La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

viernes, 17 de diciembre de 2010

El rostro es un imperativo ético que dice: no matarás (E. Lévinas)

MÍRAME A LOS OJOS

No tengas miedo,
yo no lo tengo.
Mírame a los ojos,
te estoy mirando,
busco tus pupilas y te ofrezco las mías.
No me opacan ahora muros convencionales,
descorro mis seguridades y mis velos,
adéntrate que no tengo miedo
más bien sed de abandonarme
y, si lo deseas, ser tu descanso.

No tengas miedo,
yo no lo tengo.
No llevo armas en el iris de mis ojos
y en tus ojos tampoco las encuentro.
Vacío mis cuencas de prejuicios, juicios y recuerdos,
vacío estos ojos míos de quejas y miedos
mas, si se asomaran fugaces nubes en estas pupilas,
no me niegues tu mirada,
yo no retiro la mía,
somos limitados seres que se miran.

Tú y yo, hermano, hermana, vulnerablemente frente a frente
en preámbulo de abrazo,
con nuestras historias a cuestas,
nos miramos,
más aún, nos contemplamos:
icono que contempla, icono contemplado,
una oportunidad para la transparencia,
ese es el milagro cuando nos miramos, hermano, hermana...

No tenemos miedo,
lo hemos anulado
con el poder de una mirada desnuda,
alejándonos de la posesión y la curiosidad,
profundamente contemplando.
El mundo mejora cuando nos miramos, hermana, hermano...

No hay comentarios: