La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

sábado, 24 de septiembre de 2016

"En el principio era la Son-risa"





Me he sentido y me siento el centro del universo muchos días: cuando de bebé todas las miradas amorosas, tiernas, divertidas estaban sobre mí, Cuando de niña los Reyes Magos me traían los regalos deseados. Cuando mi madre preparaba una fiesta de cumpleaños para mí...  Cuando me mira o me abraza la persona a la que amo. Cuando mis amigos me llaman, me hablan, me dicen que me quieren. Cuando alguien me dice "hoy he pensado en ti". Cuando siento vívamente que Dios "me mira" en el fondo de mi Ser.

Aquí estoy. En este planeta pequeñito que gira y gira por el infinito universo y, en cambio, yo, muchos días, soy el absoluto centro de todo cuanto es y existe: cuando mi tristeza es para mí motivo para no ver otras alegrías, cuando mi dolor me parece el único dolor, cuando mis emociones se erigen en reinas de todo lo creado. Cuando mi presencia, mis cosas, mi vida se me antoja imprescindible. Cuando creo que si yo no hago caso a Dios, él no existe o le resto algo. Cuando me creo que hay algo controlable y actúo queriendo controlar la Vida.

Aquí estoy. Sí, tan diminuta y tan grande a la vez. Tan "central" y tan "periférica". Tan "todo" y tan "nada".

Todo el universo en mi retina, en mis venas, en mis células, en toda mi entraña. Y yo parte ínfima de un universal universo.

A veces satélite de mis "soles"... A veces centro del universo para quienes me aman. A ratos estrella de mi propia galaxia y "sol" en la vida de algunos cuya luz yo reflejo haciéndome "luna".

Electrón que sale de su órbita y efectúa un salto cuántico avanzando en mutación espiritual. Expuesta a células cancerígenas con forma de pensamiento negativo. Partícula y onda.

Todo eso soy y no soy, somos y no somos.

Pero todos y todas podemos iluminar el universo al completo con una simple sonrisa.

Cuando sonríe el alma humana, ilumina lo ilumina todo dentro y fuera, microcosmos y macrocosmos.

"En el principio, era la Son-risa". Y dijo Dios: "Ellos, ellas SON la RISA  de mi Corazón"

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Mi huella en el mundo

Veo, escucho, huelo, toco, saboreo... A mi alrededor todo en movimiento. Vida. ¿VIDA?

Me pregunto: ¿A qué llamo vivir?
Te pregunto: ¿A qué le llamas vivir?

¿Es vivir "tener cosas"? ¿Nos definimos por lo que poseemos?
¿Es vivir "hacer cosas"? ¿Nos define nuestro trabajo?
¿Es vivir "sobrevivir? ¿Nos define nuestra capacidad de "aguantar"?
¿Es vivir estudiar, encontrar un trabajo, cobrar a final de mes, comprarse cosas y estar tranquilo viviendo lo mejor posible porque "total, son dos días"?
¿Es vivir crear un personaje para atravesar esta jungla vital?

¿Qué es vivir, vivir de verdad? 

Escucho tantos sucesos, actos que causan confusión, desasosiego, dolor, muerte, destrucción, pérdidas, discriminaciones, injusticia estructural, ideologías vacías...
Veo tantas formas de ser diferentes...

Veo...

Incendios provocados.
Corrupción política.
Guerras provocadas por mentiras, por intereses económicos, por fundamentalismos religiosos.
Discriminaciones por identidad sexual, por género, por raza, por nivel económico, por religión.
Niños y niñas maltratados por otros niños y niñas, por adultos sin escrúpulos, por multinacionales.
Ricos muy ricos, pobres muy pobres.
Fronteras cerradas al ser humano pero abiertas de par en par al dinero venga de donde venga.

Cerca de mí:
basura tirada junto a un contenedor vacío.
Ruido, ruido, ruido.
Malas caras.
Falta de educación.
Agresividad.
Dispersión mental.
Incultura.
Prejuicios.
Escaso cuidado del entorno.
Personas que siempre exigen sus derechos, pero no cumplen sus obligaciones.
Pensamiento mediocre.
Analfabetismo espiritual.

