La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Estar presente...hacerse presente...SER PRESENCIA

Estos días resuena mucho en mi interior la palabra "presencia". ¿Qué puede ser más importante en la vida de un educador que la presencia?

Recuerdo cuando en el colegio se pasaba lista y el alumno debía responder tras escuchar su nombre: "presente". ¡Qué bonito! Sin darnos cuenta de alguna manera se nos invitaba  no sólo a "estar" , sino a  estar presentes y... ¿Qué es la presencia?,¿ qué es estar presente? ¿existe alguna diferencia entre "estar presente", "hacerse presente" y "ser presencia"?

Creo que podemos entender por presencia la experiencia de que la existencia de algo o de alguien , de alguna manera, "irrumpe" por su potencia, por su contundencia.  Aquello que se nos hace presente lo hace poque es imposible, en virtud de su ser,  que no sea percibido.

Esa experiencia es quizá la que enamora a los amantes de la naturaleza. Hay un presencia silenciosa en cada elemento de la naturaleza que se impone sin hacer ni decir nada, efectivamente su sola presencia habla y conmueve. Creo que precisamente porque la naturaleza es fiel a su esencia, a sí misma. Un árbol es lo que es y siendo árbol su ser transmite belleza sin añadir nada más. 

Quizá "presencia" y "ser" van de la mano. Ser lo que se es, ser quien se es otorga presencia sin necesidad de mucho más. 

Esta acción de "hacerse presente" en el ser humano es un acto de voluntad. hay una diferencia entre estar presente (a la manera del alumno que simplemente manifiesta que está en el aula) y HACERSE PRESENTE. Sí, efectivamenete hay personas que con su sola presencia anuncian que estan aquí, pero hay otras que poseen ese don de "hacerse presentes". Personas que en un momento dado con su mirada, con su sonrisa, con su suave toque o una palabra aparentemente pronunciada sin más, de pronto son una presencia imposible de esquivar o de negar.

Hacere presente evoca un acto de voluntad humana que conlleva respeto, amabilidad, cariño, e interés por el otro. Hay que saber hacerse presente, hay que tener cierta gracia para ello como hay que saber cuando desaparecer, algo que quien de veras vive esa calida de la presencia sabe hacer muy bien.

En el mundo de la eduacion, el maestro, la maestra, debe aprender este arte que consiste no solo en estar presnte, sino en los momentos indicados, hacerse presente a aquel alumno más débil, al más necesitado de una presencia amorosa, tranquilizadora o estimulante. También el maestro y la maestra han de tener el coraje de hacerse presentes a los alumnos más agresivos, complicados o desagradables para ser para ellos esa presencia donde todos los demás ponen ausencia. Hacerse presente de esta manera evoca cercanía fisica, mirada sincera y, sobretodo, responsabilidad: quien se hace preente en la vida de otro, se responsabiliza de ese otro conscientemente.

No basta, creo yo, con estar presente, porque hay formas de "estar" que son pura fachada, como un cuerpo inerte, vacío de empatía o ternura, vacío de escucha y mirada.

El maestro y la maestra que con consciencia y trabajo interior aprenden a hacerse presentes, confieren vida a su vocacion educativa, la llevan a su núcleo que no es otro que el acompañamiento. El maestro, la maestra, con sus gestos y palabras, con su mirada y su forma de escuchar y modo de estar, con su acercamiento amoroso y respetuoso al alumno, realiza el pleno acto educativo que consiste en acompañar la vida de sus alumnos siendo testigo de su crecieminto e impulso para su desarrollo. NO en vano el verbo educar nos remite al acto de sacar fuera lo que llevamos dentro. El educador es así, acompañante y testigo del nacimiento a sí mismo de cada alumno.

Haciendose especialmente presente  cuando es el momento oportuno en la vida de sus alumnos y de sus familias, cada maestro y cada maestra termina SIENDO PRESENCIA. Este último escalafón es quizá la pura mística de la educación o la forma más sublime de la misma. El maestro, la maestra deviene en sí mismo PRESENCIA. El alumno siente que ese hombre, esa mujer está ahí por y para él, se sabe en casa junto a ese adulto. Ningún gesto o palabra suyos pasan desapercibidos para ese ser que, dia tras día, le acompaña en el decubrimiento de nuevos conceptos, saberes y capacidades y en la experiencia de ser persona.

Presencia y autoridad van unidas. Sólo conferimos autoridad en nuestras vidas a quienes sentimos y sabemos presentes a nosotros. Por ello es muy complicado que los alumnos otorguen autoridad a educadores ausentes, despistados, autocentrados o perezosos en la relación interpersonal con sus alumnos.

Sería maravilloso que cada educador de cada colegio viviera esta experiencia de "hacerse presente" para terminar siendo PRE-Esencia, es decir: anticipación de la Esencia que somos.

En la oración silenciosa, el educador cristiano es adentrado en la Escuela de la Presencia: Dios.


2 comentarios:

Javier Palacios dijo...

Algunos comenzamos nuestra jornada con: “Acordémonos de que estamos en la presencia de Dios”. Me ha encantado esta entrada tan lasaliana... Muchas gracias. Un abrazo.

Elena Andrés Suárez dijo...

¡ Es verdad, Javi! Gracias por recordármelo
¡Viva JesuJen nuestros corazones! Por siempre.