La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

jueves, 30 de julio de 2015

Espiritualidad transconfesional: Willigis Jáger

Transcribo esta pequeña entrevista a Willigis Jäger publicada el año 2009 en "Cristianos siglo XXI". La rescato porque me parece clara y nos lleva "más allá" con una seria interpelación. A ver cómo os resuena.



WILLIGIS JÄGER

TEÓLOGO BENEDICTINO Y MAESTRO ZEN




- ¿A qué monasterio benedictino pertenece usted?

- Vivo fuera del monasterio porque estoy exclaustrado. Benedicto XVI, cuando aún no era Papa, sino en su anterior puesto en la Congregación para la Doctrina de la Fe,(nombre que sustituye al de la antigua Inquisición), bajo el nombre de Ratzinger, me prohibió hablar en público.

- ¿Por qué?

- Pensó que yo ya no interpretaba correctamente el catolicismo.

- ¿Se defendió usted?

- Le escribí una carta diciéndole que no iba a hacerle caso por motivo de conciencia y por motivos pastorales.

- ¿Por qué un benedictino acude a la espiritualidad oriental?

- En la Iglesia católica no se enseñó la oración contemplativa y aún hoy día sigue habiendo dificultades con esa enseñanza.

- ¿Conoció al jesuita Anthony de Mello, también amonestado por la Santa Sede?

- Parecido problema al mío.

- Le acusaron de panteísta.

- A mí me acusan de monista, pero lo que yo enseño no tiene nada que ver con ello.

- ¿Es compatible la espiritualidad oriental con el credo católico?

- Existe una espiritualidad transconfesional y a ésa me dedico. Pero eso no significa que yo tenga que dejar la confesión católica.

- El teólogo Rahner decía que el siglo XXI, o es místico, o no será nada.

- Yo también creo eso, porque, o bien hacemos experiencias en el espacio transpersonal, o no vamos a poder sobrevivir como especie humana.

- ¿Qué significa experiencia transpersonal?

- Nuestra personalidad es un logro de la evolución, pero al mismo tiempo significa una limitación. Nuestra conciencia tiene que ampliarse. Nos hemos desarrollado desde una conciencia prehomínida y de allí evolucionamos hacia una conciencia mágica, luego mítica, luego mental racional, pero no podemos quedarnos ahí.

- ¿Qué es ese ahí?

- Provenimos de un paraíso en el que alguna vez nos sentimos en una unidad simbiótica con la naturaleza, y lo que llamamos pecado original no es otra cosa que el haber desarrollado la conciencia individual fuera de esa simbiosis. Pero, apenas salimos de ella y pudimos decir tú y yo, empezó a matar Caín a Abel. Desde entonces nuestra especie no ha hecho otra cosa que matarse mutuamente y eso se ha agravado muchísimo. Hemos llegado a un punto donde no sabemos cómo va a seguir esto. En el siglo pasado se mataron mutuamente cien millones de personas y ninguna moral surtió efecto.

- ¿Por qué?

- Esas frases de «debes hacer», o «tienes que», no han hecho adelantar a nuestra especie humana para nada. Los grandes profesores y sacerdotes del mundo fueron un fracaso en este sentido. No estoy en contra de los profesores o de los sacerdotes, pero sus enseñanzas no han ayudado a los hombres.

- ¿Alternativas?

- Tenemos en nuestro interior posibilidades para comprender la realidad de un modo que no puede abordarse con la razón. Nuestra conciencia personal supone un gran logro de la evolución, pero al mismo tiempo supone una limitación. Caer en la cuenta de esa limitación es esencial para nuestra especie.

- ¿Cuál es esa limitación?

- Creemos que la conciencia del «yo» supone la única posibilidad de comprender. Pero eso es igual de tonto que cuando creíamos en el pasado que la Tierra era el centro del universo. Con esa concepción nos hemos orientado hacia un gran egocentrismo, que es la fuente de todos los males que conocemos en el mundo. El egocentrismo nos ha llevado al borde de la desaparición.

- ¿Cómo superarlo?

- Para salir de esa limitación hay que entrar en el nivel de la unidad. Entonces vemos que somos uno con todo y que sólo existe uno. Una red de pescador consiste en muchas mallas y una malla sola no tiene sentido. Cada uno tiene sentido en la totalidad.

- Pero algunas religiones ya predican el amor al prójimo.

- Las religiones predican el amor y dicen «debes amar a tu prójimo igual que a ti mismo», pero no nos han ayudado las religiones para dar ni un paso hacia adelante. Decimos «mi religión», «mi confesión»... Y los que no estaban de acuerdo fueron quemados. Eso sigue igual en el presente: sunnitas y chiitas, judíos y musulmanes, fundamentalistas en la Iglesia católica. Todos dicen «yo, yo, yo...». Todos los problemas del mundo resultan de ese egocentrismo.

