Ayer supe que Ángel cerró los ojos. Ayer me quedé sin palabras.
Ángel María Ipiña, clérigo de San Viator. La Vida quiso que nos encontráramos en Vitoria, en el contexto de uno de los cursos de formación que allí impartí durante diez años. Tras unos días de curso y después de una de las actividades más potentes, Ángel me regaló un abrazo y una mirada que llevaré por siempre en mi corazón. Ya está. Esa fue toda mi relación con él. No volvimos a vernos en persona.
Tiempo después, siguiendo a Ángel a través del facebook, fui sospechando que algo le pasaba. Le escribí y me lo confirmó. Estaba enfermo. A partir de ahí viví el inmenso privilegio de recibir sus escritos, cartas cercanas, preciosas, lúcidas, donde nos iba compartiendo su proceso. Incluso nos llamamos por teléfono un par de veces.
Mi sensación al recibir cada comunicado, era de "no merecerlo", a fin de cuentas, sólo habíamos coincidido una vez. Ángel también leía este blog y dejaba de tanto en tanto comentarios jugosos. Él fue uno de quienes me animó a no dejar de escribir aquí y es por ello y por la forma en que me ha impactado su Vida, que deseo y necesito hacer homenaje de su persona aquí.
A través de esta relación de hermandad con Ángel, favorecida por él mismo, he aprendido muchas cosas importantes. La primera que la fraternidad no nace ni crece por si sola, sino cuando nos hacemos conscientemente presentes y cercanos, como él hizo con tantísimas personas y conmigo misma. Me abrió gratuitamente, porque sí, las puertas de su corazón. No sabes, Ángel, como eso me ha impactado y cuánto me has enseñado así.
La segunda lección de Ángel ha sido su FE, una fe con mayúsculas. Una entrega y confianza en Dios preciosa, realista, madura. En estos años de su lucha por no ceder espacios de más a la enfermedad, ha ido grabando videos cortitos compartiendo su forma de entender la fe, la vida, la enfermedad... Cada vídeo es ahora, tras su partida, un tesoro mayor aún de lo que ya eran. Enseñanzas claras, sencillas pero tan profundas y necesarias...
La tercera gran lección ha sido su forma de vivir la enfermedad y su apertura a compartir ese proceso personal con nosotros. Su generosidad me ha impactado y conmocionado.
Ayer lloré... Lloré porque me da tristeza que un ser humano tan bello se vaya. Porque creía que aún podría escribirle tras la Semana Santa... me quedé como muda... Sólo alcanzaba a recordar aquel abrazo y aquella mirada suya. ese fue nuestro lugar de encuentro, allí estaba todo.
Ángel, ya estás en el Corazón de tu Dios al que tanto has amado, al que entregaste todo tu ser, por quien te dejaste iluminar y enseñar. Me alegra saberte ahí, en ese otro nivel de existencia al que se accede cerrando los ojos a este mundo. A la vez, Ángel... me hubiera gustado tanto poder verte de nuevo, explicarte algunas cosas, compartir ... Echaré mucho de menos tus mensajes. Guardaré como un tesoro sorprendente cada carta y mensaje que me has enviado. Sé que muchísimas personas lo harán porque eras querido por muchos.
No sé qué más decir...La única palabra que todo lo resume es tu propio nombre, ÁNGEL. Eso has sido en tu vida para muchas personas, para mí, un Ángel, presencia de Dios.
GERO ARTE, ÁNGEL. GOIAN BEGO.
10 comentarios:
Hermosas, bellas palabras.
Muchas gracias por hacer uso de los dones que el Señor te da.
Gracias, Miren. Un fuerte abrazo
Sin muchas palabras. Quiero hacerme presente. Lleno de emoción. Lleno de Vida. Un fuerte abrazo.
Gracias de corazón, Javi.
Gracias Elena, me ocurrió algo muy similar con Ángel, pero a diferencia tuya, yo nunca lo vi en persona. Nos encontramos vía internet, a través de páginas religiosas, y desde ese momento, hablo del 2014, nos acompañamos, él desde España y yo desde Argentina, compartiendo la fe, el amor a Dios, las luces de la salud y las sombras de la enfermedad, que a su lado, y a través de su testimonio, no parecía tan sombría, sino "un aprendizaje más", como me solía escribir. Yo ayer cuando me enteré de su partida también lloré, y como a vos te ocurrió, yo sentí que por unos años Dios, y a través de la internet, me había regalado un ángel. Un abrazo y me llegaron hondo tus palabras y tu homenaje. Gracias.
La profundidad del hermano hace un lugar en el corazón, que se vuelve parte de uno! Hermoso homenaje Elena. Un abrazo de Paz!!
Muchas gracias, Anonymus, por compartir tu preciosa vivencia con Ángel... Supo tender sus alas muy lejos, a todos ... Nos acompaña ahora por siempre. Besos.
"Lazos que no la muerte puede romper..." (Juan María de la Mennais
"Lazos que NI la muerte puede romper..."
Preciosa frase de tu fundador. Gracias.
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