La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

martes, 13 de febrero de 2018

¡Vive con atención!

MIÉRCOLES DE CENIZA. Fin del Carnaval.. Viendo este fin de semana una de los desfiles de carnaval, me maravillaba el detalle de algunos disfraces, carrozas y de algunas coreografías. Hay que "meter" muchas horas para todo eso. Pide dedicación y, desde luego, en las caras de los niños, jóvenes y adultos, se veía que aquello iba muy en serio, que no era un juego sin más. Habían puesto y ponían todo el empeño en hacerlo bien. Y, allí estaban todos, en un día de lluvia, frío y viento, retando al clima y llevando adelante aquello para lo que tanto habían esperado y que durante tantos meses se había preparado.

Y me pregunto: ¿Y si yo pusiera el mismo empeño en vivir de veras? ¿Y sí empleara el mismo tiempo, dedicación, atención a ser quien puedo ser, a vivir mi vida plenamente?

Así que, esta mañana me resonaba dentro que este año deseo que la Cuaresma tenga este lema para mí (y para ti, si te sirve): "VIVIR CON ATENCIÓN".

VIVIR CON ATENCIÓN quiere decir dedicar a las cosas de verdad importantes el tiempo que piden y saber diferenciarlas de las cosas secundarias.
VIVIR CON ATENCIÓN quiere decir prestar atención a los detalles: cómo dispongo el espacio exterior e interior para la oración, cómo hago mi trabajo, cómo me comporto con los que me rodean, pero también atender a la inmensa cantidad de belleza, de verdad y de bondad que me rodea y que a veces no capto por vivir distraído.
VIVIR CON ATENCIÓN quiere decir abrirme al dolor y la necesidad de los cercanos y de los lejanos.
VIVIR CON ATENCIÓN quiere decir no vivir disfrazado, sino libre de máscaras y, por ello, quizá, quedar tantas veces a la intemperie.
VIVIR CON ATENCIÓN quizá sea poner el corazón en lo de cada día, llueva o nieve, haga sol o se llene el interior personal de nubes.
VIVIR CON ATENCIÓN quiere decir celebrar la vida, expulsando la queja para entonar un himno de agradecimiento y alabanza.

A lo mejor las tres propuestas de la Cuaresma, ayuno, limosna y oración, no sean más que eso, una gran invitación a la atención: estar atento a los bienes materiales y agradecerlos y cuidarlos, a la vez que compartirlos con tantos y tantos a quienes se les arrebatan haciendo de la vida una oración de agradecimiento por tanto bien recibido y una denuncia de toda injusticia y abuso.
Estar atento a mi propio interior para limpiar la mala hierba que crece con tantísima facilidad si me despisto "con lo de fuera". Estar atento a mi casa interior para descubrir en ella tanta belleza y una calidez que hacen que mi hogar sea yo mismo y en ese hogar interior, Dios amándome y la Humanidad entera hermanada conmigo.
Escuchar más allá de mis ruidos, escuchar de veras, abrirme a escuchar lo que Dios pronuncia en mi alma y ser fiel a ello.

Que la ceniza que mañana sentiré en mi frente sea un recordatorio y no deje de escuchar en mi interior: "¡VIVE CON ATENCIÓN!"

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