La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

martes, 22 de diciembre de 2020

Curso online para profesores: Educación de la Interioridad y Movimientos Esenciales

 A punto de que los profesores y profesoras comencéis un más que merecido descanso navideño tras un primer trimestre tan complejo, quiero ofreceros un aporte más en vuestra formación en Educación de la Interioridad.

Por las circunstancias que vivimos, de nuevo debemos ofrecer esta experencia en el formato virtual. Aquí os dejo toda la información.



Los Movimientos Esenciales: una herramienta para la Educación de la Interioridad
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Querido/a educador/a:

Tengo la inmensa alegría de poder invitarte a una formación muy especial que va a aportarte una herramienta más en el ámbito de la Educación de la Interioridad.

Los tres contenidos básicos de la EI: trabajo corporal, integración emocional y apertura a la trascendencia forman un todo inseparabale. En la formación básica que ofrezco siempre dedicamos una mañana a experimentar la potencia de la conciencia corporal en movimiento basada en el sistema Danza de la Vida creado por Loreto San Juan. Pues bien, este año tenemos el privilegio de poder ofreceros un curso dirigido por Loreto sobre los MOVIMIENTOS ESENCIALES creados por ella y con un largo camino de aplicación en ámbitos educativos y personales. Este sistema aúna a la perfección los tres contenidos de la EI.

Te animo a participar. Es una herramienta para la EI valiosísima, una formación que comlemeta perfectamente tu camino formativo; pero, sobretodo, puede ser un momento de conexión contigo mismo/a a través del “cuerpo que eres” de la mano de esta gran especialista cuyo sistema ya está certificado en varios países.

DESTINATARIOS: profesores/as que hayan recibido formación en Educación de la Interioridad o que deseen trabajar con el cuerpo y en el cuerpo dentro de las aulas.

Elena Andrés

Descripción del curso

Curso teórico práctico:

  • En cada sesión se destinará la primera parte a teoría y la segunda parte a ejercicios prácticos y vivencia.
  • No es necesaria experiencia previa en técnicas corporales.

Desde casa:

El curso se puede tomar desde casa. Se debe disponer de ropa cómoda para el movimiento, una libreta para tomar apuntes y una colchoneta o toalla de playa para realizar los ejercicios en el suelo, también es posible seguir los ejercicios desde una silla, se adaptan a todo tipo de condición física y movilidad. Se debe tener acceso a una señal estable de internet 

¿ Qué son los Movimientos Esenciales ?

Los Movimientos Esenciales® son movimientos corporales conectados con la Naturaleza y las características de los elementos. Fueron creados para brindar bienestar, armonía y equilibrio integral en poco tiempo, pudiendo realizarse en cualquier lugar y momento que se necesiten.

Cada movimiento está formal y esencialmente conectado con las características, cualidades y fuerzas activas de cada uno de los cinco elementos: tierra – agua – aire – fuego – éter.

Son movimientos muy sencillos de realizar, aptos para todas las edades y condiciones físicas.

Programa:

    • Origen de los Movimientos Esenciales.
    • Los Cuatro Elementos y los Cuatro Niveles del Ser.
    • Aplicación de los Movimientos Esenciales en SaludProtocolo de Autocuidado.
    • Movimientos Esenciales en el aula, bienestar integral para niños, niñas, jóvenes, docentes y comunidad educativa.

LA INTEGRACIÓN DE LOS TRES CONTENIDOS DE LA EI A TRAVÉS DE LA VÍA CORPORAL

    • ¿Qué es el trabajo corporal?
    • ¿Cómo se integran las emociones a través de la conciencia del cuerpo que soy?
    • ¿Cómo puede el trabajo corporal abrirnos a la trascendencia?
    • ¿Dónde situar la propuesta de Loreto San Juan en el Paradigma de la Educación de la Interioridad?

Inscríbete ahora y reserva tu cupo/plaza enviando un mail a: info@loretosanjuan.com

Sábado 6 y Domingo 7 de Febrero 2021 curso Online

Horarios:

· Sábado 6 febrero 2021 mañana de 10:00h a 14:00h y tarde de 15.30h a 19:30h (hora España).

· Domingo 7 de febrero 2021 de 10:00h a 14:00h (hora España).

Precio:

230 €

184 € – Descuento especial del 20% al inscribirse hasta el 10 de Enero 2021

Formas de pago:

· España Depósito / transferencia:

BBVA  ES 36   0182 – 9465 – 6102 – 0511 – 0043

Titular: María Loreto San Juan González

· Internacional

PayPal

Inscríbete ahora con descuento del 20% antes del 10 de Enero 2021 y reserva tu cupo/plaza enviando un mail a: info@loretosanjuan.com

Información Whatsapp:  +569 99799031




miércoles, 2 de diciembre de 2020

Ad-Viento: renace la Esperanza

Preparar caminos,
otear el horizonte,
esperar la Luz...
Juan Bautista.

Abrirse a la vida,
acariciar, gestar, cuidar
saberse habitada...
María de Nazaret.

Juan y María, enseñadme.
No quiero festejar aún la Navidad.
Quiero hacerme discípula 
de este tiempo de Espera,
tiempo de Escucha,
cuidando de lo que quiere nacer.

Quisiera yo, Juan,
tener el coraje de habitar sabiamente en el desierto.
Ahí, en el lugar de apariencia infértil,
de horizontes cambiantes,
aparentemente apartada,
pero conectada a todos,
saber anunciar la Vida y la certeza.

Quisiera yo, María,
atalantarme
y quedar totalmente abierta y anclada,
en incondicional Sí,
en inteligente Escucha,
a la Vida y a la Esperanza
en medio de tantos "imposibles".


No debo atolondrar el alma.
Toca ahora dejarme embarazar 
por la dilatada espera
y abrir mis oídos en obediente Escucha.

Se nos anuncia y se percibe la Ad-versidad
como desagradable Viento,
que empuja nuestras vidas
hacia la desesperanza.

María y Juan, escuchando con vosotros,
afinando la mirada,
acontece el Ad-Viento,
renace la Esperanza.

martes, 24 de noviembre de 2020

La historia interminable: Por un "libro blanco de la Educación" (cinco años después y más)

Hoy me copio a mí misma: reproduzco una entrada del año 2015. Sí, llevamos décadas pidiendo desde diferentes instancias, con diversas voces, un "libro blanco de la Educación", un pacto educativo que bloquee el sistema educativo español frente a los deseos de continuo cambio en función del signo político de quien se haga con el poder. 

