La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

martes, 27 de noviembre de 2012

Déjate apadrinar

Este vídeo no necesita comentarios y da muchísimo que pensar. ¿Nos ayudarán ellos a recuperar nuestra humanidad en estado de extinción?


jueves, 22 de noviembre de 2012

Proyecto Debir: Proyecto de EI de la Diócesis de Vitoria



Comparto con quienes seguís este blog una gran alegría: ya hemos dado a luz. Tras tres años de gestación (¡hay embarazos largos, no creáis), la Diócesis de Vitoria-Gasteiz ya tiene un hermoso Proyecto de Educación de la Interioridad.  El objetivo de nuestro proyecto es aportar un granito de arena a la renovación de las comunidades cristianas, a los procesos de iniciación, a la vida de las comunidades. Es como tomar una tanda de jalea real cuando llega el invierno, algo que nos revigorice y aumente nuestras defensas. "Debir" no pretende ser un proyecto "estrella" ni contiene fórmulas magistrales para conseguir que nuestras parroquias de pronto se llenen de jóvenes. Este proyecto quiere aportar algo, lo que puede, una intuición: volver a poner la atención en nuestra vida interior puede cargar de sentido y contenido lo que hacemos.
Hay a quien le entra miedo cuando oye estas cosas, el miedo de que una propuesta de Educación de la Interioridad sea o bien "hacer yoga en vez de rezar" o bien replegarse sobre nosotros mismos olvidando la dimensión profética de nuestra fe. Esos miedos no están en nuestro proyecto. Al contrario: para orar, en lugar de rezar, tiene que estar viva y pujante la vida interior; para no rezar a un Dios hecho a mi imagen y semejanza se deben emprender procesos de escucha de uno mismo para captar nuestras trampas interiores, nuestro pecado y sombras, procesos de silenciamiento que posibiliten un vaciamiento que deje a Dios ser Dios. Educar la interioridad nos enseña a orar, no a rezar mecánicamente y orar nos hace contemplativos. Sólo el contemplativo cambia el mundo. Todos los profetas fueron hombres y mujeres con honda y apasionada experiencia de Dios, atravesados por Dios.
Educar la Interioridad jamás nos alejará del compromiso ético, de la implicación con nuestras realidades sociales. Educar la Interioridad ayuda a recorrer los caminos que nos hacen "prójimos" los unos de los otros, incapaces de pasar de largo ante el hermano sólo y sufriente. El/la profeta tiene que alimentarse, beber del agua Viva que brota dentro de él en virtud del Encuentro con el Dios vivo y vivificante, de lo contrario Marta siempre estará enfadada con María.
El Proyecto Debir nace en pleno año de la fe. Es hermoso que sea así porque la fe nace y brota de una experiencia interior. Educar la Interioridad es un camino para quitar los hierbajos que nos dificultan acudir al Centro donde somos Habitados. Ahora que se acerca el Adviento y podríamos comparar la EI con la misión de Juan Bautista: preparar los caminos del Señor, labrar la tierra interior para que pueda dar el máximo fruto la semilla de la fe depositada por Dios.
¿Por qué "DEBIR"? Porque queremos evocar que cada hombre, cada mujer, es el santa santorum de Dios, su templo. Es en el corazón de cada uno de nosotros y en el corazón de la Humanidad donde Dios ha querido poner su morada. 
 Desde aquí agradezco de todo corazón a César Fdez de Larrea, delegado de jóvenes de la Diócesis de Vitoria-Gasteiz su esfuerzo, su ayuda, su gran trabajo en la redacción del proyecto. Al equipo Diocesano de interioridad (Itos, José, Pepe, Óscar e Iñigo) su ilusión, su esfuerzo, sus ánimos. A Don Miguel Asurmendi, Obispo de Vitoria así como a sus Vicarios la confianza puesta en mí para este proyecto. A Héctor Moreno su buen hacer que ha otorgado bellísimas imágenes a la maquetación final del Proyecto. Y a todos los sacerdotes, catequistas, monitores y educadores en general que durante estos años se han  dejado "liar", se han tirado al suelo descalzos, han bailado, han reído, han jugado, han respirado, se han relajado, han llorado, han cantado, han entrado en una cueva, se han dejado lavar los pies y han puesto rostro y palabra a este gran sueño. Y, por supuesto, mila esker, Jauna, gracias, Señor: todo es tuyo, dispón de ello según tu quieras... Danos tu Amor y Gracia que esas nos bastan.



miércoles, 7 de noviembre de 2012

La vocación: Mi submarino amarillo

Gracias Lara por hacerme preguntas porque me llevas a profundizar en tantas cosas... Hoy me preguntabas por la vocación y te he propuesto una imagen: un submarino.