- ¿Nada han contribuido las religiones?

- Sólo cambiaremos si entramos en un nivel nuevo de conciencia, en el espacio transpersonal. Superar las limitaciones del yo es algo que la mística de Oriente y de Occidente siempre han sabido hacer, pero se puede hacer en las religiones y también fuera de las religiones. La mayoría de las personas buscan fuera de sus religiones.

- Las religiones también han evolucionado.

- Las reformas en las religiones han sido como cambiar los muebles de un mismo piso. Lo hemos hecho muchas veces y no ha servido de nada. Lo que tenemos que hacer es subir un piso más arriba en la experiencia de lo religioso.

- ¿Qué hay en ese piso?

- Un nuevo nivel de la conciencia. Se trata de ser más plenamente humano. Hay que preguntarse qué sentido tienen esos pocos decenios de mi vida en un universo de miles de millones de años. Ese sentido es que debo ser plenamente ser humano, y ahora lo voy a decir en la manera cristiana: Dios quiere ser persona en mí, tal como soy en este momento, con esta figura que tengo. Es el único motivo por el que existimos. Por eso bailo esa danza de la vida, pero no soy yo el que está bailando, sino que estoy bailado. Dios se baila a sí mismo en mí. El maestro Eckart dice que Dios se saborea a sí mismo en las cosas. Ése es el motivo de mi existencia.

- ¿Y lo transpersonal?

- Yo tengo una importancia sin igual. Por eso dice Eckart que si no estuviera yo, Dios no sería. Por eso tengo un significado único con mi vida, con esos pocos decenios en medio del universo. Mi ser verdadero no es la conciencia del yo, sino algo que no nace y no muere. Lo que soy en lo más intimo es algo que seguirá cuando mi cuerpo físico haya muerto. Y no soy el único que está bailando, sino que bailan conmigo muchas personas, que tienen la misma importancia que yo. Cuando experimento esto, mis actuaciones serán diferentes.

- ¿Cómo se hace uno místico?

- La mística es una forma de oración, un camino de oración. Existen diferentes formas de oración y la mística es uno de esos caminos. Y muchos cristianos llegan a una frontera con su oración verbal dirigida hacia un Dios personal y entonces entran en una nueva forma de oración, y esa oración es una nueva experiencia de lo que llamamos Dios.

- Esa oración, ¿es la contemplación?

- Eso es lo que la tradición llama oración contemplativa, y lo conocemos de Santa Teresa de Jesús, de San Juan de la Cruz, de Francisco de Osuna... Hay un camino donde se enseña esa religión mística. Todas las religiones conocen dos formas de oración, una esotérica y otra exotérica. Las religiones, como el budismo, cristianismo, judaísmo, hinduismo e islamismo, tiene sus sagradas escrituras, sus dogmas, ritos, liturgias y esa forma de religiosidad se reza de forma exotérica. «Exoteros», en griego, quiere decir «desde fuera», y el rezo verbal o meditar sobre un texto serían la oración exotérica. En esa forma lo que hago es activar mis potencias psíquicas, como intuiciones, pensamiento...

- ¿Y la oración esotérica?

- Todas las religiones también tienen una forma esotérica de oración. El budismo ha desarrollado las formas del zen y del Vipassana; el hinduismo ha desarrollado las diferentes formas del yoga; en el islamismo conocemos el sufismo, y en el cristianismo tenemos la mística, que también es la contemplación. «Esoteros» significa «desde dentro» y en la forma de oración esotérica hago lo contrario: voy sosegando toda actividad mental, intento sosegar las potencias psíquicas, como memoria, voluntad y entendimiento, para que pueda irrumpir lo que está detrás de ello.

- ¿Por qué se perdió en el catolicismo la contemplación?

- La Iglesia católica dice que esa forma de oración contemplativa es una oración privada y no le gusta. Quiere que todos tengan la misma práctica que la Iglesia ha fijado. Todas la religiones teístas, como el Cristianismo, el Islam y el Judaísmo, tienen problemas con lo que es la mística.

- ¿Miedo a que la persona entre en contacto directo con Dios?

- La institución de la Iglesia teme perder el control.


J. Morán

miércoles, 22 de julio de 2015

Regresar para progresar: Tocar la orla de tu manto

martes, 28 de diciembre de 2010

Tocar la orla de tu manto...

Intento escuchar...

Como la mujer hemorroísa
me fuerzo a mí misma a ir más allá,
a atravesar la multitud que me impide encontrarme con  mi Dios,
con aquel que es mi Paz, mi fuente de Energía... La Verdad.

Esa multitud que son mis voces,
los gritos, murmullos y cansinas repeticiones de mi mente,
la gran tramposa, la pantalla en la que se proyectan las sombras de mi ego.