Ya en el 2015 (y antes) la palabra "talento" formaba parte al menos de la propuesta de algunos pedagogos. Hoy parece que es invención de la ministra de educación actual a quien, cuando escucho hablar, me da la impresión de que se ha aprendido de memoria algunas expresiones ya asumidas en el contexto de la innovación educativa, pero que desconoce cuál es su concreción pedagógica, porque si lo supiera, sobraría hablar  tanto de ello como si fuera un descubrimiento de ahora mismo. 

Ese año, el 2015, José Antonio Marina publicaba el libro "El talento de los adolecentes". En ese libro, que personalmente estudié y subrayé en fosforito y que me llevó incluso a hacer algunos cambios y añadidos en mi propuesta de EI, Marina expone que "los adolescentes tienen derecho a que esperemos más de ellos". No parece que sea ese el punto de partida de la LOMLOE por más que la ministra lo repita como cantinela y use hasta la saciedad la palabra "talento"  y, repito, no sé si sabe de verdad qué consecuencias pedagógicas conlleva educar para permitir que brote el talento propio de cada alumno. 

El caso es que hace cinco años J. A. Marina entregó al gobierno de aquel momento (gobernaba el PP) una propuesta en la que remarcaba que la clave del cambio educativo verdadero y duradero está en el itinerario formativo de los educadores/as.

Copio una vez más, cinco años después, lo que en ese momento decía Marina que, por cierto, fue entrevistado hasta la saciedad y aparecía en todos los titulares. Con motivo de la LOMLOE no le han prodigado demasiado ni parecen recordar nada de sus propuestas. Claro que el entonces ministro Wert ya se ocupó de dejar su "herencia" con su ley de educación que ahora da argumentos al actual gobierno para decir que la LOMLOE corrige la Ley Wert, y suma y sigue... 


7.12.2015. JOSÉ ANTONIO MARINA

Ayer entregué al ministro de Educación el borrador del 'Libro Blanco de la profesión docente y su entorno escolar'. Aunque les parezca extraño, lo más difícil ha sido responder a una pregunta, a primera vista, extravagante: ¿existe realmente una profesión docente o es simplemente una 'ocupación'? No se dejen engañar por las apariencias, porque la respuesta que demos supone una visión entera del sistema educativo. Por ejemplo, ¿un buen químico que sea buen comunicador puede ser un magnífico profesor sin más requisitos? Un ciudadano inglés con sentido común, ¿no será un estupendo profesor de inglés? Si esto fuera así, lo único necesario para la mejora de la educación sería evaluar bien el desempeño. Pero en este 'Libro Blanco' sostenemos una postura absolutamente opuesta. Enseñar matemáticas puede ser fácil, pero educar a través del aprendizaje de las matemáticas es muy complicado.
La formación básica (Infantil, Primaria, Secundaria, Formación Profesional) es el núcleo educativo de una sociedad. De ella va a depender su nivel de vida político, ético, económico. Durante siglos, la escuela se limitaba a transmitir lo que la sociedad le decía que era importante. Pero, en este momento, las cosas van demasiado deprisa, es difícil distinguir lo importante de lo accesorio, nadie sabe realmente lo que hay que transmitir. Tenemos que educar a nuestro alumnos para un mundo que desconocemos. No sabemos con qué herramientas van a trabajar, con que conceptos van a pensar, a qué problemas tendrán que enfrentarse. Las ciencias, las neurociencias, la tecnología avanzan vertiginosamente. La educación va a convertirse en el gran negocio de este siglo, lo que va a atraer a gente muy lista y con afán de poder. Las diferencias en educación están creando ya una nueva división de clases.
El talento es una riqueza personal y social, y no está antes, sino después de la educación, que se convierte así en generadora de más talento
¿Quién puede introducir orden en todo este caos? ¿Los políticos, los científicos, los padres, los sacerdotes, los empresarios? No. Necesitamos una instancia de nivel superior, capaz de aunar el rigor científico con la humildad de la práctica cotidiana. Eso es lo que denominamos 'sistema educativo', el gran protagonista de la evolución educativa de una nación. Y en el centro estamos los docentes, que tenemos que asumir responsabilidades nuevas. Nuestra tesis es que la escuela solo puede mejorarse desde la escuela, y que desde ella hay que defender, frente a quien se oponga, el derecho de nuestros alumnos a progresar, a tener las mejores oportunidades, a aumentar sus recursos.
Para hacerlo, necesitamos elevar el nivel de nuestra profesión. Convertirnos enuna profesión de élite, capaz de generar nuestros propios sistemas de investigación, de irradiación cultural, de presión política, de acercamiento y ayuda a las familias. Conscientes de la tarea esencial de la escuela, podemos arrogarnos el derecho de pedir a las universidades, al sistema sanitario, al sistema político o económico aquello que nos parezca imprescindible para asegurar el futuro de nuestros niños y niñas, de nuestros adolescentes. En este momento, el talento es la gran riqueza personal y social. Pues bien, el talento no está antes, sino después de la educación, que se convierte así en generadora de talento. Si no es con esta visión amplia, ambiciosa y comprometida, la profesión docente no pasa de ser un empleo a la espera de algo mejor.
Tenemos que buscar la excelencia, porque, de otra manera, seremos meros enseñantes, y al final nos sentiremos defraudados y aburridos
Esta idea expansiva y exigente de la profesión está presente en las 20 medias que hemos propuesto. Es nuestra seña de identidad. Les pondré un ejemplo. Varios partidos políticos defienden la idea de un MIR educativo. Nosotros hemos diseñado el modelo DEP (Docentes en prácticas) que, como todas las demás versiones, recoge las ideas expuestas hace años por Eugenio Nasarrey Francisco López Rupérez. Propone que para acceder a la profesión docente -sea en la escuela publica o en la privada-, los aspirantes que hayan ya cursado el Grado de Magisterio o cualquiera de los grados universitarios que habilitan para la enseñanza Secundaria, se sometan a un proceso intenso de formación docente, que durará tres años. En el primero, después de un examen selectivo, accederán a un Centro Superior de Formación del Profesorado, donde cursarán un máster teórico-práctico para cada una de las especialidades, incluida la orientación. Superado este, realizarán dos años de prácticas remuneradas, con la ayuda de un tutor de formación, en un centro educativo especialmente seleccionado. El esquema sería este:


Es fácil ver que lo importante no es el método, sino las ideas que se transmiten con la ayuda del método. En nuestro caso, es un modelo exigente, comprometido, expansivo de la docencia, a la que consideramos una profesión de élite. Tenemos que buscar la excelencia, porque, de otra manera, seremos meros enseñantes, y al final nos sentiremos defraudados y aburridos de nuestro trabajo. Todos sentimos, en algún momento de nuestras vida, la tentación de la grandeza. La docencia es un proyecto de vida grande, y por eso la amamos.