¿Qué es un submarino? una nave creada para ir muy al fondo, para sumergirse en profundidades imposibles para un barco normal. Evidentemente el submarino puede navegar por la superficie tranquilamente, haciéndolo sigue fiel a lo que es: una nave, un transporte acuático. Sin embargo...¿qué diríamos de aquel que teniendo un submarino jamás diera el paso de la inmersión profunda? ¡qué pérdida de posibilidades!

Pues la vocación es algo así. Porque todos estamos llamados (vocación viene del latín "vocare" que significa "llamar") a vivir la vida en profundidad, esa es la común vocación, pero cada uno dispone de un peculiar submarino que le ayuda en tal inmersión. La vocación concreta (maestro, productora de cine, médico, deportista...) se supone que es la concreción de algo más hondo y tal concreción nos ayudará a profundizar en nuestro ser. Por desgracia no pocos submarinos se quedan conformes manteniendo una navegación por las aguas superficiales o descendiendo unos metros.

Cuando el submarino se sumerge hasta el límite le rodean la oscuridad, siente la enorme presión de las toneladas de agua del océano, puede dar miedo, se escuchan extraños ruidos que parecen presagiar la ruptura del casco... Pero es que el casco debe romperse, porque ¿sabes, Lara? al final la gran vocación es la de ser agua, la de fundirnos con Dios, la de ser una gota en el océano. Llega un momento en que hay que salir del submarino, hacerse submarinista. Habrá un día en que tu trabajo o tu familia o tu comunidad no te sirvan para nada, sí, así te lo digo, para nada, porque la razón de todo, el sentido de todo debe brillar dentro de ti. Pero eso sucede cuando es el momento oportuno, mientras tanto nos toca poner a funcionar el submarino. ¿Será mi vocación ser educadora o ser la pareja de o hacer esto o lo otro o ir aquí o allá? En todo caso todos esos movimientos externos serán ecos de mi profunda vocación cuando estoy conectada a ella, serán los puntos de referencia para recordarme la ruta de mi vida, pero no son mi vocación. Mi vocación, nuestra vocación es desplegar nuestro Ser. Lo que me ayude a ello, bienvenido sea, lo que castre o comprima ese Ser no lo quiero.

"We all live in a yellow submarine"... Amarillo, como el mundo amarillo de Albert Espinosa. Te he leído un capítulo: "no tengas miedo de ser la persona en la que te has convertido". Si, Lara querida, cuando como tú la vida se aprende a vivirla haciéndose preguntas, conectada a lo profundo, en diálogo con Dios, atenta a los demás, entonces las decisiones tomadas nos van llevando, como un submarino, hacia las aguas más profundas, poco a poco, no exentos de errores "es importante que reconozcamos que nos equivocamos para así tomar conciencia de dónde están los errores y no cometerlos más".

¿Qué es la vocación? La vocación no es, tú eres la vocación, tú la escuchas, tu la creas y la recreas cada día con tus decisiones más o menos acertadas. Esa vocación que eres va adoptando en cada momento de la vida una forma. A veces brilla como una faro que a todos guía, a veces se transforma en una llamita que podría apagarse fácilmente. Sea como sea, tú estás en este mundo para algo, la Vida se te ha regalado apra algo, ese "algo" siendo común, es a la vez peculiar en cada persona. 

Lara... ¡inmersión!

lunes, 5 de noviembre de 2012

Lo imposible... Lo posible

Aún no he tenido la oportunidad de ver "lo imposible", todo el mundo dice maravillas de ella, pero sí que me ha hecho pensar su título y me ha llevado a hacerme preguntas cada vez que veo el cartel con semejante rotundidad de título.

