La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

viernes, 12 de febrero de 2021

MADRE


 ¿Acaso no he necesitado que me dieses a luz?

He necesitado de tu agua materna.

días flotando en ti,

dentro de ti...

Danza ingrávida

de la gravidez femenina,

danza de dos que están siendo,

una dentro de la otra.


¿Acaso no he necesitado que me dieses a luz?

Sostenida, alimentada,

nacida en ti,

dentro de ti.

Respirando y bebiendo tu agua nutriente

toda yo conectada a ti.

¿Acaso no necesité todo de ti?

Tus minerales,

tu sangre,

tu espacio,

tu oxígeno.

Comencé a ser alimentándome de ti

y tu acariciabas este mendigante ser.


¿Acaso no necesité de ti TODO?

Precisé tu empuje, tu grito y tu llanto para emerger.

Precisé tu abrazo y tu seno

para dejar atrás el vértigo de caer.

Precisé tu leche cálida.

alimento materno

para saciar mi hambre y mi sed.

Precisé tu mirada, tu voz y tu tacto.


¿Acaso no  lo pedí TODO de ti?

Te pedí tu mirada,

tu atención y tu tiempo,

te pedí tu beso

y tu voz leyéndome un cuento.

Te pedí tus entrañas de amor materno,

y tu sonrisa reconfortante.

Te pedí tus noches

y te desvelaron mis desvelos.


¿Acaso no te pedí después todo el espacio?

Necesité alejarme para ser,

despegarme, alzar mi vuelo

y tú, me dejaste ir.


¿Acaso no necesité luego volver?

y allí estábas tú en mi regreso.

esperándome sin parecerlo,

y contigo tus abrazos, tu mirada, tu sonrisa y tus besos.


¿ACASO AHORA, MADRE

NO TE LO HE DE DAR YO TODO?

En este abrazo de mutuo amor

nos reconocemos

y recibes todo cuanto generosa y amable,

amorosa y dulce,

me entregaste.

AHORAS, SÍ, TE LO HE DE DAR TODO, MADRE.

2 comentarios:

Erika dijo...

Hermosa meditación, he viajado. Gracias Elena

Elena Andrés Suárez dijo...

Gracias a ti Erika por tu sensibilidad y tu profundidad.