San Valentín... ¿Alguien sabe quién fue? Parece ser que pudo ser uno de los tres mártires ejecutados en tiempos del Imperio Romano, durante el reinado del emperador Claudio II. Valentín sería un médico romano que se hizo sacerdote y que, en contra de las leyes del emperador que prohibía casarse a los soldados para que sus energías se concentraran en la batalla, casaba a los jóvenes enamorados.
Tras el Concilio Vaticano II, la Iglesia lo retiró del santoral pero ha seguido celebrándose relacionándolo con "el día de los enamorados".
Este es, de nuevo, un "bendito mes" para las tiendas. Se venden todo tipo de productos para declarar el amor a la pareja, como si en este día todo tuviera que decirse y únicamente con regalos, regalos, regalos.
Otra vez la misma cantinela que durante la Navidad: "compre", "consuma"... Esta vez mercantilizando el concepto del amor.
"Love is in the air", parece resonar la cancioncilla por todos lados. Si hoy tu pareja no te regala algo deberás sospechar si es tu amor verdadero. ¡Qué se preparen los despistados/as!
¡Qué pena rebajar tanto el Amor! Aunque, visto de otro modo, ya que las cosas están así, hoy puede ser una oportunidad para decirle a tu pareja, o todas las personas a las que amas, o al trabajo que adoras, lo mucho que les quieres: sonríe a tus seres queridos, llámalos si están lejos, deja a tu marido o a tu mujer o a tus hijos o a tu padres o a... una notita en el espejo del cuarto de baño o sobre el teclado del ordenador, prepara con esmero una sencilla pero rica comidita o cena, da un paseo sereno con uno de ellos o escribe en tu diario qué aportan de hermoso esas personas a tu vida y susurra en tu corazón un GRACIAS por cada una de ellas. Da hoy el "callo" en tu trabajo como declaración de amor consciente hacia tu vocación...
Pero no olvides declarar tu amor a alguien muy, muy importante en tu vida: TÚ MISMO/A. Quiérete "hoy más que ayer, pero menos que mañana".
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