La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

jueves, 5 de abril de 2012

Infinitos son sus nombres


DÉJATE QUERER, PARA PODER QUERER

Infinitos son sus nombres: Unidad Divina que todo lo conecta (norte, sur, este, oeste, arriba, abajo y dentro); la Madre Tierra que nos da la vida, nos sustenta y nos cuida; La siempre brillante Luna protectora y sabía; las lágrimas de Ra (el Sol) que al caer sobre tierra modelaron del desierto a la humanidad; el Padre de todo que al exhalar su hálito de vida sobre el barro dio origen al hombre y a la mujer; La Luz que nos alumbra, nos guía y muestra el camino; la… ; el…

¿Cómo entender semejante grandeza desde nuestro ser finito? Quien haya probado sólo un instante la “infinitud” de alguno de sus nombres ya ha probado parte de la inmortalidad que nos espera. Para algunos será volver a esa corriente de la Unidad Divina; para otros volver a la Madre Tierra o a las arenas del desierto y resurgir de ella; para otros acceder a otra vida con una Luz que jamás se apaga y da un calor eterno.

Sólo en la Soledad de estar con uno mismo, sólo en la soledad de la vida (esa que alguna vez todos sentimos), sólo en ese ser y sentirse “vulnerable”, sólo en ese momento donde afloran los “miedos” es donde sentimos la breve, pero intensa experiencia de la inmortalidad. ¡Ese silencio que tanto miedo nos da y al que muchas veces nos resistimos ha de ser tan intenso, tan vivido! No hay otra manera de llegar que cruzar el desierto de nuestro corazón en total silencio y en total soledad.

Y es ahí, en ese momento, cuando salen todos nuestros “dragones” cuando aparece Él o Ella, como un Padre o una Madre que vela a nuestro lado, como una Madre que está junto a su hijo doliente queriéndote con todo su corazón. Es entonces… cuando sentimos ese amor de madre que mitiga lo más hondo de nuestro ser. Es entonces… cuando la palabra AMOR cobra sentido, porque en ese estado interior de plena escucha es cuando uno se siente amado por… (ponle el nombre que quieras), se siente amado por… esa Madre tan cercana, es en ese estado donde se disuelven nuestras culpas, nuestros miedos, nuestras faltas, nuestras “paranoias”, nuestros…, nuestras…

En ese lugar interior, además, es donde experimentamos un cariño liberador; aprendemos a querer más limpiamente porque nos hemos sentido queridos de verdad. Ya no importan nuestros “fallos”, nuestras “culpas”, nuestros “sinsentidos”… Ya no importan el “mal” que hayamos hecho o nos hayan podido hacer, Ya no importan… porque la razón que nos mueve es querer al que tenemos al lado, a quien vemos y a quien no vemos.

La invitación es clara: Haz silencio todos los días, conéctate al “Todo que te quiere” (usa el nombre que quieras usar) y déjate querer (afectar) como un niñ@ por su Madre.

(Texto de Emilio Murugarren, desde Irún. Mila esker, Emilio! Gracias por recordarnos que podemos conectarnos a "Todo lo que nos quiere", a Dios Padre/Madre, allí en "ese lugar interior donde experimentamos un cariño liberador.")

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Puede ser una sencilla respuesta...Porque el Amor es exagerado. Con minúscula, no existe... ¿no crees?
Disfrútalo...

http://www.youtube.com/watch?v=cL95QInNFyI&feature=youtu.be

Elena Andrés Suárez dijo...

EL Amor siempre es exagerado, pero no arrasa, eso es quizá lo que hemos de aprender, la suavidad del Amor verdadero.

Juan Ignacio Nogales Alviz dijo...

¡Hola, Elena!
Posiblemente ya conozcas esta reflexión de Clive Staples Lewis...
"No creo que Dios quiera exactamente que seamos felices, quiere que seamos capaces de amar y de ser amados, quiere que maduremos, y yo sugiero que precisamente porque Dios nos ama nos concedió el don de sufrir; o por decirlo de otro modo: el dolor es el megáfono que Dios utiliza para despertar a un mundo de sordos; porque somos como bloques de piedra, a partir de los cuales el escultor poco a poco va formando la figura de un hombre, los golpes de su cincel que tanto daño nos hacen también nos hacen más perfectos".
Reflexiones como ésta son las que logran que valore cada vez más la capacidad y la posibilidad que tengo de AMAR y SER AMADO.
¡Feliz Semana santa!

Elena Andrés Suárez dijo...

Gracias por tu comentario, Nacho, espero que vivas una semana santa feliz y alegre en compañía de los tuyos verdaderamente la capacidad de amar es el mayor don que nos ha dado Dios.