martes, 10 de noviembre de 2020

Algo nuevo está naciendo ¿no lo notáis?": La novedad que nace en nuestro interior


 Dice Etyy Hillesum en uno de sus cuadernos:

Dios mío, estos tiempos son demasiado duros para personas tan frágiles como yo. Sé que después vendrán otros tiempos de mayor humanismo. Quiero seguir viviendo para transmitir a esa nueva era toda la humanidad, que, a pesar de todo lo que vivo a diario, conservo en mi interior. Solo así podremos preparar la nueva era: preparándola dentro de nosotros. Y de alguna manera me siento muy ligera por dentro, sin amargura alguna y tengo mucha fuerza y mucho amor. Quisiera seguir viviendo para ayudar a preparar la nueva era y para transmitir lo indestructible que se ha conservado en mí a esa nueva era que a buen seguro llegará, pues crece en mi interior cada día, ¿acaso no lo siento? (20 de julio de 1942).

En el siglo VIII a.C. el profeta Isaías proclama aquello tan hermosos de "algo nuevo está naciendo, ¿no lo notáis?"(Is 43, 19).

Separan siglos a Etty de Isaías, pero ambos viven, descubren a Dios y escriben en medio de tiempos convulsos y difíciles. Isaías vivió la tiranía de Asiria que conquistó, primero, el norte de Palestina, y luego, Jerusalén. Es un profeta de ciudad y participaba activamente en los asuntos de la clase dirigente. Interviene enérgicamente contra la corrupción de Judá y Jerusalén.

Etty vive el horror de la Alemania nazi y morirá gaseada en Auschwitz, antes de ello, trabajó como mecanógrafa del consejo hebraíco que hacía de puente entre los judíos y los nazis. Se ofreció voluntaria para trabajar en el campo de concentración de Westerbork como asistente y enfermera. Desde ahí se hizo parte de la resistencia y ayudó llevando y trayendo cartas y medicinas y acompañando de mil modos a quienes llegaban a Westerbrok. Es en ese contexto que ella escribe las lineas que encabezan esta entrada.

¿Qué ha de suceder en el alma humana para poder descubrir esperanza, luz e inspiración  cuando se está rodeado de violencia, injusticia y sin sentido? ¿qué fuerza interior, qué experiencia hace que uno descubra la presencia de Dios en el infierno?¿de dónde nace la capacidad para ver brotar lo nuevo entre tanta oscuridad?

En el caso de Isaís y en el de Etty la respuesta es que acontece un Encuentro. El Encuentro transformador con Dios. Quizá en un profeta como Isaías no nos resulte tan extraño, dejémoslo ahí. El caso de Etty es especialmente llamativo porque no creció en un ambiente religioso por más que su familia fuera judía. Ella se acercó  a lo espiritual a través de la Bilbia aconsejada por su psicólogo Julius Spier quien le invita a leer los salmos y los evangelios no tanto por una cuestión religiosa cuanto para ampliar su modo de entender la existencia.

Isaías, Etty, pero tantos otros y otras son testigos del dinamismo de vida y esperanza que late dentro de cada uno de nosotros aun en medio de la más grande oscuridad. Testigos  y testimonio de que para quien ha vivido un Encuentro sincero y verdadero con Dios, el mundo con todas sus realidades está preñado de esperanza, de novedad... "amenazado de resurrección". Tal novedad sólo es posible si cada persona, cada hombre, cada mujer, vive su propia transformación interior.

Queridos/as educadores/as: ¿No os parece este suficiente motivo para no dejar jamás como algo secundario o anecdótico el trabajo de la dimensión interior en el colegio?

Cerca ya del Adviento, en medio de una pandemia que tantísimo dolor está causando, que está dejando tan al descubierto nuestro egoísmo y dureza de corazón, pero también nos está mostrando los ámbitos de apoyo y amor que brillan en la oscuridad ¿podremos hacer del tiempo de Adviento un tiempo para que, como nunca, ayudemos a los niños y jóvenes a conectar con ese dinamismo de vida y esperanza que llevan dentro de si?¿Haremos algo para que esa novedad que deseamos nazca en su interior y en el nuestro?

Ojala...


martes, 27 de octubre de 2020

Algo sencillo





Dame algo sencillo: una sonrisa, un guiño, una hoja de otoño que cae.

Dame algo sencillo: un abrazo, una carcajada inesperada, una mano en mi hombro.

Dame algo sencillo: el borboteo del agua para la infusión, el sol que se cuela entre las nubes, el canturrreo de alguien por la calle.

Dame algo sencillo y me pondrás ante el milagro.

Algo sencillo me conduce al éxtasis,

me adentra en lo profundo,

me aterriza en lo cierto.

Algo sencillo es el oxígeno y el nutriente,

es la autopista hacia el cielo,

algo sencillo... ¡es el cielo mismo!

Dame algo sencillo, tan sencillo que me arrebate las palabras

y acelere mi latido sin exiliarme de la cotidianeidad.

Dame algo sencillo: mis párpados, telones suaves cayendo... El sueño... la realidad...





jueves, 22 de octubre de 2020

En la inquietud impuesta, alimentemos la confianza elegida

Dice María Zambrano en uno de los ensayos que se recogen en "Hacia un saber del alma":

Inquietud es afán de estar en todas partes, de actuar donde quiera, no estando de verdad en ninguna. Falta ese mínimo de realidad en que apoyarse, en que fijar nuestro anhelo. Eso que Ortega ha llamado el mayor tesoro del hombre, "su divina insatisfacción", y que no es, seguramente, sino esta sed de trascender, tiene por lo visto que tener un cierto soporte, y también un cierto horizonte, un contacto o comunión con aquello que nos rodea.

Este pequeño párrafo da paso a un epígrafe acerca de la confianza y la esperanza y, todo ello, a su vez, se encuentra en un capítulo en el que la gran pensadora, reflexiona acerca de "la vida en crisis".

Llevo semanas releyéndolo, ahondando en cada palabra. Me maravilla y me inspira, de alguna manera me sostiene. Porque yo misma vivo en crisis y no yo sola, toda la humanidad. Estamos atravesando un crisis  o más bien, llegando al culmen de un largo periplo crítico en la vida del planeta, en la historia de la humanidad.

Nos decimos ahora que tenemos una "crisis sanitaria", pero no es sólo eso. Hace mucho que vagamos a través de una crisis humanitaria global. Nuestra pandemia se llama "falta de humanidad" y, en este momento, la punta del iceberg es su aspecto sanitario.