También veo y escucho:
Hombres y mujeres que en todo el mundo dan la vida por puro amor, con absoluta generosidad.
Jóvenes que sueñan y arriesgan en busca de un sueño.
Educadores/as que se dejan la piel cada día por una mejor educación, por la felicidad de niños y jóvenes.
Seres humanos que cuidan el planeta.
Inventores, creativos que aportan todo cuanto pueden y saben a la mejora de nuestra vida.
Luchadores que vencen la enfermedad con optimismo y fuerza.
Hombres y mujeres honrados que lo dan todo cada día, siendo fieles en lo pequeño y en lo grande.
Familias acogedoras.
Amigos fieles, amorosos.
Artistas que regalan belleza al mundo.
Personas cuidadosas y respetuosas que no ensucian ni contaminan ningún entorno.
Personas deliciosamente educadas, cultas, íntegras, presentes.
Seres verdadera y profundamente espirituales.
Hombres y mujeres que se sitúan conscientemente junto a quien sufre.
Sabiduría en las palabras y actos de tantos y tantas.
Dulzura y serenidad en la mirada de muchos ancianos.
Niños inocentes, alegres y despiertos.

¿Qué es Vivir? Quizá sea ser  caminar dejando una huella positiva en el mundo.


martes, 6 de septiembre de 2016

Ciencia y Fe tomando un té

Pocas veces he escuchado un discurso tan claro, sencillo, respetuoso e interesante sobre la necesaria interrelación entre ciencia y Fe.

Espero que los disfrutéis tanto como yo y que os lleve a vuestra propia reflexión.

Yo mientras me tomo felizmente un té (si veis el vídeo sabréis porqué).

viernes, 2 de septiembre de 2016

¡Qué hermosos los pies del mensajero que anuncia la paz!


Cuando llega el verano todo son celebraciones y deseos de que sea un tiempo de descanso, desconexión de las prisas, tiempo de vivir las cosas al ritmo que nos va bien y nos hace bien y de poder hacer todas esas cosas que durante el curso afirmamos no poder hacer.

Me parece a mí que ni siquiera en verano somos capaces de cumplir esos deseos y nos vemos demasiadas veces imbuidos de las mismas prisas y acumulación de muchos  "tengo que..."

Y, cuando septiembre nos susurra aquello de "el final del verano llegó", nos entra una extraña tristeza, una gran pereza y comenzamos a soñar con las siguientes vacaciones.

Vivimos distraídos, traídos fuera de nosotros, explorando en tierras ajenas en busca de lo que en abundancia crecer dentro de nosotros: la PAZ.

Todo es ya como tiene que ser en este instante preciso. Eso no quiere decir que no recordemos el pasado ni que prescindamos de imaginar el futuro. Simplemente quiere decir que la vida es ahora, no ayer, no mañana, "ahora es tiempo de gracia, ahora es tiempo de salvación" (2 Cor 6,2). Gracia y salvación en el verano y en el otoño, en la primavera y en el invierno. Nos lo dice con una palabra silenciosa la naturaleza. La forma en que los árboles, los campos, el cielo, el mar, los ríos, los animales viven cada estación dejando que cada momento sea como es: si frío, frío, si calor, calor, si abundancia gozándola, si escasez agudizando los sentidos para encontrar lo que se oculta en ella.

Observar la naturaleza y sus ciclos nos da una gran lección de vida. Todo en la naturaleza emite con rotundidad ese mensaje de PAZ. Una paz que emana del hecho de ser fiel a lo que se es en cada instante. Simplemente Ser.

El ser humano, con su inteligencia, su capacidad para transformar el medio, es capaz de maravillas pero tristemente a veces olvida lo más esencial: simplemente disfrutar y agradecer el hecho de ser. disfrutar y agradecer. Eso en sí es sanador y genera paz interior porque rompe con el círculo vicioso de la insatisfacción perpetua, de la huida hacia delante, del colocar siempre un paso o dos por delante la felicidad.

Mientras nosotros miramos ansiosos y quizá asustados nuestras agendas, horarios, etc... Las montañas, el cielo, el mar, las aves, los gusanos, las arañas, las flores, las abejas, la hierba, todo continúa tranquilo su andadura por el ciclo de la vida al margen del tráfago humano.

Hoy, en esta soleada y serena mañana de septiembre miro a los montes, acallo mi mente, respiro y escucho al mensajero que me trae la paz: está en mí, soy yo misma estando en Dios. Todo es como tiene que ser, todo es en sí mismo y ya revelación al contemplarlo en estado naciente (M. Zambrano)