La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

martes, 16 de abril de 2019

Judas

"Os aseguro que uno de vosotros me va a traicionar". Contundente, claro, directo. Jesús lo sabe. Sus amigos no y se preguntan a qué se refiere, cómo puede ser posible algo así... Judas sí, Judas sabe que se refiere a él.

Pobre Judas. Tan sumergido en su oscuridad que no soporta más la Luz que emana de Jesús. Desea esa luz, la ama, pero le hace daño porque acogerla supone renunciar  a tanto... y asumir los planes de Jesús. No, eso no puede ser. Judas sabe que su Maestro no va por buen camino. Recuerda los primeros momentos junto a él. Fueron bellos, intensos. Creyó tocar el cielo y vio que al cielo llegarían si Jesús triunfaba y se erigía Rey. Jesús... ¡Qué maravilla! Caminar junto a  alguien que hace milagros, que encandila a las masas con sus relatos y sus gestos. 

"Yo también me dejé encandilar"-se dice con amargura a sí mismo. No lo soporta más. No soporta la sonrisa sincera de Jesús, ni su mirada directa y clara. "¿Por qué tiene que ser así?, ¿por qué no podemos ocupar el lugar que nos corresponde: Él Rey, nosotros, yo, gobernando Israel?" 

Judas siente la lucha en su interior. Una lucha atroz, inhumana que le tiene agotado el cuerpo y el alma. Ha tomado una decisión: si Jesús no acepta su destino como Rey, si continúa desafiando a los dirigentes religiosos, él le ayudará a ver su error. Si los Sacedotes le reprenden y le hablan, aunque sufra un pequeño castigo, seguro que se dará cuenta de que no queda otro camino que hacer lo que hay que hacer y ser como hay que ser...

"¿Y cómo hay que ser?"-se pregunta Judas mientras mira los rostros que cenan junto a él en la mesa. ¿Acaso hay que ser como tú, cobarde y ladrón? "¡¡NO!! A mí no me ha quedado más remedio que ser así, pero,él, Jesús, puede ser lo que quiera. El es grande pero no sabe aprovechar su grandeza, podría conseguir lo que quisiera, podría liberarnos de los romanos, podría...¡¿Por qué no quiere?!"

Judas sufre, Judas teme, Judas muere por dentro y ya no puede alcanzarle la mano amorosa que Jesús le tiende junto con el pan. y, en medio de su febril diálogo interior escucha una voz rotunda decirle sólo a él,como una flecha directa a su corazón: "LO QUE HAS DE HACER, HAZLO PRONTO".

Y Judas, pobre Judas, se levanta de la mesa y se va... Hacia la noche se va.


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