Leyendo a Zambrano, entiendo que la inquietud de la que habla ella en este ensayo, es el fruto de la situación española y europea  de la década de 1933 a 1944. Una Europa que ha pasado por una Primera Guerra Mundial, en España una guerra civil que da paso a una Dictadura militar y, a la vez, la llegada del nazismo y el estallido de la Segunda Guerra Mundial. En ese contexto, no resulta difícil creer que la inquieud fuera la "marca vital" del ciudadano medio.

Yo pertenezco a una de las generaciones que ha vivido más años sin guerras europeas, lo digo así, porque esa aparente "paz" no me ha parecido nunca real por múltiples razones que no son el objetivo de esta entrada. Hemos crecido los de mi generación, en un mabiente de pujanza creciente, de derechos más o menos consolidados, etc. Y, ahora, cuando más "traquilos y complacientes " nos hallábamos, ha estallado una guerra virulenta, exacta y totalmente virulenta porque su causa es un virus.

Pero, repito, esto, para mí, no es sino un capítulo más en la pandemia que nos lleva asolando más de un siglo, la de la pérdida de humanidad, o como diría Marià Corbí, de cualidad humana profunda.

El término que continuamente nos sirve para expresar qué nos hace sentir esta situación causada por el virus, es el de "incertidumbre". Pero, lo de la incertidumbre es de siempre, toda vida se despliega en el terreno de la incertidumbre por más que nos podamos llegar a creer que controlamos todo o casi todo y ese, es el "mensaje en la botella" que nos trae el coronavirus y que nos resistimos a leer y aceptar, la vida es incertidumbre. Con todo, también es verdad, que en este momento, el nivel de incertidumbre que muchos podíamos asumir ha subido tanto de intensidad que resulta mucho menos soportable o "disimulable". Es por esto que, leyendo a Zambrano, me parece que el término "inquietud" al que se refiere, nos viene como anillo al dedo en cuanto que describe el resultado que genera en el individuo y en el conjunto de la sociedad tal nivel de incertidumbre.

Sí, yo al menos, me siento inquieta. Al estilo de aquella Marta de Betania a la que Jesús, como en un espejo, muestra su disposición interior: "Marta, Marta, andas inquieta y preocupada". Así estoy, sí, inquieta y preocupada. Cada noticia de última hora, cada decisión cambiante de los diferentes gobiernos, cada nueva ley, cada subida y bajada de esa curva que nos tiene locos, cada "cierre perimetral", me inquieta y me preocupa, simplemente porque, a pesar de cuidarme y de focalizar la atención en muchas otras cosas buenas y bellas que me rodean, el ambiente general, las conversaciones,  los rostros enmascarados de todos, el gel en cada esquina, los carteles insistiendo en las distancias de seguridad, todo te acaba recordando que el mundo entero está sumido en algo de consecuencias muy dolorosas para tantas personas en todo el planeta.

La incertidumbre es el marco general, la inquietud y el desasosiego las consecuencias en la vida diaria.

Y, aún así, como antaño aquellos ciudadanos de la Europa atacada por el virus del nazismo, hemos de seguir levantándonos cada día. Quien puede, debe ir a trabajar, quien no, busca reinventarse a sí mismo. Aún así, a pesar de tal nivel de incertidumbre, los niños siguen naciendo y las familias se necesitan y se buscan más allá de las mascarillas. En medio de todo esto, hay que seguir pagando impuestos y realizando trámites administrativos eternos. Con virus o sin él, los empobrecidos de este mundo siguen muriendo de hambre y de otras enfermemdades y algunos siguen cruzando mares en pateras. Con virus o sin él, quien sufre un cáncer sigue necesitando ser tratado y acompañado y miles de ancianos precisan de atención y cariño. La vida sigue.

Pero, me da la impresión de que, como nunca antes, verdaderamente estamos en medio de ese "afán de estar en todas partes, de actuar donde quiera" sobretodo en lo que a nuestros gobernantes se refiere: Cada día nuevas directrices, cada día nuevas restricciones o el cese de las mismas, cada día un nuevo criterio a priorizar y al siguiente justo el contrario. En España, los políticos viviendo al margen de la vida real, se enzarzan en sus luchas de poder.  En el día a día del ciudadano, lo económico y lo sanitario parecen no poder confluir: si me cuido y te cuido, algunos, se quedan sin trabajo...

En fin, no quiero perderme en la multitud de cuestiones que asaltan mi mente y corazón, pero sí quiero incidir en que, o alimentamos y dejamos que brote en cada uno de nosotros una confianza radical en la vida o no podremos ir más allá de donde estamos.

Ante tanta inquietud, en medio de la incertidumbre, cada uno de nosotros va a necesitar, más tarde o más pronto, parar, respira, escuchar y adentrarse en los terrenos de su hondura personal para rescatar la confianza que permite avanzar, crear, afrontar con dignidad y calidad los retos que piden de nosotros altura de miras, conciencia crítica y capacidad de aportar al bien común.

Cuando la inquietud se nos cuela y enturbia nuestra visión entorpeciendo nuestro actuar, es imprescindible alimentar la confianza, rebuscar hasta el último recodo de nuestro ser en busca de todo aquello que nos recuerda que podemos avanzar, que vale la pena seguir adelante. Es aquello que colgamos en todos los balcones y ventanas del "todo acabará bien". Pero no todo acabará bien de cualquier manera ni por arte de magia, sino, alimentando cada uno de nosotros esa confianza radical en la vida que nos permita enraizarnos en un fondo inmutable de paz. Un fondo de paz que descorra los velos turbios de la inquietud que nos hace andar como títeres de un sitio para otro sin estar presentes por entero en ningún lugar, porque tal inquietud nos viene de fuera, no es libertadora actividad que brote de adentro. Lo más humillante que existe para un ser humano, es sentirse llevado y traído, arrrastrado, como si apenas se le concediera opción, como si ya apenas fuese posible elegir, ni tomar decisión alguna porque alguien, que no se toma la pena de consultarlo, las está tomando todas por su cuenta (María Zambrano).

En la inquietud impuesta, alimentemos la confianza elegida.








martes, 13 de octubre de 2020

Reflexiones estáticas 2

 

¡Vé más allá!

Aquí me tienes de nuevo, subida a esta bicicleta estática que me conduce a ninguna parte fuera de mí, pero que, transformado el pedaleo en un ejercicio meditativo, me permite visitar diferentes lugares dentro de mí.

