La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

miércoles, 17 de octubre de 2018

El trasfondo de la Educación de la Interioridad en la Escuela Católica

Hoy escribo esta reflexión inspirada por el jugoso comentario que Javier Palacios, profesor de La Salle Burgos (felicidades por vuestro 75 aniversario de colegio) hizo a mi anterior entrada.

Se trata de atinar con la descripción del trasfondo de los proyectos de EI que se están poniendo en marcha en el contexto de la Escuela Católica española.

Primero un poco de historia para ayudar a comprender donde se sitúa esta propuesta en concreto. Durante los años en los que viví en Barcelona y en mi trabajo como profesora de Religión y coordinadora de pastoral en un colegio de religiosas, pude comprobar la enorme dificultad para mantener las propuestas pastorales con los modos y lenguajes que habían sido adecuados hasta ese momento. Identifiqué que lo que faltaba no sólo era un interés por "lo religioso" sino un cultivo de ese "humus" sin el cual ni lo religioso y ni tan siquiera la cualidad humana puede florecer, ese "humus" es la interioridad. Así pues, en mis primeros pasos e investigaciones, me centré en poner el énfasis en todo aquello que enriquece a la persona más allá de si ésta busca o no, acepta o no, la religiosidad. Sentí que hacíamos un flaco favor a una pastoral seria y que quisiera cuidar el Encuentro con Dios, si a aquellos alumnos con tantas carencias en cuanto a capacidad de introspección, de escucha, de compresión de la dimensión mistérica de la Vida, no les ayudábamos a re-conectar con su dimensión interior y a descubrir en ella una energía vital capaz de poner en marcha mecanismos de mejora personal, de iluminar el sentido de sus vidas y, por ello, quizá, abrir la puerta a una experiencia de Dios transformante.

Es por ello que, en mis planteamientos iniciales en torno a la EI subrayé con énfasis durante muchos años años que era preciso desvincular la EI y la Pastoral en lo referente al lenguaje y a la puesta en escena, me explico: 
  • Si lo propio de la Pastoral es profundizar en la experiencia cristiana, favorecer en los alumnos y educadores el "gusto" por Jesús y el Evangelio ¿cómo hacerlo en un ambiente de tan clara desafección por todo lo católico? ¿Cómo anunciar a Jesús en un areópago no tan sólo indiferente sino incluso opuesto claramente a cualquier pretensión de acercamiento al tema religioso-católico? Pero a la vez y paradojicamente la cuestión se presentaba en un ambiente generalizado de búsqueda, de interés, eso sí, por "lo espiritual". Siempre digo que en mis primeros años de vida en Barcelona me llamó la atención la numerosa y variada oferta de "experiencias espirituales" en las que se mezclaba lo sano con lo más superficial y alejado de cualquier profundidad. 
  • En ese batiburrillo de propuestas teníamos que poder ofrecer a nuestros adolescentes y jóvenes el regalo inconmensurable de regresar al hogar interior, allí donde la vida resuena y puede ser escuchada con mayor hondura y, en ese aprendizaje de "ser" poder, si Dios lo quiere, vivir un Encuentro con el totalmente Otro. 
  • Para ello, era preciso cambiar el lenguaje, crear un espacio en la vida escolar para experiencias de calado humano y espiritual desde un lenguaje universal que abrazara a todos: creyentes y no creyentes. 
  • Pero además, urgía hacerlo provocando también en  todo el profesorado un deseo de participar activamente en ello, rompiendo con las sinergias creadas durante muchos años que llevaban a entender que "lo pastoral"(mezclando ahí gran cantidad de aspectos) era cosa de unos pocos. Es por ello que siempre he defendido y aconsejado que el ámbito de la EI no sean los pastoralistas de siempre los que lleven la voz cantante en la "puesta en escena", sino que ese protagonismo recaiga en educadores/as a los que es (o era) raro relacionar con temas extracurriculares que "huelan" a espiritualidad. Por ello, puse el énfasis en aunar fuerzas con los educadores de las áreas de Música, Plástica y Educación Física (guardo gratísimo recuerdo de las primeras convivencias en clave de EI que animamos en ese colegio el profesor de Educación Física y yo misma). 
  • Pero jamás propuse ni he propuesto una desvinculación "de facto" entre la EI y la Pastoral porque eso supondría separar lo religioso de lo humano negando la entraña humanizadora de la Encarnación; sería como afirmar que quien crece en humanidad acaba prescindiendo de Dios y quien se adentra en lo religioso no precisa de lo humano. 
  • A mi modo de ver, supone una gran ceguera y falta de criterio pretender que en un colegio cristiano, la EI pueda  caminar sola,  sin contacto alguno con la Pastoral escolar, como lo supone creer que la Pastoral no precisa de la ayuda de esa educación de la dimensión interior, entre otras cosas porque la Pastoral de calidad siempre ha trabajado la educación de la interioridad aunque no le pusiera ese nombre y porque la experiencia religiosa siempre acontece en o supone un despertar a la dimensión interior y el despliegue de una plena humanidad.


