La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

martes, 21 de noviembre de 2017

ESTELAS


El cielo permanece. En él nuestras vidas trazan caminos. Tu alma es el cielo. Tus pensamientos y aconteceres van y vienen, sopla el viento y los borra. Tú permanece anclado en tu Centro, así las estelas que deje tu paso por este mundo serán bellas, buenas y verdaderas.

(Texto y fotografía: Elena Andrés 2017)

viernes, 10 de noviembre de 2017

Tener voz

La miseria es grande y aun así me ocurre a menudo por las noches, cuando el día se va apagando dentro de mí, hondamente, que camino con ágiles zancadas a lo largo de la alambrada y siento subir de mi corazón una fascinación-no lo puedo evitar, proviene de una fuerza elemental-: esta vida es maravillosa y grande, tenemos que construir un nuevo mundo después de la guerra. Y a cada infamia, a cada crueldad, hay que oponerle una buena dosis de amor y buena fe, que primero habremos de hallar dentro de nosotros mismos. Tenemos derecho a sufrir, pero no a sucumbir al sufrimiento. Y si sobrevivimos a esta época ilesos de cuerpo y alma, de alma sobre todo, sin resentimientos, sin amarguras, entonces ganaremos el derecho a tener voz cuando pase la guerra. Tal vez soy una mujer demasiado ambiciosa: me gustaría tener una palabra que enunciar.
                                   (Etty HILLESUM. El corazón pensante en los barracones. Cartas. Athropos editorial, 2001, pág. 99.)








¿Qué me impacta de ellas y qué me enseñan estas dos voces provenientes de la locura de los campos de exterminio nazis? Etty Hillesum y Eva Kor, la primera asesinada en Auschwitz, la segunda superviviente de los experimentos con gemelos del monstruo Josef Mengele, el"ángel de la muerte" de Auschwitz.

Etty Hillesum, en medio del infierno del campo de concentración de Westerbork, es capaz de seguir conectando con lo más genuino del ser humano: su capacidad de no sucumbir y conservar el alma. Etty medita, contempla, eleva su mirada más allá de las alambradas, se deja enamorar por la dulzura de su padre preso también, se alegra de encontrarse allí con familiares a los que no veía hace muchísimo. Leyendo las cartas de Etty, hay momentos en los que te hace olvidar que está en un campo de concentración nazi porque es tal la belleza y esperanza de sus palabras que no podemos hacerlas provenir de semejante contexto de des-humanización y locura.

En el párrafo que he transcrito, Etty pronuncia algo impresionante, rotundo que a mí, cada vez que lo leo, me sobrecoge y me conecta con algo muy, muy profundo y verdadero. Ella afirma: si sobrevivimos a esta época ilesos de cuerpo y alama, de alma sobretodo, sin resentimientos, sin amarguras, entonces GANAREMOS EL DERECHO a tener voz cuando pase la guerra. ¡Qué potencia moral posee esta afirmación!. 

Hace poquito leía en una página de educación que sigo en Facebook: "El victimismo es la más popular de las formas de egoísmo, pues permite exigir derechos sin necesidad de cumplir deberes: es querer ser libre a costa de los demás, negando así la propia esencia de la libertad." Miro a mi alrededor y me miro a mí misma y a mi entrono más cercano y descubro esa forma de egoísmo muy presente, pero leo a Etty una y otra vez y no descubro ni una palabra de queja "victimista", no encuentro expresiones de odio ni de deseo de venganza. En una situación donde sería totalmente lícita la queja desgarrada y el enarbolar sin ambages la bandera de víctima, ella, por el contrario, se deja adentrar en la experiencia sin victimismos ni alharacas. En otra carta dice:

Si en estos tiempos no te derrumbas de desolación y si, por otro lado, no te vuelves, a fuerza de autodefensa, dura y cínica o te resignas, entonces tienes todavía alguna posibilidad de ser más sensible, tierna y comprensiva y capaz de amar a un semejante.

He aquí, pues, la voz de una mujer que precisamente porque anhela tener voz propia en la construcción de una sociedad mejor, no sucumbe al victimismo, ni a la amargura, ni al odio. Para ello, en medio de su situación como presa en un campo de exterminio, hace falta una fuerza interior tremenda que no se improvisa. En las cartas de Etty se asoma el lector a un genuino proceso de crecimiento interior. y, personalmente, cada vez que vuelvo a leer sus cartas siempre siento dentro de mí una punzada de dolor y rabia al pensar hasta donde podría haber llegado esta gran mujer si no la hubieran asesinado vilmente. ¡¡Cuántos grandes hombres y mujeres hubieran podido aportar tanto a la humanidad si no hubieran sido asesinados en tantas y tantas guerras!!