Esta bici me permite elegir niveles de dificultad. Tras unos minutos de calentamiento en el nivel básico (¡qué bien se está en ese nivel!), la bici, de forma autómatica me plantea la dificultad del “nivel 2” con un ruidillo que anuncia mayor oposición en el pedal (¡cómo he llegado a odiar ese ruidillo!)

Pedalear ahora me cuesta más. Percibo el trabajo en mis músculos. Responden. Me siento alegre. Sudo más y veo como en el indicador las calorías caen y caen como las piezas de un dominó… Sudor y cansancio se afrontan mejor con esa certifificación de calorías que se van (¿será la zanahoria para que el burro avance?). Mi corazón late más rápido bombeando sangre y oxígeno a mis músculos. ¡Qué maravilla el cuerpo humano!

Y es en ese momento que aparece ante mí la pregunta: ¿qué es lo que ha hecho en mi vida que fuera capaz de asumir nuevos retos?… ¿Con qué oxigeno mi musculatura espiritual para que afronte el esfuerzo mayor de algunos momentos vitales?... ¿Qué “zanahoria” ha hecho que en determinados momentos no tirara la toalla con respecto a…?

Me concentro y dejo que la respuesta vaya apareciendo al ritmo de mi pedaleo.

Cuando la vida me ha puesto delante ese “nivel 2 “de esfuerzo o incluso niveles más altos, me doy cuenta de que, en primer lugar, nunca lo he buscado, no lo elegido. La Vida no es como esta bici a la que yo le digo qué nivel de dificultad quiero asumir para mi ejercicio cotidiano. No, la Vida te lo pone delante cuando menos te lo esperas y, ahí precisamente reside la “gracia” (o la “desgracia”, según te pille) de todo esto.

Una vez ese nivel de dificultad aparece sin haberlo elegido, si se acepta el reto sin enmascararlo o sin huídas, para poder “ir más allá” he precisado de puntos de referencia.

Los puntos de referencia han sido y son los que me animan a afrontar las etapas de la vida con confianza. Un punto de referencia vital, confiere seguridad y da confianza. Certifico que sin confianza no se puede avanzar. Quizá sea la propia confianza el punto de referencia imprescindible.

Confianza en mí misma, esa es imprescindible. Confianza, además, en la propia sabiduría de la Vida: “Si esto viene es porque me conviene”. Confianza en Dios: Siempre fiel. Confianza, con el paso de los años, en los pasos ya dados, en las tormentas ya navegadas y superadas y el bagaje de sabiduría que dejaron. Confianza en quienes me quieren bien…

Cada obstáculo, cada crisis, cada necesidad de cambio y evolución los he vivido y los vivo como una maravillosa invitación que la Vida me hace a “ir más allá”. Unido a ello, la Vida también me pide que vaya más allá no sólo en el cambio sino, en ocasiones, en la permanencia y el sotenimiento de lo que no debo dejar ir, de lo que debo cuidar.

Cambio y permanencia, son elementos de la vida.

Dos movimientos que nos configuran a todos. Discernir lo que debe quedarse en y con nosotros y lo que debemos dejar ir… Es un arte.

Todo ello me parece a mí que forma parte de ese “¡vé más allá!” al que la Vida nos convida, casi a diario, incluso en lo más sencillo y cotidiano.

Y a ti: ¿qué te ayuda a ir más allá? ¿cómo has vido y cómo vives los momentos de mayor nivel de dificultad de tu vida? ¿Cuáles han sido y son tus puntos de referencia?

¡Ánimo! ¡a pedalear!

Reflexiones estáticas 1

 

Durante un tiempo compartiré con vosotros estas "reflexiones estáticas" que vieron la luz en otro lugar virtual pero hoy se mudan a mi blog. 

La bicicleta y yo.

Hace casi tres años, hice espacio en casa para una bicicleta estática sencillita. Nunca lo hubiera pensado, pero fue recomendación médica, así que me vi permitiendo la entrada de esta “huesped” no deseada y reacondicionando un hueco para ella. Nunca me han gustado los gimnasios y polideportivos. Así que la única forma de ser fiel a la cita con el pedaleo prescrito, fue traer la bici a casa, eso sí, con gran resignación por mi parte.

“Entronizar” una bicicleta que no va a ningún sitio en mi hogar, me causaba una especie de sensación de dar el brazo a torcer a algo que nunca había entrado en mis cálculos existenciales, pero tampoco decorativos (meter en un piso de tamaño medio una bici estática, te fastidia bastante la decoración).

No obstante, la salud “manda” y me vi un día subida en una bicicleta pedaleando sin moverme hacia ningún lugar. Ese “darle” a los pedales sin más, contabilizando kilómetros, calorías quemadas, pulsaciones de mi corazón, velocidad del pedaleo, se me hace pesadísimo y me crea una sensación de “tontuna” vital importante cada vez que lo afronto. Para lidiar con todas las voces que me preguntan dentro de mí qué narices hago yo ahí, me ayudo de la música en ocasiones (por cierto, la Sinfonía nº1 de Bethoveen acompaña de maravilla el pedaleo), otras veces de buenos vídeos que pongo en la tablet, pero, la mayoria de ocasiones, pedaleo en silencio escuchando-me.

Y ese “escuchar-me” mientras voy a ningun lugar, es el origen de estas “reflexiones estáticas” que quiero compartir con vosotros.

En esta primera reflexión estática me centro en el título que he elegido y que, desde mi experiencia vital, tiene mucho de oxímoron, me explico:

El acto de reflexionar siempre ha sido para mí, punto de partida de movimientos y cambios vitales y ejercicio de “orden interno” para situar mejor los avatares vitales. nunca he puesto en acto el verbo reflexionar de una forma “estática”. Reflexionar me moviliza, me ilumina en ciertos aspectos, me inspira, me descubre horizontes nuevos, se parece más a un ejercicio de gimnasia interior que a un mero elucubrar mental. Me sitúo en una vivencia y comprensión de la reflexión como esa “razón poética” a la que alude María Zambrano. No se trata tanto de “rumiar” conceptos, cuanto de un cierto ejercicio de aunar contemplación y razón. Podríamos decir que, en mi caso, reflexionar evoca esa imagen de quien “se flexiona” sobre sí mismo, no para encerrarse en sí, sino para focalizarse activamente en un “pensar” que incluye la mirada interior, la percepción, el momento del “eureka”.