Por todo lo anterior, el trasfondo de esta propuesta de EI que hoy ya llega al contexto universitario a modo de Posgrados, es el de una Educación de la Interioridad afincada en el humanismo cristiano, una EI que entiende la interioridad como una dimensión antropológica común a todo hombre y mujer, pero que en el ámbito de una escuela cristiana debe ser fiel a la antropología cristiana que contempla al ser humano como "capax Dei", por ello, y aterrizando más en el tema y en el comentario de mi amigo Javi, con paz y sabiduría, debemos velar por cuidar que ese trasfondo esté presente en la formación del profesorado y, por ello, será necesario, conocer por ejemplo, que en el ámbito de la espiritualidad cristiana, la meditación no es un mero "mindfulness" como comentaba en la entrada anterior y que como seguidores de Jesús no podemos frenar el proceso de vida interior en un mero "estar bien", "bajar los niveles de estrés", "mejorar la capacidad de atención y presencia" sino que, siendo todo ello muy bueno y muy necesario es un primer escalón en un proceso mucho más ambicioso y rico que enlaza con el humanismo cristiano en el que el hombre y la mujer son invitados a vivir algo mayor y más grande que tiene que ver con el despertar a la dimensión de SERVICIO Y GRATUIDAD, a la COMPASÍON y la MISERICORDIA concretadas en la pro-existencia al modo de la parábola del buen samaritano y descrita también en Mt 25: 

Entonces se sentará en el trono de su gloria; y serán reunidas delante de El todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteisestaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.” Entonces los justos le responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber?  “¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos? “¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?” Respondiendo el Rey, les dirá: “En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.” Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles. “Porque tuve hambre, y no me disteis de comer, tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recibisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.” Entonces ellos también responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o como forastero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?”  El entonces les responderá, diciendo: “En verdad os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de los más pequeños de éstos, tampoco a mí lo hicisteis.”

Son estos algunos de las cuestiones que aluden al "trasfondo" que da origen a la EI. Todo cuanto cambiemos en esa lectura de fondo, cambiará lo que acabemos proponiendo al alumnado de nuestro centros. Por esta razón es tan vital que antes de comenzar a hacer nada en el aula, los educadores/as profundicen al máximo en los presupuestos antropológicos, sociológicos y pedagógicos, y en el ámbito de la escuela cristiana , será un reto ineludible, afrontar el estudio y la reflexión de la Teológica de la que hacemos brotar el itinerario de Interioridad que deseamos para nuestros centros. Deberemos, por ello, poner a funcionar al máximo nuestra inteligencia y creatividad para acercar estos temas, antes para unos pocos, a todo el claustro educativo. Será seguramente, en no pocos colegios, un camino de re-evangelización del propio profesorado. Un reto del siglo XXI para la escuela católica.



5 comentarios:

I. Nieto dijo...

Escuela concertada o pública, ¿qué importancia tiene? ¿Qué más da?
En una escuela repleta de diferencias culturales, religiosas, de capacidades…mi misión como maestr@, allá donde me encuentre: educar-educarnos para llegar a conocerse desde lo más hondo, para ser lo que uno es dejando crecer esa luz que todos llevamos dentro y convertirse en lo mejor que uno es capaz de ser… Y siempre compartiendo vida, sueños y proyectos.
Gracias por tu valiosa aportación.

Elena dijo...

Gracias por tu comentario, I. Nieto. Como ves personalmente sí identifico que en la Escuela Concertada Católica hay algunas cuestiones que deben debatirse al menos dada su raíz cristiana, a pesar de que la oferta de EI es para absolutamente todos sea cual ea su credo o no tengan ninguno, ya que esa es la realidad de nuestros centros, la de la diversidad cultural y religiosa. Sucede como en algunas escuelas públicas donde cualquier aspecto religioso es dejado de lado para mantenerse fieles a su laicidad, así, las congregaciones religiosas que son titulares de centros educativos que han nacido de una historia enraizada totalmente en la fe cristiana, velan por ello. En uno y otro caso deberíamos poder favorecer una Educación que favorezca ese terreno común de un verdadero humanismo que efectivamente nos lleve a crecer y convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.
Un abrazo.

Javier Palacios dijo...

He leído tu entrada unas cuantas veces y confieso que la he enviado a unas cuantas personas... (A veces hay que repetir las cosas, incluso en diferentes formatos, para que lleguen los mensajes) En este blog empieza a haber material para un libro. Muchas gracias, Elena, por tu llamada a vivir la educación de la interioridad desde la paz y la sabiduría, tan ausente en la escuela de nuestro tiempo.

Jorge dijo...

Muchas gracias, Elena, por tu artículo. Yo siempre lo he entendido así. Usando una nomenclatura de Javier Garrido, veo la educación para la interioridad como un "equipamiento" para la persona, que le ayuda a ser más y mejor persona y, además, le abre a la Trascendencia, que para los que somos cristianos, es una Persona y se llama Dios de Jesús.

¡Es importante que no olvidemos esto! Aunque nos salgan más fáciles las actividades corporales que las que rozan a la Trascendencia... Y, sobre todo, porque educar realmente para la interioridad implica educar a toda la persona y, para ello, es imprescindible que todos eduquen... Por eso "escuela para la interioridad" y "escuela a tiempo completo" son gemelas... o caras de la misma moneda.

Llevo unos meses leyendo cosas de "teología de la interioridad", que no viene a ser nada diferente que la sana tradición de la teología espiritual vaciada de ritos vacuos, pero llena de espacio para Dios. Nos queda mucho por avanzar, pero me anima ver que formamos parte de una ola mucho más grande.

Lo dicho: mila esker eta aurrera!

Elena dijo...

Muchísimas gracias Jorge por tu atinadísimo comentario. Lo dices estupendamente, me gusta mucho: "escuela para la interioridad"-"escuela a tiempo completo". Así. es.
Me gusta también lo de la EI como un "equipamiento" para la persona que no es sino parte de como dices la "sana tradición de la Teología espiritual vaciada de rituos vacuos". Fantástico. Ahí nos movemos, hacia ahí enfocamos todos los esfuerzos. Remamos juntos en una misma dirección. Gracias por asomarte y dejar un comentario, no sabes cómo anima.
Abrazo.

ELENA