Pero, gracias a Dios, otros sobrevivieron y, en el vídeo que comparto, escuchamos esa voz que hubiera podido ser la de Etty. Una mujer que se ha ganado el derecho a tener voz al no haber sucumbido, tal y como dice Etty, a la amargura y el resentimiento. EVA KOR perdonó a sus verdugos. En el juicio contra un nazi cómplice de los asesinatos, los asistentes sintieron un escalofrío al verla abrazar y besar a Oscar Groening, conocido como "el contador de Auschwitz" y perdonarlo por sus crímenes. Muchos judíos supervivientes que allí estaban no lograron entenderlo y ese gesto fue duramente criticado.

Eva Kor afirma la potencia sanadora del perdón. Resulta impresionante escuchar de qué manera recorrió su proceso de perdón a Mengele. Un camino consciente, paso a paso, hasta quedar verdaderamente libre.

Necesitamos voces así en el panorama mundial; voces que no entonen la cansina cantinela de la búsqueda de culpables, del victimismo, del "y tú más". Pero, para ello, para como anhelaba Etty Hillesum, tener voz,  no cualquier voz, se exigen otra cualidades, otra calidad humana. Por ello, y aunque esta entrad sea un poco más larga de lo que hubiera deseado, termino con otro párrafo de las Cartas de Etty que, hoy, me parece puede provocar una necesaria reflexión sobre desde donde y como leer nuestro actual contexto socio-político europeo.

En medio de este árido pedazo de tierra de quinientos metros por seiscientos es posible vislumbrar líderes políticos y culturales de las grandes ciudades. Los bastidores que los habían protegido se desmoronan de un plumazo en el campo de concentración, y helos ahora aquí, atemorizados y desorientados, en un escenario abierto y ventoso que se llama Westerbork. Arrancados de su existencia cotidiana, sus figuras conservan aún la aureola palpable de lo que fue una vida intensa, propia de una sociedad más compleja que la que tenemos aquí.
Se mueven a lo largo de la fina alambrada y sus enormes siluetas se deslizan, vulnerables, en la inmensa superficie del cielo. Tendrían ustedes que haberlos visto...
La sólida coraza de su posición social, la notoriedad y la fortuna se han despedazado y no tienen dónde caerse muertos. Viven en un espacio desnudo, delimitado únicamente por el cielo y la tierra, y que tendrán que ir amueblando de lo que rescaten de su propio interior, de lo demás ya no les queda nada.
Ahora es evidente que en la vida no basta con ser un político hábil o un artista talentoso, pues en la necesidad la vida exige otras cualidades.
Sí, en verdad, al final seremos juzgados por nuestra calidad humana. (págs. 60-61).


jueves, 2 de noviembre de 2017

No sé como titular esta entrada...

La enseña se cumple:"Divide y vencerás". Y así actuamos cuando no vamos más allá, cuando otorgamos a lo relativo la cualidad de absoluto. Es evidente que toda persona debe construir su propia comprensión ética y política de la realidad. Pero, en estos meses, me pregunto ante cada nuevo "episodio nacional-ista" (nacionalismo español o catalán, ambos son nacionalismos en cuanto a defensa de una identidad diferente e inamovible, y ya sé que esta frase será entendida como un gran error, sin embargo, así lo creo), bien, decía que me pregunto últimamente si es posible de veras que pensemos que es posible solucionar nuestros problemas en el mismo nivel de conciencia que los creó. 

Todo nacionalismo subraya la diferencia: España diferente y muy otra de Francia, Europa muy diferente con respecto a África, el Norte con respecto al sur, Cataluña diferente de España y un larguísimo etcétera de diferencias, subrayados, límites, peculiaridades... Lo único bueno son los chistes que de ello sacamos, si me permitís la pequeña banalidad.

¡Qué hermosa la pluralidad, la diferencia, lo peculiar! ¡Qué hermoso nuestro mundo que desde el principio de su existencia ha evolucionado, ha cambiado, está pleno de diversidad!

Pero... Qué pena cuando, desde el nivel de conciencia egoico, traducimos "diversidad" por "molesto". Nuestra pequeña mente humana se inquieta ante lo que no puede clasificar y mantener en una casilla clara, se inquieta ante la demasiada diversidad. Por ello, la historia humana sobre la faz de la tierra está plagada de luchas de poder que buscan siempre hacer al otro igual a mí para que encaje en la visión del mundo que  yo catalogo como "buena y justa". Cómo nos desasosiega salir de nuestras zonas de confort.

Luchas, conquistas, asimilaciones a todos los niveles: familiar, político, económico, religioso e incluso ecológico.

