La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

lunes, 9 de octubre de 2023

La vida descarrilada

      Si nosotros, los que estamos en los campos de prisioneros de cualquier parte del mundo solo salvamos nuestros cuerpos, será insuficiente. Al fin y al cabo, no se trata de mantenernos con vida a toda costa, sino de cómo nos mantenemos con vida. A veces creo que cada nueva situación, ya sea buena o mala, puede enriquecernos con nuevas perspectivas. Y si nosotros abandonamos a su destino los duros hechos que debemos afrontar irremediablemente, si no los acogemos en nuestra mente y en nuestro corazón para lograr que se asienten y se conviertan en hechos que nos permitan madurar y encontrar algún sentido, no seremos una generación viable. (...)De los campos mismos deberían irradiarse nuevos pensamientos; nuevas ideas que transmitan claridad deberían traspasar nuestras alambradas y reunirse con las ideas que la gente de fuera habrá conquistado con tanta sangre y en circunstancias que, poco a poco, se están volviendo igual de difíciles. Y quizá entonces, sobre una base común de búsqueda sincera de respuestas que expliquen estos hechos incomprensibles, la vida descarrilada podrá dar un cauto paso adelante. (CARTAS DE ETTY HILLESUM)


Una vez más, la profunda voz de Etty Hillesum me ayuda a adentrarme en una lectura de estos convulsos tiempos que vivimos con algo más de profundidad y lucidez huyendo de la visceralidad y los tópicos.

Cuando se mira el mapa mundial desde el punto de vista de los conflictos bélicos en desarrollo, identificamos 58 focos de violencia y lucha. Hay que añadir ahora una nueva guerra declara : Israel-Palestina.

Empatizar con cada conflicto, es decir, percibirlo, acogerlo en el corazón, sufrir con los que sufren, sería destructivo para cualquier mente humana. Por ello, seleccionamos, como lo hacemos con todo. Cada persona, en el nivel individual, selecciona la información, asume lo que puede, olvida o sitúa en tercer o cuarto lugar lo que no puede procesar. Olvidar es sano para el cerebro humano a todos los niveles. En un mundo tan hiper informado, creo que es una forma lícita de protección personal nada criticable. Recordemos lo que nos sucedía durante la pandemia con el exceso informativo, la necesidad de desconectar de las continuas ruedas de prensa, datos y crear, poco a poco, espacios personales y familiares de un cierto sosiego.

Pero no se trata tan sólo de crear espacios de sosiego por pura comodidad personal, eso sería desafección, la desafección que realmente hace que el supuestamente "bueno" acabe siendo cómplice, por silencio e inacción, de los supuestamente "malos". 

Al espacio de sosiego que me refiero es aquel que permite que cada ciudadano pueda ir mas allá de los meros datos, pueda cribar con sentido común y mirada crítica las diferentes informaciones que se vierten sobre los sucesos mundiales, cercanos o lejanos físicamente. Saber leer la realidad desde la inteligencia y la sensibilidad personal de cada uno. Aplicar algo más que pura visceralidad o lamentos timoratos.

Así me resuena lo que Etty desea desde el campo de concentración: una base común de búsqueda sincera de respuestas que expliquen estos hechos incomprensibles. Sí, porque resulta siempre incomprensible el dolor atroz que el ser humano inflige al ser humano, o , al menos, ojalá siga pareciéndonos incomprensible. 

Anhela Etty Hillesum que, creando esa base de comprensión, la vida descarrilada pueda dar un cauto paso adelante... La vida descarrila en cada lucha entre hermanos, en cada asesinato en pro de banderas, religiones, razas, de lo que sea. Siempre la vida descarrila si un ser humano mata o maltrata a otro. La vida descarrila en la violencia pequeña, sin publicación y en la gran violencia visible.

Por ello, estoy estos días intentando conectar a diario con mi interior. Adentrarme en ese lugar profundo donde puedo empatizar y llorar las atrocidades de mundo a la par que afronto en mí con valor y decisión, la guerra interior contra los deseos de venganza, contra el juicio fácil y visceral y contra la desensibilización. A la par, cuido mi forma de informarme y cuido mi espacio familiar para que sea sosegado, con ese sosiego que permite pensar mejor y sentir mejor.

Es una guerra interior, esta sí, que vale la pena. Según avanza mi vida, cada vez siento con mayor claridad que el campo de batalla definitivo es el interior de cada persona. Ahí se deciden las guerras pequeñas y grandes. Es mi opción personal clara e inamovible contra la violencia, contra la venganza, contra la cosificación de los otros, la que puede marcar al diferencia. Las guerras no son "setas" que aparecen por arte magia. Tras cada guerra, tras cada conflicto, hay una larga historia de intereses egoístas, de locuras humanas, de mentiras y medias verdades. Por eso, como dice la canción: "la guerra es muy mala escuela, no importa el disfraz que viste, perdonen que no me aliste bajo ninguna bandera".

Cuando una persona se desensibiliza, la humanidad pierde la batalla en pro del cauto paso adelante para que la vida triunfe. Necesitamos voces lúcidas, pensamiento férreo, reflexión honda ante el ruido de la violencia que, no lo dudemos, nace en cada persona que permite que esta eche raíces en su interior. Necesitamos aprender a valorar la vida, agradecerla, cuidarla y defenderla cada día, en lo cotidiano, en lo pequeño y en lo grande.

Dice Etty: Por eso me parece muy peligroso que se afirme continuamente: "No queremos pensar, no queremos sentir, es mejor desensibilizarse ante toda esta desgracia". ¿Acaso el sufrimiento, sea cual sea la forma en que se nos presente, no es una parte de la existencia?







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