La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

miércoles, 28 de marzo de 2012

No somos enemigos, somos hermanos.



Por favor, hacedlo llegar más lejos, compartidlo. Estas palabras y esta posición ante la vida es la que debería resonar por todas las esquinas. Hay un modo alternativo de ver y sentir la vida, de vivirla.

jueves, 22 de marzo de 2012

Más allá de mí...

Yo no puedo ser mi luz,
yo no puedo ser mi agua,
yo no puedo ser mi camino,
en mí no hallo fuerza duradera
ni palabras que den vida.
Yo no puedo iluminarme,
ni otorgarme gracia alguna,
de aquello divino, que yo sé me preña,
no hay nada que yo me otorgue, que yo posea.
Todo me es vertido, de todo remecida
en el vacío que queda cuando de mí no queda nada.

Abro mis manos, abro mi ser por entero
y suplico ser llenada de nada mío
para ser de verdad quien soy.

En la más absoluta oscuridad deambulo
cuando soy yo quien camino.
La sed más áspera impregna esta vida
cuando me ofrezco aguas de pozos por mí construídos.
La debilidad me derrumba
cuando pongo a funcionar mis fuerzas.
Y es este ser, tan frágil, tan inconsistente,
tan nada, tan pasajero,
el ánforasagrada para un vino nuevo,
el cofre recamado de un tesoro deslumbrante.

Nada y Todo se fusionan,
vacío y plenitud se comprenetan,
pecado y gracia se besan
y de ellos no quedan formas
emergiendo una no-forma nueva.

Mas no tengo ojos para contemplar nada de todo esto,
ni mis oídos lo escuchan, ni mi boca lo gusta,
ni en mis manos descansa, ni mi nariz lo huele,
nada de mí lo capta
sabiendo que todo en mí lo recibe.

Esta verdad no sabida, tan sólo recibida,
es el amable drama al que asisto como público y actriz.
Drama con toques de comedia,
con líneas épicas y seres m´siticos,
representación que fluye excelsa
bajo la atención perfecta
de un sublime director.

Son mi carne y mis huesos,
mis entrañas y pensamientos
y el diario acontecer
el escenario y platea de tal representación.

A veces aplaudo, a veces pataleo,
a veces no entiendo y otras me salto el guión.
Tantas otras dejo mi vida en blanco
para que sea escrita.

Ahora me llena un sólo anhelo:
 SILENCIO
Que el silencio sea el telón alzado
y yo vea el rostro deseado
y en él... quien yo sea.

martes, 20 de marzo de 2012

Fluir con la vida

Desde los ámbitos de la meditación, de la oración profunda, del crecimiento personal y espiritual se nos habla de la importancia de aprender a fluir con la vida. El verbo fluir evoca un movimiento suave, una ductilidad que permite que el líquido o el gas recorra el espacio adaptándose a su forma. Fluir es lo contrario de chocar, empujar o forzar, sugiere una cierta elegancia y capacidad de remodelación. Fluir no es arrasar. Fluir nos habla de situarse en el tiempo oportuno ("kairós" decimos los cristianos). 

Desde luego hay épocas, momentos de nuestra vida en los que fluir es relativamente sencillo, son los momentos tranquilos y lineales de la existencia, pero eso nos hace equivocar "fluir" con el hecho de que todo vaya bien. ¿Cómo fluir con la vida cuando ésta viene cargada de problemas, complicaciones, sustos, inquietudes? ¿Cómo fluir con la vida si a uno le echan del trabajo, si no hay ingresos para mantener a la familia, si una enfermedad trae el dolor a un ser querido, si...? ¿Se puede entonces ser dúctil y dejarse modelar por ese "espacio-tiempo" del dolor, de la preocupación? Personalmente me da la impresión de que es justo en esos momentos donde se puede comprobar si el presunto proceso de crecimiento humano y espiritual es tal o son meras "poses adquiridas", meros conceptos sin cristalización en actitudes.

Creo que no se trata de aprender a fluir con la vida, sino de sumergirse en las aguas caudalosas del río de la vida en estado de "despertar", de "atención" como muchas veces propone Jesús. Entonces se va descubriendo que la vida tiene una corriente de fondo que fluye diferente, una corriente situada en honduras mayores que las de la superfiecie de los acontecimientos. Para llegar a ellas es imprescindible el oxígeno del silencio físico y mental, sin ese oxigeno la sensación de ahogo puede hacernos bracear a lo loco y, como le sucede a alguien a punto de ahogarse, nos agotamos en vano. Algo nos dice que la forma de llegar a buena orilla es dejarse llevar por la corriente, no oponer resistencia y aprender a fluir con la vida. Difícil para el ego, sencillo para el corazón que confía.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Brillar a pesar de la noche

A veces desde el mundo de los anuncios de marcas nos envían algún mensaje que impacta. OS INVITO A BRILLAR. (Gracia, Marisa)


lunes, 5 de marzo de 2012

Tiempo de plenitud

CUARESMA... Infinitamente más que el ayuno y la abstinencia aunque estos dos elementos sean clave en el camino del "dominio de sí" evangélico. Éste tiene más que ver con la docilidad del dejarse hacer y dejarse ser que con una férrea voluntad de poder que tienda a la perfección. No olvidemos que la perfección a la que se refiere Jesús es la compasión: "sed compasivos como vuestro Padre del cielo es compasivo" (Lc 6,36).

Así pues, la Cuaresma debiera ser un tiempo de preparación profunda para transitar el camino de la Pascua, eje central de la fe cristiana. Los días finales de Jesús son de una densidad tremenda. Si el Adviento nos prepara para acoger la manifestación de Dios hecho niño, hecho carne,  la Cuaresma nos invita a preparar todo nuestro ser para transitar los caminos de la lógica del abajamiento comenzada en Navidad y que llega  a su momento culminante con el Misterio de la Muerte y Resurrección de Jesús que instaura un tiempo nuevo para la humanidad, un tiempo de plenitud.

Paradójicamente la plenitud del hombre y de la mujer, nos dice Jesús con sus palabras y su vida, se hallan en la entrega plena, en el servicio gratuito. El lugar de mayor "altura" es el más bajo, a los pies de todos, el servidor de todos no pretendiendo ser servido sino servir. La plenitud que indica Jesús tiene más que ver con la escucha y el paso sereno que con el activismo desmedido y la inquietud y el desasosiego (recordemos el pasaje de Marta y María...).

Los días de la Pascua seremos adentrados en un horizonte totalmente diferente del que dibujaría nuestro ego, por ello es tan necesario preparar el corazón, permitir que nuestro ser re-conecte con la hondura vital, espiritual, psicológica que se encierran en los tres últimos días de la vida de Jesús, días que no están en absoluto desgajados del resto de su vida pública y podemos imaginar que tampoco de su vida oculta de la que nada conocemos pero cuyos reflejos pueden intuirse en sus palabras y gestos.

Ayunar de superficialidad, de claves de lectura rutinarias y apresuradas de la Palabra, abstenerse de creer que se es conocedor de la historia de Jesús y de los discípulos para permitir que algo toque de veras nuestro corazón, o más bien, Alguien. Cuaresma... La preparación para acoger abiertos un tiempo de plenitud que toma la forma del pan partido y del vino derramado, de un perdón sin límites, de un desvelamiento a las afueras de las murallas, en los extrarradios de los centros de poder político y religioso. Se acerca la Pascua de Jesús, un tiempo de plena revelación, tiempo de plenitud...