a los niños perdidos y olvidados,
dales la mano
para encaminarlos a otro mañana.
SIENTE EN EL CORAZÓN DE LA NOCHE
LA ONDA DE ESPERANZA
EL ARDOR DE LA VIDA,
SENDERO DE GLORIA.
Buenos momentos de la infancia
rápidamente olvidados, borrados...
Una luz dorada brilla sin fin.
Todo en el final del camino.
(Compositor Bruno Coulais 1954)
Hoy he recordado la deliciosa película "los chicos del coro". Es una de esas películas con las que cualquier maestro/a disfruta al máximo. Creo que empatizamos con el profesor Mathieu y su modo de educar y acompañar a esos niños, especialmente a Pierre Morhange, cerrado en sus heridas, a quien regala con sencillez y firmeza, el poder expresarse con la música, con su voz, y así, encontrar su propia voz yendo más allá de su dolor.
Nos dicen que participar en un coro es ahora mismo una actividad tremendamente arriesgada por aquello del efecto "aerosol" que provocamos al cantar. ¡Quién nos lo iba a decir! Resulta tan sumamente triste...
Pero, en todo caso, creo que cantar o dedicarse a cualquier otra actividad que nos abre la mente, que nos enseña algo, que nos otorga verdadera cultura, ha sido y será siempre peligroso, con o sin coronavirus, porque la cultura hace brotar mentes despiertas, críticas, con capacidad para pensar más allá de lo establecido haciéndose preguntas, indagando en fuentes diversas. La cultura y, en concreto, el arte, son peligrosas, mucho, por eso no interesa demasiado y por eso se prefiere la "cultura de masas", algo medio, sin demasiado fondo y con la misma forma para todos para frenar disidencias.
Hoy, evocando al genial profesor Mathieu, recordaba esta canción "ves en tu camino" y me ha emocionado especialmente porque me evoca la acción diaria que l@s maestr@s en todo el mundo están haciendo cada día.
Ellos y ellas están en esta noche de la humanidad, sintiendo y transmitiendo la "onda de esperanza" a un@s niñ@s y jóvenes que corren el peligro de ver borrados estos años deliciosos de la infancia y adolescencia demasiado rápido. Maestros y maestras en todo el mundo, yendo más allá del currículo escolar, están transmitiendo con sus gestos y palabras, con su compromiso diario, que hay una "luz dorada que brilla sin fín" en cada niño, en cada joven y se sitúan a su lado para caminar cada día, a pesar del virus, a pesar de las nulas ayudas de los gobiernos... Día a día, paso a paso, acompañan a sus alumn@s intentando de mil modos ampliar su mirada, encender su corazón.
Maestros y maestras que en el mundo entero, lo dan todo de sí y viendo en su camino niños perdidos y olvidados, les dan la mano para encaminarlos a otro mañana.
Una vez más y mil veces más: GRACIAS MAESTR@S. Gracias a los y las profesor@s Mathieu que hay por el mundo.
2 comentarios:
Bellísima reflexión, cómo la película!!
Hemos disfrutado y aprendido mucho con ella. Gracias Elena
Gracias Erika. Abrazo inmenso.
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