Hoy quiero rendir homenaje a alguien muy especial: LARA. Generalmente los homenajes se hacen a personas ya mayores (o peor, muertas...), pero yo quiero homenajear a una joven de 22 años. ¿Y qué ha hecho para merecer un homenaje? Pues ser ella, ser Lara.
De los muchos jóvenes a los que he conocido impartiendo talleres o dirigiendo retiros, Lara es el regalo, el gran regalo. La conocí con 15 años. Decidió abrirme su corazón y...¡me enamoró lo que pude atisbar! Y me hizo partícipe de su vida. Desde entonces en cada encuentro ella me ha permitido asomarme a su interior, a su vida. ¡Qué sensación de pisar terreno sagrado!
Hoy Lara vive un momento especialísmo y, recordando los pasos dados desde que la conocí, pero desde mucho antes, hace nacer en mí una gran admiración. Admiro su valentía, su capacidad de búsqueda, su total sinceridad consigo misma y con los demás. Admiro su fe profunda en medio de un ambiente que no lo pone nada fácil. Admiro su pasión vital, su creatividad.
Lara no es perfecta porque nadie lo es, pero Lara merece mi homenaje porque está cuidando de su vida, está escuchando más allá de la superficie permitiendo así que su Esencia se manifieste. Merece mi homenaje porque cuenta con Dios, habla con él, en unos momentos más que en otros, como a todo creyente le sucede, y lo hace porque le dejó manifestarse en su vida y ella acogió esa manifestación y cuidó de ese tesoro y lo cuida hasta hoy.
Lara se ha dejado afectar por Dios y por los más pobres. Ha hecho cosas que muchos cristianos de años y años de fe no haríamos.
Lara se ha ido transformando en una mujer bella por dentro y por fuera. Una mujer consciente de sus aciertos y errores. Una mujer joven que se apasiona con la vida y sueña alto pero no se pierde en los sueños sino que pone los medios para hacerlos realidad.
Cuando me dicen que los jóvenes "esto o lo otro" yo pienso en Lara y sé que no hay jóvenes en general, sino "este" y "aquel", con nombres y apellidos y Lara es una joven de bandera, de las que se implican, de las que gozan, de las que ayudan, buscan, preguntan, no se conforman, arriesga...
Os invito a homenajear a los jóvenes maravillosos que conocéis, tal y como están las cosas se lo merecen y aunque no estuvieran así las cosas...¡se lo merecen!
Lara: desde aquí mi homenaje, quizá preludio de ese libro que nació como idea en una de nuestras conversaciones y que espero pueda hacerse realidad, quien sabe si incluso realidad cinematográfica. Alzo una copa imaginaria para brindar por ti, por esta nueva etapa que resulta prometedora de verdad y brindo por el bien que tu vida ha hecho y hará a tantos, seguro que a más de los que hoy puedes imaginar. ¡VUELA, LARA, VUELA!
2 comentarios:
No tengo palabras para contestar. No he podido evitar romper a llorar de emoción. Gracias, simple y sencillamente GRACIAS por formar parte de mi, por formar parte de mi vida, por hacerme como soy. Te quiero!
¡Larita! Siempre llueve cuando abrimos nuestra tierra a la Vida. Dios te quiere y yo también.
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