La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

sábado, 24 de agosto de 2013

Todos sabemos de donde somos

Hay para todos, sí hay de todo para todos. Que nadie nos haga creer que no es así. La gran patraña que nos han vendido es que no hay suficiente para todos. La realidad es otra: no puede haber para todos si unos pocos quieren más, no hay para todos si no estamos dispuestos a vivir de otra manera. La vida puede ser más sencilla, no hace falta tanto.

Hay para todos si aprendemos a compartir y hacerlo quiere decir simplificar la vida, crecer en generosidad, vivir empáticamente, salir del "yo" para entrar de lleno en el "nosotros", perder ciertas comodidades... ¿Queremos eso? Si lo quisiéramos de veras quizá sería posible, quizá...

Viendo la película "Elysium" me ha parecido ver esa verdad, que no hay porque unos pocos no quieren que haya. Que la única verdad, la unica realidad es que todo es de todos, absolutamente todo: el alimento, el agua, la belleza, los avances que ayudan a la salud, las cosas bonitas y divertidas y el planeta entero. Eso de las fronteras, eso de las etiquetas... Eso es creación de un "ego" al que le asusta el Todo, le asusta el "nosotros", pero podemos aprender a calmar a ese niño llorón que llevamos dentro saliendo de nuestras falsas e ilusorias fronteras. Nadie es un "sin papeles", nadie es de aquí o de allá, todos somos de "aquí", todos somos de la tierra... Todos sabemos de donde somos


2 comentarios:

Andrés dijo...

Hace años conocí a Ignacio Ellacuría, días antes de ser asesinado por el ejercito salvadoreño en la universidad de la UCA en San Salvador. En esos días, en una entrevista que le hizo la entonces joven periodista Mercedes Milá, acompañado por su compañero jesuita Jon Sobrino, hizo una propuesta que se me quedó grabada entonces: proponía como solución para este mundo una "austeridad compartida". Hoy sigue siendo válida.

Anónimo dijo...

Así es. Qué afortunado tú la conocer a Ellacuría personalmente. Un abrazo.