La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Sólo el amor todo lo vence

Después de que nuestras calles sean testigos diarios de golpes y persecuciones, de ánimos encendidos, consuela convertir la calle en espacio para el anuncio de una buena noticia. Que lo disfrutéis. (Gracias seguidor/a anónimo/a por recomendármelo)

miércoles, 26 de septiembre de 2012

"Poco a poco, amorosamente, sé tú"

Mi cuerpo siente mis emociones, mis emociones se despiertan por el escalofrío que me recorre el cuerpo, mi mente intenta explicar qué me sucede...

La emoción se graba en mi cuerpo y la describo con palabras. En el proceso pueden perderse matices o se recargan los acentos...

Cuerpo, emoción, mente...

¡Todo es tan totalmente relativo y, sin embargo,  me parece tan absoluto!

Puedo decir "sí" y "no" en décimas de segundos. La misma ventana que abrí llevada por el amor, la cierro empujada por el miedo...

Altos vuelos y catastróficas caídas en un mismo día, casi en un mismo minuto.

A veces todo se desboca: cuerpo, emoción y mente,
necesito silencio entonces. Necesito una mano que me lleve más allá, una luz mayor que yo.

Cerrar los ojos, sí, cerrar los ojos y cesar conscientemente el cúmulo de tantos pensamientos, de tantas emociones, de tantos escalofríos...

Cerrar los ojos para ver. 

Atravesar las estancias interiores hasta ser recibida en el Centro.

Atravesar el tumulto de voces hasta rozar el borde de Su manto y... Ser amada, ser pacificada, ser iluminada.


¡Todo es tan totalmente subjetivo!

Sólo Tú, Vida de la vida, Luz de la luz, sólo Tú objetivas mi Ser.
En Ti mi reposo, en Ti cesa el desconsuelo,
en ti me encuentro
cuando de mí me pierdo.

"Poco a poco", pareces susurrarme,
"Poco a poco, amorosamente, sé tú".




martes, 25 de septiembre de 2012

Llegar a todo o darlo todo

Hacer, hacer, hacer... ¿por qué? ¿para qué? 
No, no puedo correr para llegar a todo lo que me dicen que tengo que llegar.
No quiero llegar a  todo porque no puedo llegar a todo,
tengo límites: el día tiene 24 horas, ni más, ni menos.
"Mi corazón no es ambicioso ni mis ojos altaneros".
¿Me creo mayor que la Sabiduría que todo lo creo con un tiempo,, en un tiempo?
¿Acaso el hermoso roble llegó a su tamaño por decreto en dos días?
Mira la naturaleza... Es aterradoramente lenta cuando de crecer se trata.
En ella todo tiene su tiempo, es más, escucha... Como en la música, todo tiene su "tempo": la mariposa que vive un día y la secuoya que pervive siglos. La brizna de hierba, la fruta madura, las placas terrestres, las aves que migran, las abejas afanosas...
Pero ahora nos dicen que todo tiene que estar hecho "para ayer".
Vivimos en un "adsl" diario: todo rápido, todo ya.
¿De verdad me creo que puedo adelantar los tiempos del Ser por lanzarme a la carrera,
por empujar, por estirar, por no parar?
Hacer, hacer, hacer... ¿por qué? ¿para qué?
No, no quiero ni puedo llegar a todo,
pero sí puedo darlo todo.
Dar-me en lo que hago,
sentir lo que hago,
amar lo que hago,
respetar lo que hago,
mimar y cuidar lo que hago,
re-crear lo que hago,
regenerarlo, repasarlo, repensarlo,
gustarlo internamente, saborearlo,
acariciarlo, sanarlo, profundizarlo.
Así sí, así este hacer es un darse, un entregarse.
Así el hacer se convierte en cauce de encuentro.
Así no somos robots programados y lanzados a la acción
sino seres humanos que son haciendo, que hacen siendo,
que bautizan la realidad con el agua fresca de sus actos.
No puedo llegar a todo,
sí deseo darlo todo, no migajas de mí.

viernes, 21 de septiembre de 2012

El alma que anda en amor ni cansa ni se cansa

Así dice San Juan de la Cruz, que el alma que anda en amor ni cansa ni se cansa. 

Me diagnostico a mí misma decaimiento en el amor cuando al puro cansancio normal de una jornada llena de idas y venidas le sumo la queja. Cuando se actúa desde el amor, cuando cada paso dado hunde sus raíces en el Amor, parece que a la vida le nacen alas y nada cansa tanto como para proferir queja alguna.
Cuando, en cambio, en el corazón dejo que crezcan las malas hierbas de la inseguridad, de la falta de generosidad, de la no-empatía, del juicio... Entonces ¡hay qué ver cómo fluye la queja! Siempre hay más de una razón para quejarse, ya lo dice el refrán: Nunca llueve a gusto de todos.

Es cuestión de Amor. El alma que anda en amor... y ¿qué es esto de "andar en amor"? Dejando de lado el amor blandengue de las películas y culebrones, el amor al que nos invita el místico es Dios mismo, Aquel que es Fuente de toda Vida. En el origen y en el final de la existencia se sitúa el Amor: creados por amor hacia el Amor nos dirigimos. Es el Amor quien nos mantiene vivos eternamente, es el Amor el soporte de toda existencia.

