Hay lugares y tiempos que dejan huella. San Asensio y el curso de formación de formadores de La Salle han dejado huella en mí. Pero son las personas las que cincelan la huella. Como ya me pasó en setiembre, tras la primera parte del curso, evoco ahora rostros, sonrisas, voces, gestos... Todo lleno de vida, todo lleno de humanidad transida de divinidad.
Imposible que nos reencontráramos en mejor momento: con la experiencia de la Pascua recién estrenada, en la presencia de Jesús Resucitado. Vosotros, educadores y educadoras, laicos y hermanos, habéis sido para mí esta semana el rostro del Resucitado que ha salido a mi encuentro y me ha dicho "la paz contigo".
Intensos días... Habéis dado hondura a cada actividad, llevándome a mí más allá. GRACIAS.
Estoy segura de que nos volveremos a encontrar. Seguiremos "conspirando" juntos por el bien de nuestros chavales, de los otros educadores, de la familia, como servicio a una sociedad en la que las personas necesitan restañar heridas, reencontrar el hogar interior, disponer de estrategias para vivir más positivamente, más humanamente y para perder el miedo a abrirse a Aquel que nos ha ha hecho así, como somos, humanos y que elige esa humanidad, no otra, para manifestarse.
Un abrazo a cada uno, a cada una, uno de esos abrazos especiales que sólo se dan en San Asensio. PAZ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario