La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

martes, 8 de mayo de 2018

No sé qué decir...

Un saludo a todos/as los/as que leéis este blog. Disculpad todo este tiempo de silencio. Dejé un tema propuesto para la reflexión. En un principio el hecho de no publicar más entradas fue para dar tiempo a esa reflexión y ver si recibía alguna respuesta, pero después, el no publicar ha nacido de mi imposibilidad para decir nada. No he sabido y aún no sé qué decir ante la avalancha de acontecimientos densos que han tenido y tienen lugar en nuestro mundo.

Sí, no sé qué decir o quizá no quiero decir cualquier cosa... O más bien me pregunto quién soy yo para decir algo, para arrogarme una palabra que aporte luz o consuelo entre tantos sinsentidos y dolores de tantas personas, países...

También, en el tiempo entre la última entrada y hoy, vivo un asqueo de las redes sociales, que más que redes me van pareciendo un entramado pegajoso de mentiras, medias verdades, insultos, opiniones vacías, tópicos y barbaridades. Tan solo algunas presencias amables aparecen de tanto en tanto...

Por ello, he estado pensando en qué sentido tiene este blog, si quiero seguir escribiendo, si escribir por este medio  me apetece como antes.

Me voy decantando hacia el no.

Estoy harta de palabras, cansada, incluso de las mías. Tengo sed de silencio.

Soy consciente de la pequeñez de mi aportación. Soy una diminuta palabrita en el océano de la red. Siempre he querido ser una palabrita que pudiera poner luz y ánimo, optimismo, esperanza, fe...

Mi vocación no es ser una "influencer" de la interioridad, ni una famosa "charlista" ni una voz de referencia. Mi vocación es ser fiel a lo que se me ha dado a ver y comprender y para ello no necesito este medio virtual. Lo vivo cada día con los educadores en los cursos que compartimos.

Por ello, quizá, durante un tiempo estaré en silencio o quizá me centre ya tan sólo en la reflexión sobre la Educación de la Interioridad, no lo sé. Sigo Escuchándome.

También os confieso que, el hecho de no recibir aportaciones al último tema planteado me induce a pensar que este blog es totalmente prescindible. Siempre que alguien me dice que sigue mi bog, que lo lee e incluso que utiliza algunas entradas con sus grupos, me siento gratificada y siempre respondo "pues escribe algo, deja un mensaje"... Pero nada, me siento realmente en un monólogo y en este momento de mi vida necesito diálogo, contraste de percepciones...

Suelo pensar que "nací sin móvil, sin facebook, sin blog" y así he vivido muchos años de mis cincuenta años de vida. No creo que sea imprescindible seguir haciendo uso de estos medios a no ser que me demuestren su necesidad. No quiero vivir ahora cayendo en la trampa de creer que si no estoy yo o están los demás en las redes sociales no existimos o no tenemos una palabra que aportar...

Lo dicho: Necesito silencio y diálogo, no monólogos. A no ser que sienta muy fuerte que este blog cumple una tarea, tras una última reflexión sobre "interioridad y mindfulness" lo cerraré.

Un abrazo cariñoso.