La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

martes, 8 de julio de 2014

Aquí y ahora.

Hubo un tiempo en mi vida en el que sólo el presente existía. Jugar lo era todo. Sentir la cercanía de mis seres queridos, creer que siempre estarían "ahí". Todo era "aquí" y "ahora".

Llegó otro tiempo, inesperado, llegó suavemente. Un presente pleno de posibilidades que nacían de planes de futuro. Un futuro en el que todo era posible, un futuro con perfiles de aventura, de riesgo, de absoluta novedad..."Todo es posible, todo está por hacer". Tiempo de primavera en el cuerpo que no se cansaba, que no dolía... Una fruta madurando, aún sin hacer pero ya manifestando su sabor, su perfume, su color. Un poco de inconsciencia (o bastante), tiempo de creer que se abe lo que, ahora veo, no se sabe porque no se ha vivido apenas...

No supe cuando... Llegó el tercer tiempo y sigue llegando. Un tiempo que comenzó a poblar el futuro de pasado. Los recuerdos comenzaron a ganar peso teñidos a veces de una cierta melancolía. El pasado y el futuro... A ratos más de "lo que fue" que  de "lo que será"... Sensación de que las piezas del puzzle comienza a encajar y todo se fue llenando de una certeza: "sólo sé que no sé nada". Todo comenzaba a parecer más hermoso, más atractivo, más inaprensible y hondo... Y fue legando el placer de las pequeas cosas, de lo más lento, del "poco a poco"... Fue desapareciendo el miedo a no saber, a no poder, a no llegar aunque han ido aparceiendo otros miedos nuevos...

Entonces he redescubierto el presente, una niña pequeña me va diciendo más y más, me repite, me invita a permanecer en el presente. Es ahora un presente consciente no exento de ecos de juego. Un presente que serena la vida tan llena ahora de despedidas, de cambios...¡tantos cambios dentro y fuera de mí!, de decepciones, de sorpresas maravillosas, de descubrimientos, de relatividades, de frustraciones, de perpejlidad, de nada especial y de momentos únicos...

El cuarto tiempo, lo intuyo, será volver a ser una niña... Una anciana-niña-sabia... Pero eso es cosa del futuro, llegará... un futuro que hunde sus raíces en el pasado asumido, sanado, amado, agradecido y, todo ello, gestado aquí y ahora... Eterno presente sin tiempo. Todo en todo y todos aquí y ahora y este pequeño yo en todo y todos, aquí y ahora... Latiendo...

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