Sólo quien contempla, ve. Sólo quien calla, escucha. Sólo quien Escucha aprende...
Esa eres tú, María de Betania. De la misma estirpe que María de Nazaret. La estirpe de mujeres que no miran, contemplan. Mujeres que callan para Escuchar la Verdad y luego la pronuncian y proclaman con actos arriesgados y valientes. Mujeres que aprenden de Jesús y con Jesús qué es la verdadera humanidad. Mujeres receptáculo de lo divino para parirlo en la Humanidad.
Esa eres tú, María de Betania. Capaz de ir más allá de lo preparado, de lo esperado, de lo cómodo, de lo aceptado. Por ello vas de la mano con la mujer sirofenicia, y descolocas hasta al propio Jesús y le pones ante sus ojos horizontes universales perfumando sus pies de nardo.
María de Betania, como Magdalena, amando a Jesús porque ves en él lo que otros no pueden ver. Ves a Jesús, no lo que esperas de él, no lo que le pides, no lo que deseas de Él, no lo que puede hacer. Le ves a Él lo recibes dejándole ser. Tú, a sus pies. Tú, discípula como Magdalena. Amándole en libertad como ella.
María de Betania, hermana de Marta, la amiga de Jesús siempre atenta a tenerlo todo listo para él para todos los que se acercan a casa. Marta, directa, clara, resuelta e inquisitiva. Tú sabes que ella es necesaria y le ofreces el sustento del descanso en Dios. Porque tú, María de Betania, eres la que aprendió a descansar en Dios, a dejar que Él sea y tú llenarte de su energia de su amor y su belleza sentada a sus pies.
María de Betania, teóloga como la samaritana licenciada en la escuela de la Escucha. Sentada en un brocal de atención y presencia. Estirpe de los que adoran en Espíritu y Verdad.
María de Betania, hermana de un resucitado, de Lázaro desatado de su ataduras. Comprendiste como ama Dios: liberando de toda cadena, iluminando cada noche, abriendo todas las losas funestas.
María de Betania. Portadora del perfume del amor. María, yo hoy me pongo a tus pies. Enséñame a mí lo que aprendiste tú siendo amiga de Dios.
3 comentarios:
Hermoso Hna... sin palabras, sólo abrazando ese corazón liberado, rebosante que no puede hacer otra cosa que expresar amor
Leer este texto invita al silencio,a la escucha atenta, a la contemplación.
Gracias, Erika y José María. Os deseo una semana santa iluminada por la Sabiduría.
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