La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

miércoles, 3 de mayo de 2023

Encuentro con el resucitado

 ¿Mujer, por qué lloras? 

¿A quién buscas?(Jn 20)

Señor...¿por qué lloro?

Lloro por la humanidad ciega y herida.

Lloro por los millones de maltratado y olvidados

en las cunetas de la extraña pseudo vida que hemos aceptado.

Lloro por mi desmedida pequeñez

y mi propia hipocresía.

Lloro mis comodidades de burguesa de medio pelo.

Lloro el descuido de mis dones

y la ocultación de mis talentos

para alimento del hermano hambriento.

Señor, lloro por tanto...

No lloro de más, lloro de menos.

Señor ¿a quién busco?

Cuando acudo a tu presencia, 

sedienta mi mirada, temblorosas mis manos,

¿qué te pido?¿qué pretendo?

¿Qué busco cuándo te busco?

¿Con quién ansío el encuentro?

Se me antoja tu presencia , al inicio,

desfile de los rostros que me parecen tuyos,

de los ropajes con los que yo te cubro,

de los perfiles con los que yo , en mi alma, te dibujo.

Llorando te busco y me busco y busco todo lo humano

lo que pudiera rescatarnos de esta carencia de vida 

que nos atenaza.

Lo que pudiera arrebatarnos del frío abrazo

de una vida que no es más que apariencia.

¡¡Arrebátame el alma, Señor!!

El alma y el cuerpo y el pensamiento.

De mí tómalo todo,

déjame desnuda de lo vano

y remecida de lo Bello.

Cristo Jesús, Señor Resucitado.

Lloro y te busco

y tú me alegras y me encuentras.

Cristo Jesús, Señor Resucitado,

Hermano y amoroso compañero,

ALEGRÍA QUE ENJUGA TODAS LAS LÁGRIMAS

Y DEVUELVE LA FUERZA Y EL ÁNIMO

TODO LO HUMANO EN TU LUZ,

RECUPERA SU FUEGO.