regresaron,
otros decoraron sus pisos
al estilo de lo que habían visto,
muchos reaccionaron cerrando sus puertas
a cal y canto:
que cuando caen paredes
bueno es que las puertas se cierren con candados.
Se nos cae la casa,
ante la evidencia
conozco vecinos que se pasan el día llorando
y lanzan gritos de espanto
ante cualquier pequeño crujido
y temen los portazos.
También sé de algunos
que han hecho de la queja
una especie de canto:
“Que ya lo decía yo”,
“que esto iba a pasar”
“que es culpa del vecino del quinto
y su gusto por las reformas...”
Se nos cae la casa,
un grupo de inquilinos
(que no de propietarios)
hemos decidido
bajar hasta los cimientos,
después visitar piso por piso
hasta llegar al terrado.
Anotaremos todo lo que veamos
y llamaremos a especialistas,
visitaremos a los vecinos,
a los que están más allá del cercado,
quizá tengan buenas ideas
sobre cómo reparar un edificio afectado.
Se nos cae la casa
y nos parece una buena oportunidad
para emprender una reforma a fondo,
de las que duran años,
viviremos entre polvo y ruidos
lo que sea necesario.
Nos llamarán reparadores de brechas
los que nos vean trabajando,
porque hemos decidido
arrimar el hombro y hacer de paletas
un rato, de fontaneros, lampistas,
y de lo que se nos tenga asignado,
que se nos cae la casa
si no hacemos algo.

9 comentarios:

Amaia dijo...

Sólo seremos capaces de advertir las brechas de la humanidad herida si logramos abrir brecha primero en nuestra propia "piedra",la que nos protege en nuestras luchas pero aprisiona nuestra verdad.

Feliz noche


Amaia

Elena Andrés Suárez dijo...

Exacto... dejarnos ir... dejarnos hacer, abrir nuestros espacios interiores, sólo así lo que construyamos nacerá libre, sólo así podremos irradiar algo verdadero.

MJ dijo...

Elena, gracias por publicarla.
Reparar brechas seguramente empezando por las propias. Hay tanto que reparar!
Pero lo mejor es la oportunidad que se nos ha dado para hacerlo.
un beso

Elena Andrés Suárez dijo...

M. José, bienvenida a esta pequeña "comunidad" virtual. La idea de publicar el poema me la diste tú al decirme que la habías utilizado con tus profes. Este blog quiere ofrecer también "material" para utilizar en la reflexión profunda. Un abrazo.

Ana dijo...

Sigo este blog desde hace poquito pero tengo que decir que me estoy enganchando...soy Ana, Carmelita Vedruna...acabo de llegar a vivir a Gasteiz...reparar brechas...del mundo, de nuestra sociedad, y ahora mismo de mi propio corazón...¡qué necesidad tiene este mundo de un corazón con más entrañas para que esto se haga realidad! Con más entrañas y más humildad porque si no empezamos con reparar nuestras brechas propias, por sanar nuestras heridas...no estaremos en ocndiciones de reparar y sanar las de los otros...Un abrazo

Elena Andrés Suárez dijo...

Ana, ongi etorri! Bienvenida a VItoria y bienvenida a este blog. Nos encantará recibir tus ideas, comentarios, sugerencias. Estos dias he estado con 160 profes de Vedrunas de la zona de Castilla y Extremadura. Un abrazo.

Ana dijo...

Hola Elena: Sé que han podido disfrutar de tu sabiduría todo ese grupo de profesores y quería haber estado ahí pero no ha podido ser porque trabajo en el colegio de Bilbao y no terminaba hasta hoy...me comformaré, de momento, con este espacio de encuentro...Un abrazo

Ramigomarc dijo...

Tienes razón Ana, pudimos disfrutar de la sabiduría de Elena. Yo también acabo de llegar a este blog (al volver del curso de Valladolid)

Elena Andrés Suárez dijo...

¡Vaya! ya somos 30 en esta mini-comunidad virtual... GRACIAS, por leer lo que os ofrezco, por comentarlo (eso le da vida al blog y me anima a seguir). GRacias por los piropos que siempre son bienvenidos. Lo de "sabiduría"... mmm... es comartir vida, sin más, intuiciones... que creo muchos compartimos. Bienvenido Ramigomarc.