La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

martes, 15 de noviembre de 2011

Enamórate

¡Enamórate!

Nada puede importar más que encontrarse con Dios,
es decir, enamorarse de Él
de una manera definitiva y absoluta.
Aquello de lo que te enamoras
atrapa tu imaginación
y acaba por dejar su huella en todo.
Será lo que decida
qué es lo que te saca de la cama cada mañana,
qué haces con tus atardeceres,
en qué empleas tus fines de semana,
lo que lees, lo que conoces,
lo que rompe tu corazón
y lo que te sobrecoge de alegría y de gratitud.

¡Enamórate! ¡Permanece en el amor!
Todo será de otra manera. 

                                                     (P. Pedro Arrupe)

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