Por eso, nada más lejos que lo “estático” en mi modo de entender y practicar el acto humano de reflexionar. Sin embargo, montada en mi bicicleta, pedaleando sin moverme de casa, me ha ido pareciendo que el oxímoron tiene sentido: Para poder ejercitar una reflexión profunda, una reflexión  que movilice el ser y que no se transfome en mera “verborrea” interior, se requiere cierta “quietud”, se precisa dejar de correr, detener un tanto o mucho la prisa, el anhelo de llegar y, en cambio, afinar el oído, la mirada, el olfato, el gusto y el tacto, dándose tiempo para “gustar internamente” al estilo ignaciano.

Este pedaleo estático me evoca el ejercicio de “aburrir al ego” tan propio de la meditación zen. Un ejercicio repetido de forma sistemática crea la posibilidad para lo que Karlfried G. Dürckheim denomina “la gran transparencia”. Hacernos permeables a la trascendencia se convierte en el objetivo de la práctica.

Recordando esto, mi pedaleo a ninguna parte se transforma en una meditación. Iré compartiendo algunas de esas meditaciones o reflexiones estáticas que, deseo, nos indiquen y conduzcan hacia lugares vitales ricos y fructíferos. ¿Pedaleas conmigo?

lunes, 28 de septiembre de 2020

Dar el do pecho: de "Solo ante el peligro" a "La comunidad del anillo"

Quiero continuar con esta idea de "dar el do de pecho" en este curso que ya tan complicado se está mostrando, pero, a la vez, tan pleno de opotunidades.

Bastantes de mis amigos maestros/as van compartiendo conmigo lo emocionados/as y gratamente sorprendidos/as que se sienten al ver la seriedad y  madurez con la que sus alumnos/as están afrontando todo este lío de entradas escalonadas, itinerarios por los pasillos y escaleras, mascarillas, distancia de seguridad, recreos a diferentes horas, lavado de manos, geles...

Otros me explican la fuerza que están encontrando en el apoyo, presencia y complicidad de sus compañeros/as de claustro.

Esta "vidilla" y estas cosas son las que no salen en ningún titular, porque, si debiéramos entender y describir el mundo guiados sólo por los titulares de los telediarios, prensa, algunas redes sociales.... esto se parecería desmasido a una película apocalíptica y, en lo que a Educación se refiere, el profesor se parecería mucho a Gary Cooper en "solo ante el peligro".


Pero, nada más lejos de la realidad, al menos, en la mayoría de los casos. Porque lo que nadie dice, lo que no sale en ningún titular es la red de apoyo y cariño que existe en la gran mayoria de claustros. Si enfocamos la mirada en la relación profesor-ministerio de educación, ese "Solo ante el peligro" me parece más real. Pero si nos enfocamos en lo que es el día a día de un claustro, comprobamos que la red de relaciones de cariño, respeto y apoyo, gestada durante años en tantos casos, actúa como apoyo diario del profesor/a que hace que no se sienta "Solo ante el peligro".

Porque un claustro de profesores de un colegio, por norma general, es un ecosistema pleno de ilusiones compartidas. Cuando uno se zambulle en el ritmo interno de un colegio, descubre que el claustro no es un ente abstracto, es la suma de la personalidad y de las certezas de cada educador/a que forma parte de él. Hay conflictos como en todo grupo humano, hay "disidentes" más o menos silenciosos o ruidosos, puede haber épocas oscuras, pero, siempre, al final, se cuela por todos los resquicios esa experiencia de ser compañeros/as, de que verdaderamente cada uno puede y debe aportar al bien común del colegio, a su evolución y mejora que redunda en la evolución y crecimiento de su razón  de ser: los alumnos/as.

Así, el símil cinematográfico pasa de ser "Solo ante el peligro" a vernos inmersos en la increíble aventura de "La comunidad del anillo" del Señor de los Anillos. Quizá todo "profe" que lea esta entrada, podrá identificarse a sí mismo con uno de los personajes de Tolkien y, siendo arriesgado,  quizá a alguno de sus compañeros/as. En todo claustro nos encontraremos con Frodo, Samsagaz, Gandalf, Aragorn, Légolas, Peregrin Tuk, Arwen, Gimli, Galadriel, Eowyn, etc... Sí, ahí los encontraréis, bajo el rostro y los andares de vuestros compañeros y compañeras de toda la vida. Cada uno aportando su peculiar modo de ser "educador/a". Cada uno, cada una , formando esa preciosa e increíble "comunidad del anillo" de un claustro educativo.



Ojo: no soy ingenua, habrá que estar siempre atentos a los "Gollum" y "Saruman" que, bajo capa de bien, pueden minar la fuerza de la comunidad, pero, es que ¿qué gracia tendría entonces la aventura? Ahí es donde toca dar el "do de pecho". Cuando vienen tiempos oscuros, cuando toca salir de la tranquilidad de la tierra media para "ir más allá", entonces es cuando más demuestran su fortaleza y su debilidad los lazos creados en la comunidad educativa y, más en concreto, en el claustro de profesores/as.

Frodo y Sam se sentían pequeños para semejante tarea y efectivamente lo eran, pero, apoyados en el cariño y la fuerza de la Comunidad del anillo, lograron lo que nadie había logrado jamás. Quizá tú también te sientas tan minúsculo como un pequeño hobbit de la comarca, y quizá lo seas, pero si a tu lado encuentras un verdadero amigo como Sam, si te aventuras a educar acompañado por un "claustro-comunidad", te auguro grandes gestas y mucha felicidad.


Propuesta para dialogar en los claustros: 

¿Es tu claustro "comunidad" o más bien favorece el sentirse "solo ante el peligro? 

¿En qué ámbitos de la vida escolar os sentís y actuáis como compañeros, como red de apoyo e inspiración mutua? ¿De qué modo?

¿En qué ámbitos se os "cuela" el "solo ante el peligro"? 

¿Dónde sentís que debéis reforzar vuestros modos de actuación para ampliar la fuerza que proviene de ser compañeros/as?

En este contexto del Covid-10: 

¿Cuál es la misión principal a la que queréis responder? 

¿Qué necesitáis para ello? 

¿Qué debéis eliminar para poder responder a esa misión?





miércoles, 23 de septiembre de 2020

DIEZ AÑOS


Este blog cumple hoy DIEZ AÑOS.

No puedo evitar decir aquello tan repetido de ¡cómo pasa el tiempo!, pero es que así lo siento, porque al recordar que un veintitres de septiembre de 2010 yo vivía en Vitoria, trabaja en aquella Diócesis y creaba este blog en mi despacho de Egibide, me doy cuenta de cómo ha cambiado mi vida en diez años, de cuánto camino hecho, cuántas personas bellas se han cruzado en mi camino en una década (Emilio...¡qué decir!), cuántos nuevos proyectos nacidos, cuántas despedidas, que también las ha habido (la más dura la muerte de mi padre) y, sobre todo, me sorprendo pensando que hace diez años vivíamos en un mundo sin mascarillas ni distancias de seguridad, ni confinamientos, ni cuarentenas...

