ADVIENTO: ¡VENGA TU ABRAZO, SEÑOR!
Saliste a caminar suavemente,
haciendo que tus ojos acariciaran cada rostro, cada cuerpo, cada esquina,
saliste a caminar con nosotros, Señor...
Saliste a caminar por las calles del mundo, Señor,
Dios caminante, Dios que pasea al caer la tarde.
Saliste y viste tanto dolor, tanta soledad, tanta perdición...
Entonces abriste tus brazos,
extendiste tu cuerpo,
vulnerable dejaste tu corazón...
Y abrazaste a toda la Creación,
abrazaste a cada niño, a cada mujer, a cada anciano, a cada enfermo, a cada pecador...
Nada ni nadie quedó sin abrazo a no ser quienes no quisieron entender, Señor...
Sigues saliendo cada día a repartir abrazos, mi Señor,
sigues vistiendo a la humanidad de amor
regalando gratis abrazos de Dios.
Muchos no se enteran, a otros les da miedo,
pero somos tantos, miríadas de seres humanos,
los que necesitamos un abrazo, Señor...
¡Venga tu abrazo, Señor!
Gratis y eterno,
cálido y materno...
¡VENGA TU ABRAZO, SEÑOR!
(Gracias a los anónimos abrazadores con cartel o sin cartel que cada día aparecen en nuestras vidas, trocitos de Dios...)
3 comentarios:
¡Gracias Elena!, Hasta Pucela ha llegado el abrazo... Gracias por recordarnos que el Amor pasa por el gesto... ¡Feliz Adviento!, ¡a dar abrazos!!!
Gracias, Natxo, un abrazo cálido para pasar el frío pucelano. ¡A dar abrazos, de mil maneras!
Hola Elena.
Te he dejado un "pequeño abrazo de adviento" en el comentario a la noticia del Proyecto Debir del 22 de noviembre.
Gracias.
Publicar un comentario