La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

domingo, 20 de marzo de 2011

Resituarse... ser reubicado: la Transfiguración de todo.

Escogí de entre las palabras, las más bellas
para describir quién eres Tú,
mas sólo conseguí suscitar la discusión de los doctos
que llenaron páginas enteras
con etimologías, derivaciones y analogías.

Escogí de entre los gestos los más comprometidos y tiernos
para describir quién eres Tú,
pero pronto me encontré encumbrada por unos
a un alto pedestal, como si un dios fuera,
admirada, encumbrada e imitada.
Por otros llevada a un tribunal
que juzgó cada gesto lleno de defectos y de excesos
"Demasiado alejada de la realidad"-dijeron unos-
"Demasiado comprometida y cercana"-dijeron otros.

Escogí de entre las canciones la más hermosa, la más dulce, íntima y armoniosa,
para cantar cómo eres Tú,
mas, mientras te cantaba
me perdí en la belleza de mi voz
y en el envolvente sonido de la guitarra.

Escogí de entre los cuadros el más perfecto y luminoso
para mostrar cómo eres Tú
pero pronto lo colocaron en un museo tras un muro de cristal
y alarmas protectoras.

Escogí de entre los iconos
el más profundo, el más inspirado
para balbucear quién eres Tú
pero pronto todo el mundo se prosternó ante él
y anatematizó a quien así no lo hiciera.

Escogí de entre los paisajes el más encantador y bello
para manifestar cómo eres Tú
pero al cabo de un tiempo
hubo personas que no supieron orar en la ciudad.

Escogí de entre los cultos el más sobrio y preparado
para celebrar quién eres Tú
pero a algunos les cegó el humo del incienso
y los pobres, aturdidos ante tal solemne evento,
nisiquiera se acercaron.

Y cansada me adentré en mi cuarto,
con llave cerré la puerta
y escogí no escoger.

Callé.

Y sin yo, más allá de todo y muy dentro de mí,
me mostraste quién eres Tú.

Se borraron las palabras, se resituaron los gestos,
se armonizaron las canciones
cayeron cuadros e iconos,
cobraron vida los paisajes
y el culto se hizo memoria viva y festiva
donde los pobres tienen el puesto principal
y Tú eres Tú
y no quien nosotros queremos que seas...

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