La primera pregunta que me hago es ¿qué es "lo imposible"? evidentemente justo lo contrario de lo posible. Entonces comienzo por dudar: ¿qué debo preguntarme por lo imposible o por lo posible? Al preguntarme esto descubro que la pregunta por lo posible me abre más puertas y ensancha el horizonte de mi pensamiento, de mi emoción. Comenzar por lo posible abre posibilidades. Decir "posible" es como disponer de una llave maestra que abre todas las puertas. Decir "posible" enciende la creatividad, alimenta la esperanza y con ella la positividad que me permite dar un paso más, no abandonar. Decir "posible" riega la fe, la hace renacer y florecer.  Esa fe nos otorga energía y fuerza creadoras, nos mantiene erguidos en el combate diario por la mejora de uno mismo, de nuestros entornos y sociedades.

Sí, definitivamente elijo centrarme en lo posible.

Decir imposible echa la llave a la puerta antes de que ésta haya podido siquiera entornarse.  Pero hay "otro imposible" del que sí vale la pena hablar, por el que sí vale la pena arriesgarse, preguntarse, trabajar.

"Yo he preferido hablar de lo imposible, porque de lo posible se sabe demasiado", es la frase de una de las canciones de Silvio Rodriguez. 

Hay "posibles" que son pura pragmaticidad desnuda de poesía y sueños, "posibles" que disfrazan la hermosa y necesaria utopía de absurda quimera. Esos "posibles" nos apartan de la necesaria capacidad de ver más allá, de imaginar alternativas para todo aquello que no nos satisface, que no nos hace mejores como individuos y sociedades.

Hoy, en este momento, abundan demasiados "posibles" chatos y mediocres, nos faltan "imposibles" retadores y alternativos.

"Para Dios nada es imposible", dice el ángel a María. Quizá porque para el Amor todo es posible. Amar es la condición de posibilidad, ¿no dijo San agustín "ama y haz lo que quieras"? Cuando se ama se vive amando, se vive por amor y para amar. La calidad del amor será el principio y límite de lo posible y lo imposible: posible perdonar sin límite cuando se ama, imposible perdonar cuando no se ama. Posible acoger el dolor pacíficamente cuando se ama, imposible hacerlo cuando no se ama. Posible descubrir soluciones cuando se ama, imposible hacerlo cuando no se ama.

Amor y posibilidad van de la mano. Pero también amor e imposibilidad puesto que es imposible amar y no esperar, imposible amar y tirar la toalla, imposible amar y conformarse con mediocridades. Eso sí, ha de ser un amor verdadero, no "pseudoamores" que en el fondo no son sino huídas o búsquedas de satisfacciones egoístas y cortas de miras.

Lanzo, pues, una lista de posibles que para algunos (quizá demasidos) son imposibles:

Es posible perdonar y comenzar de nuevo.
Es posible poner la otra mejilla.
Es posible amar a quien te hizo mal.
Es posible acoger amorosa y conscientemente el dolor fisico o mental.
Es posible vivir de otra manera, vivir fuera de las leyes del dios-mercado.
Es posible generar estructuras justas que cuiden de los más débiles.
Es posible conseguir el fin del hambre en el mundo.
Es posible salir de esta crisis de humanidad que ha creado, como último coletazo, una espantosa crisis económica.
Es posible volver a generar en nuestros jóvenes la capacidad de soñar y de ser poco prácticos.
Es posible devolver la cultura al seno de nuestra sociedad.
Es posible cuidar nuestro planeta.
Es posible vivir desde el Ser y no desde el "tener".

Y nace otra lista de "imposibles"

Es imposible comenzar de nuevo si no me perdono, si no te perdono.
Es imposible frenar la violencia con más violencia.
Es imposible amar si no se ama a todos.
Es imposible alcanzar la paz si no se sabe acoger el dolor.
Es imposible salir de la crisis si se siguen manteniendo las opciones y los parámetros que nos llevaron a ella.
Es imposible mejorar como sociedades si no permitimos a nuestros jòvenes ensayar su sueños.
Es imposible crecer e ir adelante sin cultura de calidad.
Es imposible que la humanidad sobreviva dignamente sin cuidar de nuestro planeta.
Es imposible Ser si sólo vivo/vivimos para tener.

Nacen muchas más preguntas en mí. Quizá cuando vea la película encuentre alguna respuesta más. Mientras, quiero dedicarme a hacer posible lo imposible.