Yo lo intento...
me adentro en la multitud e intento traspasarla,
a veces a codazos
otras suavemente,
atravieso la multitud de mis pensamientos,
de los cantos de sirena de mi yo,
y sigo, continúo remando rumbo a Itaca,
continúo caminando hacia Canaán,
no ceso de anhelar y tener nostalgia de Sión,
esa Tierra Prometida que sé existe en mi interior.

Atravieso la multitud,
sé que puedo llegar,
sé que podré llegar a tocar siquiera,
con la punta de mi pobre corazón,
la orla de su manto
y sé, sí, lo sé porque ya lo viví,
que entonces todo quedará sanado,
que la vida que se me escapa del cuerpo
quedará recogida en un abrazo de Amor eterno.

Por eso, hoy más ciega y más seca
intento escuchar,
atravesar...ir más allá de mí
para escucharle a ÉL.

Y sé, que no soy yo quien voy,
es Él quien viene a mí
y yo... yo que creía adentrarme
soy, al crecer el deseo, adentrada.

miércoles, 8 de julio de 2015

Regresar para progresar: la practicidad de ser espiritual

domingo, 12 de diciembre de 2010

La practicidad de ser espiritual

¿Sabemos a qué nos referimos cuando catalogamos a alguien de "espiritual"? Hace poco conversaba con una persona y me di cuenta de que esa persona diferenciaba claramente entre la espiritualidad y las cosas de cada día, de tal manera que aparecían casi como incompatibles: o se es espiritual o se es práctico. En ese momento no le di importancia, pero desde ayer me ronda por la cabeza cuál es el significado que le damos a lo espiritual y qué es lo que nos hace separarlo de la vida que llamamos "normal".

Desde mi experiencia, si lo espiritual o la espiritualidad no nace y se dirige hacia la vida, no es tal espiritualidad. Creo que lo espiritual es la esencia del hombre y de la mujer y, por lo tanto, trabajar nuestra espiritualidad es trabajar lo más genuino de cada uno y de cada una. 

Teilhard de Chardin tiene una expresión que me parece fabulosa y cierta: "No somos seres humanos que hacen una experiencia espiritual somos seres espirituales que hacen una experiencia humana". Ciertamente, si contraponemos lo espiritual a lo material y si seguimos dividiendo la realidad en sagrada y profana, entonces es normal que por espiritualidad entendamos lo meramente religioso-cultual y por espiritual entendamos una persona que se desentiende de las cosas materiales o que no las prioriza. A mi modo de ver nada más alejado de la realidad. En el contexto judeo-cristiano, la raíz de la revelación es la de un Dios que se manifiesta en la vida y para la vida. Los profetas en el AT clamarán una y otra vez contra una religión alejada de la vida, contra el culto que no nace de un corazón que ama a Dios y a los hermanos. El profeta del AT clama con toda fuerza contra la injusticia de los poderosos. Os invito a leer a Jeremías, os parecerá que un discurso así debería resonar en los foros internacionales actuales. 

Y si vamos al NT en Jesús de Nazaret no encontraremos a un asceta del desierto, sino a un hombre que habla y vive en la ciudad, en los pueblos, que se mezcla con las gentes, que denuncia la hipocresía de los que se creen "santos y puros" por cumplir determinados ritos. Baste repasar el Padre Nuestro, la oración cristiana por excelencia, poco se habla en ella de las cosas celestiales y mucho de las terrenales: el pan de cada día, el perdón de las ofensas, no caer en la tentación, ser librados del mal... y, en Mateo 26, el juicio final en función del amor al prójimo: "¿Cuándo te vimos desnudo y te vestimos, cuándo en la cárcel y te visitamos (...) Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, conmigo lo hicisteis".

El Dios que se nos revela en Jesús es un Dios humano, persona. El Dios cristiano es el Dios de la vida, que vivifica al ser humano en este mundo y para las cosas de este mundo: "Sed astutos como serpientes y sencillos como palomas" dirá Jesús y "dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios". Todo ello no habla de separación sino de profundidad, de saber discernir, de mirar la vida con la mirada que permite que ésta desvele su auténtico origen y destino, ambos hondos y profundos, ambos inmensos, alejados de lo superficial.

Lo que nos aporta la espiritualidad auténtica (no el espiritualismo) es la apertura de todos nuestros sentidos internos para captar la realidad, toda realidad, en su original belleza y hondura. Por ello, todo hombre y toda mujer espiritual, serán seres amistosos, abiertos, dialogantes, positivos. 

Nadie más práctico que la persona espiritual, nada más práctico que la espiritualidad. Ser espiritual es ser inteligente, no comulgar con ruedas de molino de ninguna clase: ni civiles ni religiosas. Ser espiritual es comprender fascinado y sorprendido la sacralidad de todo y de todos y, por lo tanto, vivir amorosamente y, quien vive amorosamente es justo y es paciente y es servicial y es verdadero...

Me confirmo en lo dicho: nada más práctico que ser espiritual.