Miro con los ojos de la memoria aquel día, en aquel despacho, atreviéndome a comenzar un blog con la sensación de hacerlo por probar pero sin visos de llevarlo más allá. A la vez, ilusionada por si podía servir de lugar de encuentro para los que nos fascina la educación y en concreto, la educación de la dimensión interior.

Recuerdo bien que latía en mí, mientras me atrevía a escribir mi primera entrada, el eco vital de la formación con los/as educadores/as de La Salle en San Asensio, aquellos inicios de lo que luego fue "HARA", lugar y hora de amistades que perduran, de nuevas actividades, de posibilidades que han ido cristalizando en estos diez años.

Comenzaba su camino este blog en medio de la aventura y el reto de poner en marcha un plan diocesano de EI y otro pedagógico para Egibide. Ahora, mirando atrás, doy gracias por aquel tiempo, por aquella confianza depositada en mí, por, de nuevo, las amistades gestadas en mis años en Vitoria.

Hoy, escribo esta entrada haciendo memoria agradecida y con un sentimiento grande de sorpresa por haber podido decir algo (espero que algo lúcido e interesante) durante diez años.

En este día de agradecimento, os anuncio que mientras el blog cumple diez años, está naciendo de su entraña una página web que está en construcción y que espero pueda ver pronto la luz.

La Vida sigue, la Vida no se detiene, la Vida siemrpe invitándonos a vivir y crear con ella más Vida y en abundancia.

Sigo regresando a casa y lo hago, muy bien acompañada gracias a vosotros y a vosotras, los que me leeis y animáis a seguir. Desde mi corazón GRACIAS.

jueves, 17 de septiembre de 2020

PIONEROS DE UN MUNDO INÉDITO: La Educación de la Interioridad y su adaptación al contexto del COVID-19

El curso al que os invito, nació a través de la petición del Equipo de Titularidad de los centros de la Fundación Franciscanas de Montpellier. En sus centros ya se había identificado la urgencia de comenzar el curso con un trabajo serio y secuenciado en torno a la dimensión emocional de la comunidad educativa. Me pedían cómo hacerlo situando la EI como marco pedagógico. Aquella petición encendió mi ilusión y la creatividad fue fluyendo. 

La reflexión teórica que fundamenta el curso y la propuesta práctica se gestaron al encontrarme con una frase que leí en la documentación acerca de la espiritualidad franciscana que me facilitó el querido Pere Ribot,franciscano y alumno ya diplomado del Posgrado y que llamó poderosametne mi atención por cómo entronca con los ejes principales de mi propuesta de EI:.

"Seremos pioneros de un mundo inédito. Esta es la ocasión para sanar nuestra relación con nosotros mismos, con los demás, con Dios y con la creación" ("Hacer misericordia en los tiempos del COVID"-19,Bernardo Molina OFMCap.Pontificia Universidad Antonianum-Roma)

Así fue naciendo "Pioneros de un mundo inédito". El "estreno" tuvo lugar en el mes de mayo con el grupo de educadores/s de Franciscanas de Montpellier con los que ya habíamos comenzado la formación antes de la pandemia. Ahora la retomábamos on line... Algo que me parecía imposible, incluso "frío",  se hizo más que posible y cálido gracias a la calidad de esos educadores/as liderados por un ET con ganas y convencido de que ese era el camino. Con ellos/as, la propuesta fue creciendo, enriqueciéndose; corregí, limé, añadí... Y al terminar, la sensación de todos/as era que teníamos algo muy hermoso entre manos. Durante el mes de junio-julio el Equipo Motor de F. Montpellier trabajó arduo y crearon sus propias rutinas y sesiones. Las leí y corregí, hice mis aportes y ahora, sé que están "bregando" como buenos pioneros y pioneras para que en sus coles esté presente ese soporte emocional tan necesario en esta situación nueva para todos.

Después, en el mes de junio, impartí el curso a un grupo abierto de quince educadores/as de diversos centros y hasta países. Fue, una vez más, enriquecedor y sorprendente. Veía como este formato virtual, a pesar de todo, me ofrecía la posibilidad de hacerme presente y de poder aportar algo a mis queridos "profes" a los que quiero con toda el alma y, a través de ellos, llegar a los alumnos.

En julio, pudimos retomar el proceso formativo con los/as alumnos/as del Posgrado Experto Universitario en Educación de la Interioridad que este año se ha celebrado en Irun y que interrumpimos en marzo por el confinamiento. En esa primera sesión on line, de doce horas, pudimos trabajar los contenidos del curso "pioneros" y fue un placer compartirlo con ellos/as.

Esta tarde, impartiré la última sesión a un grupo de 91 educadores/as de la Familia Santa Ana (la congregación con la que yo estudié, mis monjas, las HH de la Caridad de Santa Ana). De nuevo, veo crecer el curso, mejorar con sus apotaciones y peticiones...

En noviembre, si Dios quiere, lo viviré con otro grupo de profesores de otra institución y priorizaremos que sea presencial...¡Ojalá!

¡Ya somos más de cien "pioner@s"!

Y sigo invitando a quien quiera unirse a esta aventura de ser Pioneros/as de un mundo inédito.

Os dejo debajo, la explicación de curso.


EL PORQUÉ DE ESTA PROPUESTA FORMATIVA:

Nos situamos en un regreso a las aulas en el mes de septiembre radicalmente diferente, nuevo y desconocido. Quizá la palabra que más resuena al pensar en retomar un curso escolar en un contexto de COVID-19 sea INCERTIDUMBRE. Aunque es cierto que la incertidumbre forma parte de la vida humana, nunca como ahora nos habíamos hecho tan conscientes de hasta qué punto la vida es incontrolable. Esta experiencia ha penetrado en nuestros hogares durante los días de confinamiento y atraviesa nuestras calles en el inicio de un tanteo de “normalidad”.

Pero, si en algún “lugar” esa incertidumbre se hace tangible y presente, es en los colegios. ¿Cómo retomar el bullicio de la vida escolar con medidas de distancia social, mascarillas y guantes?

Imaginar nuestros colegios: aulas, pasillos, patio, salón de actos, gimnasio, comedor… es imaginar una vida en relación llena de abrazos, cercanía física, equipos, grupos… ¿Podemos educar a dos metros de distancia? ¿Podremos y sabremos expresarnos y vivirnos cercanos con media cara tapada? ¿podrán nuestros ojos decirlo todo o casi todo?

