Adviento: tiempo de espera...tiempo de Esperanza.
Las personas no somos, en general, muy dadas a saber esperar. Es muy normal que mientras espero me entre una sensación como de "comezón" que me impulse a hacer algo para pasar el rato. Como quien a la espera del autobús que le lleve a casa, mira el móvil para pasar el rato o llama por teléfono para charlar y que el tiempo pase más rápido.
Pasar el rato es hacer algo para que el tiempo no se me haga eterno, para no aburrirme, para salir del tedio, para escapar de un "ahora" que me parece no tiene sentido o que se hace muy
pesado o soso...
Seguro que todos tenemos algún amigo o amiga "tardón", de esos que quedes a la hora que quedes, jamás llegarán a la hora acordada. Para quienes somos puntillosos con la puntualidad, tener un amigo así es una verdadera prueba de paciencia y de cariño. Llegar a tomarte con humor la impuntualidad del otro es una gran señal de amistad.
Pues, las primeras comunidades cristianas, que vivían muy expectantes la segunda venida de Jesús (la parusía), también comenzaron a sentir que Dios era un poco como ese amigo tardón, que te dice que vendrá pero no sabes bien cuándo será. Creían que iba a ser tan inminente que Cristo regresara, que algunos dejaron de trabajar porque total "si ya viene en seguida...", vamos, que pensaron que la cosa era para "ya mismo" y se trataba de pasar el rato mientras llegaba.
San Pablo, observando este extraño "pasar el rato" no haciendo nada de algunos, dirá:
"Cuando estábamos entre vosotros os mandábamos esto: si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma. Porque nos hemos enterado de que hay entre vosotros algunos que viven desordenadamente, sin trabajar nada, pero metiéndose en todo. A esos les mandamos y les exhortamos en el Señor Jesucristo a que trabajen con sosiego para comer su propio pan" (2 Ts 3, 10-12).
Pues, he aquí el "reto" del Adviento: o pasamos el rato a la espera de algo que no sabemos cuándo ni cómo será, o nos adentramos en el tiempo de Dios poniendo "pico y pala" en la construcción del Reino, y que, cuando el Amigo llegue, ¡que nos pille trabajando!
No hay comentarios:
Publicar un comentario