Y si no podemos asimilar, si el percibido como diferente se remueve y no se deja, entonces funciona perfectamente el "divide y vencerás": crear una narración en la que queden bien claros los "bandos", los "lados". Los de un "lado" tendrán su narración y los del otro lado la suya y en cada narración todo encaja a la perfección y encaja tan bien que hace del todo imposible transitar los posibles puentes de encuentro. Como pasa con los "paradigmas", parece que dos narraciones de un mismo hecho político no pueden convivir, están siempre llamados a chocar. 

A mi modo de ver cada "lado" de este estridente sinsentido español-catalán, ha dinamitado totalmente los puentes imprescindibles que hubieran sido deseables y, para mí, posibles en el siglo XXI.

Y yo, amigos, me siento como quien caminando por el puente, cayó al río tras la explosión que lo destruyó y descubre que la vida fluye, es cambio, diversidad, mientras veo en las dos orillas separadas a gente inamovible, estancada, cerrada que grita sin esas a los de la otra orilla.

Y a quienes ansiamos puentes que demuestren que tenemos la inteligencia suficiente como para reconocer que el contexto socio cultural del siglo XXI pide otras políticas, estamos nadando en el río y recibiendo pedradas de un orilla y de otra. Bueno, pues yo prefiero seguir nadando aún a riesgo de ahogarme, antes que decantarme por una orilla o por la otra: prefiero los puentes que me permitan sentirme de todos y no de unos pocos.

El único absoluto en todo esto debiera ser el bien común. Miedo me dan tantas banderas al viento que esconden tras sus ondulaciones fundamentalismos de un lado y de otro. Ante tanta bandera asomada a tantos balcones me siento totalmente apátrida. No me representan ni unas ni otras, Hace mucho que no puedo comulgar con ruedas de molino de un signo ni  de otro.

¿Nadie se da cuenta de que el planeta, nuestra casa, la casa común que no reconoce fronteras y se alegra con la bio-diversidad, se nos está muriendo?

Muy bien: sigamos jugando a ser únicos, a descatalogar al otro de mi álbum de fotos. Sigamos volcando violencia y agresividad en las redes sociales, insultándonos, descalificándonos y mientras tanto permitamos que a quien le va muy bien esta división se frote las manos y sea más rico porque nosotros, antes de cuidar de nuestra única casa, la Tierra, necesitamos amueblar muy bien y dejar bien clara cuál es la República independiente de lo que sea o el Reino de no sé quien. Quizá, cuando eso esté hecho y respiremos tranquilos porque el otro ya no se mete en mis asuntos, ya sea demasiado tarde: no habrá manera de construir puentes porque no habrá planeta.

¿Aún no sabemos a estas alturas que somos inter-dependientes? ¡Qué torpes y necios!

Todo esto me cansa, me preocupa, me entristece, me harta, me enfada... Por eso necesito cada día grandes dosis de silencio orante y allí, una y otra vez, se me revela lo absurdo de todo este montaje y se me indica que el único camino para ser es vivir con alegría y paz la diferencia, la bio-diversidad, el cambio y la evolución porque es la entraña de todo lo vivo. Ahí, en la raíz silente de la Vida sólo escucho "Padre, que todos sean uno, como tú y yo somos uno", ante eso... nada más puedo decir, sólo pedir vivir yo en mi día a día esa unidad, la construcción de la unidad con los cercanos, con el mundo, con Dios. Poniendo en ello todo mi corazón, no queda sitio para banderas y bandos.

Publicaré esta entrada y ojalá no reciba mensajes ofensivos, "peros", lecciones de historia... Simplemente: estoy cansada de tanta cerrazón, de tanta mentira, de tanta interpretación sesgada de todo. Todos tenemos derecho y el deber de posicionarnos políticamente, ya lo he dicho antes, pero también creo tenemos el deber en este momento de la historia de la humanidad de realizar el necesario "agere contra" para crear hoy las bases de un futuro mucho mejor para nuestros hijos e hijas. 

Este no es el camino: unilateralismos, cientocincuentaycincos, victimismos varios, ocultaciones. Esta no puede ser la forma de hacer política y de convivir del siglo XXI. Pero para que la solución aparezca ha de haber un necesario cambio de nivel. Hoy, tal cambio, no se percibe y, viendo el estilo de personas que se dedican a la política en general, veo muy complicado el necesario "salto cuántico" que pueda originar diálogo de verdad (patética la forma de definir "diálogo" de ciertos políticos cuando hablan de ello).

DIA-LOGOS: la palabra  a través de mí que llega a ti (porque escuchas) y en ti es acogida, respetada, abrazada aunque me saque de mi zona de confort y siendo acogida queda revestida de algo nuevo que llega a mí cuando hablas tú, dando a luz, entre los que dia-logan a una tercera palabra que crea una nueva realidad.

Por tanto como siento y he intentado expresar (no sé si con acierto o no, pero así ha salido)... No sé como titular esta entrada. Póngale cada lector el título que más le convenza.