Y, además, ¿es factible en el ámbito concreto del despliegue de la EI, realizar actividades como los masajes por parejas, grupales, juegos de contacto, movimiento, respiración consciente?

En esta formación, queremos ofreceros una reflexión y unas estrategias para poder adentrarnos en el nuevo curso como “pioneros/as de un mundo inédito”. Cambiaremos la significación de la incertidumbre como algo enervante o que desasosiega por una lectura positiva que nos inspire para ser exploradores y pioneros que intentan descubrir qué nuevos territorios pedagógicos y existenciales aparecen ante nosotros en ese regreso a las aulas “distanciados” pero nunca lejanos los unos de los otros.

El eje de esta propuesta es situar el TRABAJO CORPORAL Y LA APERTURA A LA TRASCENDENCIA como columnas sustentadoras de LA INTEGRACIÓN EMOCIONAL irrenunciable y verdaderamente más necesaria que nunca dada la “mochila emocional” con la que nos reencontraremos todos en la escuela. Tanto los adultos como los niños y adolescentes, necesitaremos poder sentirnos seguros, acogidos y poder reconocer las emociones que hay en cada uno de nosotros en un contexto mundial convulso e incierto.

DESTINATARIOSEducadores/as que hayan realizado formacion en EI con Elena Andrés,  o bien el Posgrado Experto en Educación de la Interioridad para Centros Educativos en el campus La Salle  (Aravaca).

OBJETIVOS:

•Comprender la importancia de situar en el centro de la acción educativa la atención a la dimensión interior del alumno tras la experiencia compleja y densa del confinamiento.
•Relectura de las claves teóricas ya estudiadas a la luz de los nuevos acontecimientos.
•Conocer e interiorizar los núcleos de la espiritualidad cristiana que aportan luz y sentido en un contexto de pandemia y post-confinamiento.
•Realizar una lectura pedagógica del momento que vivimos: qué nos enseña, qué oportunidades encierra, qué nos certifica como educadores.
•Experimentar las técnicas que en este momento más pueden ayudar a la comunidad educativa a integrar el abanico de emociones propias del post-confinamiento.
•Comprender las claves generales para la adaptación didáctica de las técnicas de la EI en dos fases: de 3 a 10 años y de 11-18 años.

CONTENIDOS:

        Bloque teórico: 
            Una Educación de la Interioridad: una brújula para no perdernos en un mundo inédito.
            El Evangelio: fuente de sentido y de humanización.
            Los/as educadores/as del siglo XXI: pioneros de un mundo inédito
            La integración emocional a través del trabajo corporal y la apertura a la trascendencia.

        Bloque práctico
     Relajación-respiración consciente-visualización-juego libre-expresión plástica libre-  narraciones: Adaptación necesaria en un contexto de distancia social y mascarilla. Adaptación didáctica de 3 a 10 años y de 11 a 18 años.

DURACIÓN DE LA FORMACIÓN: 12 HORAS.
Se entregará al alumno el material pertinente.

PRECIO: 840 euros 

Fechas: a concretar entre la institución  y la formadora.

LA FORMACIÓN SERÁ A TRAVÉS DE GOOGLE-MEET o a través de la plataforma que utilice la institución interesada.


INSCRIPCIONES: escribir un mail a eandres.interioridad@gmail.com 



miércoles, 9 de septiembre de 2020

Dar el "do de pecho": Amar al alumno

Cuando estudiaba magisterio, teníamos en el aula de música (me especialicé en Educación Musical) una frase en la pared "Que el alumno ame la música", ese era el objetivo, el faro, el horizonte de un maestro de educación musical. Pero junto a ello, se repetía en muchas de las asignaturas y en boca de diferentes profesores, lo esencial de que "el profesor ame a sus alumnos".

Tiempo después, cuando me estrené en un aula, en todo momento, sobretodo cuando me sentía sobrepasada, caundo me sentía sin recursos, esa frase se hizo "un mantra" para mí.

Descubrí que el amor es el camino, que el amor ha de ser la atmósfera educativa, que si el alumno/a se siente amado, no en general, sino "en concreto", entonces las dificultades lo son un poco menos.

Si el/la maestro/a AMA AL ALUMNO, el/la alumno/a, en cierta media amará la materia, se le dé mejor o peor, porque durante los minutos de impartición de esos contenidos, los recibirá de alguien que le mira con respeto y cariño, quizá lo que más ame llegue a ser la presencia de su maestro y no recuerde después bien la asignatura.

Y ahí es donde sé de buena tinta, que nuestros maestros y maestras están ya dando el "do de pecho". Están traspasando todos los límites impuestos de mascarillas y distancias, para hacer llegar a sus alumnos una presencia amorosa, paciente, ilusionada y esperanzada.

                                                                                                                                                                     Ayer, en una de las formaciónes on line que estoy impartiendo, una educadora nos explicaba con un nivel de sinceridad precioso, lo duro que había sido para ella el confinamiento y el post-confinamiento, nos describía su nivel de ansiedad. Y entonces nos dijo que, todo eso había durado hasta el momento exacto en que hacía unos días había comenzado a recibir a los niños en el cole, nos decía que "al comenzar a tomar la temperatura, indicar por donde ir, dar la bienvenida, se me pasó todo". Y yo, escuchaba esto y contenía mi alegría y mis lágrimas, porque ahí estaba, en carne y hueso, una maestra de corazón. Ahí estaba ella diciendo en voz alta lo que tantos y tantas están sintiendo y viviendo y, seguramente, no lo dicen.

Así lo viven ya miles de profes en toda nuestra geografía. Así son los/as maestros/as de verdad, los /as vocacionados. Sabedores de su debilidad, con sus límites y miedo como todo ser humano, pero cuando están con sus niños, con sus chavales ¡se olvidan de todo! Y entonces, el niño, el joven se siente amado, se siente especial, se siente apoyado y eso le da alas... ¡y cómo necesitamos recuperar el alto vuelo!

Como sociedad hemos de cuidar de nuestros maestros y maestras. No son héroes ni falta que les hace. Son personas como tú y como yo pero que han recibido el don de SER EDUCADORES/AS. Ese don es un tesoro de incalculable valor para la sociedad, para el bien común. Debemos cuidarlos.

Ahí están, ellos y ellas, hoy, dando el "do de pecho" en esta sinfonía una tanto desafinada del tiempo de pandemia.

¡GRACIAS, MIS QUERIDOS MAESTR@S!