La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

jueves, 21 de septiembre de 2023

Abrazo, mirada, diálogo

 

Ella es Ana. Es una mujer de esas que dejan huella por donde pasan. Es profesora, bueno, andereño porque es vasca. No doy más señas. Ana me ha dado permiso para publicar esta foto, aunque por mor de los derechos del menor y por temor a todo lo que la IA está generando, me he visto forzada a recortar la foto para que no se veAN los sonrientes y expresivos rostros de las niñas que la están abrazando.

Ví esta foto en el perfil de wtsapp de Ana. Somos amigas queridas desde que ella participó en un curso de verano que impartí hace muchos años. Ya he dicho qUe deja huella por donde pasa, y dejó huella de cariño en mi corazón.

Al ver al foto le pregunté a Ana por su historia y me dijo que no sabía que se la había hecho hasta que se la enviaron. Me explicó la intra historia de la imagen: Fue le primer día de cole. Esperando ella en el patio a sus nuevos alumnos, se abalanzaron sobre ella un grupo de alumnas del curso pasado. Con tanto ímpetu y cariño que sintió que se iba a caer y pidió un abrazo de grupo. Y, ahí quedó, en el eterno universo de la imagen...

Y me explicaba Ana que sus exalumnas le compartían que la iban a echar mucho de menos, que no había otra andereño como ella. ¡Qué dulzura y qué gratificante! ¡Cómo alegra el corazón saberse querida, reconocida! 

Pero, Ana, lejos de alimentar más ese ego nuestro que si no le pones freno se come a todos, les dijo que únicos somos todos. Que claro que no hay nadie más como ella, pero nadie más como nadie.

¡Qué sabiduría la tuya, querida Ana! Porque en tu respuesta capto yo esa capacidad para ayudar al alumno a entender que todos los profesores son dignos de reconocimiento y respeto.Ya sabemos todos que siempre habrá profes que enamoran al alumnado, profes que agradan más, que tocan el corazón. Y también sabemos bien que hay profes pues que no llegan tanto, que ni "fú ni fa", o que, incluso, cuesta y mucho, tenerlos como profes y como compañeros. Cada uno es como es. Por eso en tu respuesta Ana, se abre una puerta importante para esas niñas: reconocer que cada persona es única, que en el cole van a tener profesores, pero también compañeros de todo tipo y que, a veces, se trata de afinar la mirada para identificar en cada uno algo especial. Gran aprendizaje para la vida de después, para aprender que no todo el mundo nos va a resultar atractivo o agradable, pero sí que todo el mundo es merecedor de nuestro respeto y saber estar.

En tu respuesta, Ana, capto tu consciencia de que el proceso de enseñanza-aprendizaje en un cole se hace en equipo y ser equipo es nunca menospreciar al compañero, aunque tenga puntos de vista pedagógicos o de otro tipo que no sean los nuestros. No dar nunca espacio a criticar o menospreciar a otros profesores, especialmente , por parte de los alumnos.

En tu respuesta, Ana, me llega un mensaje de hondura, de profundidad, que impele a ir mas allá, que invita a vivir en común-unión. Y doy fe de que así tú, Ana, creadora de espacios de creatividad, vida, alegría. Y sé de tu luchas y de tus pesares. Eres una mujer luminosa y vital, Ana, en todos los aspectos de tu vida y se nota, sí señora, se nota mucho. Así que no me extraña que te abracen hasta casi hacerte caer y no me extraña tu respuesta.

Y es que educamos como somos. No podemos improvisar. Un maestro, una maestra, entra en el aula con todo lo que es. Los alumnos lo perciben, les llega... ¡Qué le vamos a hacer!

Pero, además, en esta imagen, veo la instantánea de lo que viven miles de educadores y educadoras en todo el mundo: la alegría del reencuentro, la alegría de vivir una profesión que alimenta el alma cuando nace del corazón, que gratifica cuando el alumno crece, cuando se te acercan, cuando se abren a ti, aunque suceda poco.

Esa imagen expresa que los maestros/as saben acoger la vida de sus alumnos y saben dejarse acoger.

Me gusta mucho, Ana, me hace bien mirar esta foto que, en mi móvil sí veo entera, con esas sonrisas limpias y abiertas, con esa mirada de amor de esas niñas tan bonitas.

Abrazo, mirada, diálogo... Claves para una educación con corazón.

ESKERRIK ASKO, ANA MAITIA!

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