Se trata del Amor paciente, servicial, sin envidia, ni engreído. Se trata del Amor que espera siempre y aguanta siempre, del Amor que no pasa nunca. Es este Amor el que está a la base de todo y es, unicamente EXPERIENCIA. Por más que teoricemos sobre el Amor, esas teorías son puras entelequias. El Gran Amor se nos da, nos desborda, nos toma por sorpresa y haciéndolo, nos aquieta, nos sana internamente, nos da la mirada del amor, de nuevo San Juan de la Cruz: el mirar de Dios es amar. Quien es amado mira la vida con amor, quien ama vaciándose es llenado y remecido por el Amor.

Me canso cuando sólo pienso en mí, cuando me encierro en mi pequeño mundo y doy cancha a mi mente embarullada por mil pensamientos caóticos que despiertan miedos ancestrales en mi corazón. Entonces, la llama del Amor puede parecer apagarse, las cosas se hacen sin gusto, sin sonrisa en el rostro, como un autómata. Pero... una ligera brisa puede avivar el fuego del Amor y, entonces, renacen las sonrisas, los abrazos, la energía interior, el gozo de vivir.

Quien vive arraigado en el Amor no cansa: no habla sólo de sí mismo/a sino que sabe hacer espacio a las vidas de los demás, no dice como primera palabra "no" cuando de echar una mano se trata. Quien vive  arraigado en el Amor es un poco niño/a y aún se deja sorprender cada día por las mil sorpresas de la vida. El alma que anda en amor no cansa a nadie, descansa a todos porque sabe tener el gesto y la palabras oportunas, y sabe callar también. El alma que anda en amor no cansa sino que parece que, estando a su lado, se descubren nuevos perfiles a los acontecimientos.

El alma que anda en amor no se cansa. Se da, se entrega sin miedos porque se sabe toda entera amada, salvada, protegida, perteneciente a un Amor que no tiene fin. El alma que anda en amor se sabe parte del Todo, minúscula criatura infinita y locamente amada.

Me autodiagnostico carencia de amor del bueno. Buscaré las pastillas adecuadas: "olvido de lo creado, memoria del Creador, atención a lo interior, estarse amanado al Amado" (también es de San Juan de la Cruz) y si a tanto no llego, pegarme a las personas que así aman y aprender de ellas...¡me rodean tantos seres así...! No perfectos, pero sí almas que andan en amor.

jueves, 6 de septiembre de 2012

¡Nos lo ponen tan difícil!

Queremos EDUCAR. Deseamos ofrecer a nuestros/as niños/as, a nuestros/as adolescentes, a nuestros/as jóvenes la mejor formación no sólo intelectual sino HUMANA, pero...¡Nos lo ponen tan difícil!

Nos dicen que debemos innovar...¡cómo si no lleváramos años haciéndolo! Cada vez que respondemos con una sonrisa y un suave tono de voz a los gritos o impaciencias de los/as alumnos/as, cada vez que ampliamos un tema más allá de lo que dice el libro, cada vez que creamos una actividad nueva que aclare más cosas y lo haga de forma más atractiva, cada vez que suceden mil y un imprevistos y salimos al quite rápidamente y de buen humor a pesar de los nervios. Si eso no es innovación...

Nos dicen que debemos alcanzar la "excelencia educativa". Si todo lo anterior y cientos de horas extras dentro y fuera del cole no son una gran excelencia, no sé qué puede serlo... Si citar una y otra vez a padres que no aparecen nunca, o escuchar educada y pacientemente algunas impertinencias de las familias no es excelente...

Nos dicen que debemos hacer tantas cosas... Y, entonces, nos lo ponen muy difícil para poder atender a todo y a todos convenientemente. Hay a quien le parece que los educadores tenemos demasiadas vacaciones, quizá no saben que trabajamos con creces las horas que luego descansamos.

Quizá haya docentes que escurran el bulto, quizá los haya más o menos activos o creativos, pero son los menos. Quienes tanto piden de la escuela ¿por qué no se pasan por ella? ¿por que no vienen a vivir un día con un tutor desde las ocho de la mañana hasta el último minuto de la ultima reunión del día o hasta el último examen o trabajo corregido en casa?

Hacemos lo que hacemos porque creemos en ello. No hacemos sino lo que nos toca, pero, por favor, que no nos minusvaloren ni caricaturicen.

Nos lo ponen tan difícil cuando quieren que seamos educadores, psicólogos, abogados, médicos y padres... Todo ello con menos recursos cada vez, todo ello con un alumnado cada día más complejo, todo ello con un mínimo apoyo y demasiada crítica fácil.

Nos lo ponen difícil a todos, a la sociedad en su conjunto cuando recortan las inversiones en Educación. Ponen muy difícil el alza del nivel cultural y humano de nuestra sociedad, nivel que no crecerá sólo en función de las notas de los /as alumnos/as, sino en función del desarrollo y expansión de lo genuíno de cada uno/a de ellos/as. La sociedad sólo mejorará y madurará si cada persona recibe una educación que atienda a sus peculiaridades,  una educación que cuide de la Esencia de cada uno/a descubriéndole que es único. 

Tal y como están las cosas, el próximo premio Príncipe de Asturias debería recaer sobre el cuerpo de profesores de este país, auténticos héroes y supervivientes. O podrían ser premiados los/as alumnos/as que no dejan de asistir a clase a pesar de tener que aguantar medios y pedagogías arcaicas que no se ajustan a ciudadanos del siglo XXI.

Sí...¡Nos lo ponen tan difícil! Pero ahí estamos, al pie del cañón.