La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

jueves, 13 de octubre de 2011

Is 54

Os invito  a leer este pasaje de Isaías. El poema que incluyo a continuación brota de él.

Recogiste mi vida entre tus manos
una tarde de templado otoño
cuando las hojas caídas
presagian
el alimento de la tierra.

Me recogiste inerte
sonámbula en mi propia vida
sin verbo en mis frases
escasa de acción
y apátrida de mi pasado.

Me recogiste,
me retomaste,
me otorgaste carta de ciudadanía,
vestido y hálito.

Me encontré conmigo
en tu mirada
y en tus labios
aprendí mi verdad.

Aprendí a escuchar mi voz
al amparo de tus palabras
y en tus manos toqué
la desconocida suavidad de mi alma.

Me recogiste entre tus manos
una mañana, una tarde, una noche,
el día primero.

No hay comentarios: