La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

jueves, 22 de septiembre de 2011

"SOY ÚNICA E IRREPETIBLE"

Hoy, por fin, me he reencontrado con los chavales/as de la ESO. Primer Taller de Interioridad de este curso en Diocesanas, por delante me quedan semanas y semanas, unos mil chicos y chicas, uffff... ¡se dice pronto!

Pero todo se hace paso a paso, día a día, acogiendo el afán de cada conjunto de veinticuatro horas que llamamos "día". Y hoy, ellos y ellas, me han regalado mi primer taller. Treinta y dos chicos y chicas de primero de la ESO. Cada uno llega de colegios diferentes (Diocesanas no tiene Infantil ni Primaria). Cada uno con sus circunstancias a cuestas, pero todos con esas caritas de niños/as que aún conservan en este primer curso de la ESO. ¡Cómo me emociona y me gusta mirarles a los ojos! Aún hay ilusión, ganas, curiosidad, simpatía, frescura...¡que dure mucho, por favor!

Y así hemos comenzado porquito a poco. Una mañana completa en nuestra acogedora sala de interioridad (nuestro Barnegunea). Chavales movidos, parlanchines algunos, callados otros, observadores, algún repetidor que debe dejar claro que esto ya le viene pequeño pero que, al final, se lo pasa bien...

Y entonces ha llegado la perla de la mañana. Al comentar qué se llevaban del taller, Tatiana nos dice con una vocecita de esas que hay que hacer un enorme esfuerzo para poder escuchar qué dice: "A mí me el taller me ha confirmado que soy única e irrepetible". ¡Madre mía, Tatiana! ... ¿Tú ya sabes lo que has dicho, niña mía?

¿De dónde habrá sacado esta niña de ojos azules, tranquila, callada, que ella es única e irrepetible? ¿Es una experiencia que ella tiene o una idea que le han dicho?

Lástima que ha sonado el inexorable timbre y eso no perdona... Algo he podido decirles, sobretodo recordarles que es la verdad más verdadera: que cada uno, cada una son únicos y que la vida es eso, descubrir qué es lo que hace que yo sea único e irrepetible. Y, diciendoles esto desde lo más profundo de mi corazón, hasta los más dispersos y charlatanes se me han quedando mirando, y... sus ojos...¡cómo brillaban! 

Yo creo que estos niños nuestros necesitan que les digamos bien claro que son únicos, pero no sólo que se  lo digamos, mejor aún es que se lo hagamos sentir. Que les hagamos sentir que no son una foto y un expediente académico. Pero..¿acaso no lo necesitamos tú y yo? ¿Quién no siente una profunda ilusión y como un escalofrío que te recorre la espalda cuando alguien te trata con respeto, con ternura, cuando alguien te llama por tu nombre con cariño en medio de los pasillos del cole o te dirige una mirada cómplice?¿quién no descansa cuándo percibe que el otro, la otra, empatiza con tu situación, con tu momento y no te critica?

El hecho es que verdaderamente somos únicos e irrepetibles, pero... si no me lo recuerdan de vez en cuando, es algo que se va borrando de mis pensamientos y mi originalidad pierde brillo y, hasta si me descuido, me "aborrego", acabo diciendo y haciendo lo que se espera que diga o haga en virtud de sentirme integrado o para no tener problemas.

Nos quejamos del sistema en el que vivimos. Estoy segura que la auténtica revolución y el posible cambio, provienen de recordar tozudamente a las personas que son únicas, que no hay otro como yo, como tú, y eso sin soberbia, sino como una realidad demostrable, como una evidencia. Nosotros y nosotras, educadores/as, no nos podemos permitir ver a todos los alumnos como un batallón informe. Permitámonos una mirada que discrimine la unicidad, la originalidad de cada alumno. Escribe en tu lista de alumnos, al lado de la foto de cada uno de tus chavales, eso que descubres en él, en ella, que le hace diferente al resto. Escríbelo y reescríbelo si hace falta, a medida que avance el curso. Empápate de ello porque, si lo haces, eso es lo que le transmitirás a ese chaval cuando te dirigas a él, cuando le mires, cuando te entrevistes con sus padres... En ello, hay una semilla de crecimiento interior, haciéndolo así regarás esa semilla y quizá, sin saberlo, hagas posible que algunos se sientan felices y satisfechos de ser ellos mismos y crezca el deseo de ir a mejor

Y... ¿por qué no? Escríbelo de tus compañeros/as de claustro. Busca y rebusca eso que hace especial y único/a a tus compañeros educadores/as, al personal no docente...

Vayamos más allá de las etiquetas. Yo me creo que soy única e irrepetible, y me creo que tú lo eres y que cada uno de los casi mil chavales con los que compartiré mañanas de interioridad este curso, es único e irrepetible como hoy me ha recordado suavecito Tatiana.

Y... ¿no es acaso esta la experiencia profunda del creyente?: Dios me asegura que soy único e irreptible. GRACIAS, Tatiana, sin saberlo, has dicho "palabra de Dios". Sólo cabe responder alabando la sabiduría que se revela a los pequeños de este mundo.

2 comentarios:

Andrés dijo...

Como me alegra que una vez más te hayan tocado el corazón Elena. Esta vez le tocó a Tatiana. Hacerle SENTIR a uno que es “único e irrepetible” es una gozada. ¡Fuera la “clonación” y el “aborregamiento”!
Esta tarde, en tierras portuguesas, yo he sentido algo similar cuando Paula, una profesora joven, me ha dicho que quiere iniciar un proceso de Asociación a la Misión Lasaliana, que “traducido” sería algo así como tomarse en serio ser cristina, lasaliana, educadora y vivir desde la clave comunitaria en un colegio con muchos problemas económicos generados por la crisis del gobierno portugués. Paula me pareció (su mirada lo traslucía) “única e irrepetible”. Además está entusiasmada con el proyecto HARA que le han transmitido Nano, Javier, Diana... (es de su mismo cole). Cada vez somos más gente sembrando semillas de crecimiento interior.

Elena Andrés Suárez dijo...

¡ÇCómo me alegro, Andrés! El Reino que se construye y avanza sin hacer ruido. Un fuerte abrazo.