La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

viernes, 25 de febrero de 2022

Educar la interioridad en tiempos de guerra

Escribir esta entrada me resulta algo muy sencillo y muy complejo a la vez. Podría resumirse todo en una sola frase: EDUCAR LA INTERIORIDAD NO ES APRENDER A RELAJARSE..

Con eso ya estaría dicho el núcleo de lo que deseo compartir y, ojalá, clarificar.

¿Por qué digo esto? Porque me llama la atención que en prácticamente todos los colegios donde se implementan programas de EI, cuando se comparte algo en redes sociales relacionado con ello, siempre consiste en una imagen en la que los alumnos del curso que sea, están tumbados sobre esterillas o sentados con las piernas cruzadas en torno a un vela y prácticamente siempre el texto que acompaña dicha imagen es "nuestros alumnos se adentran en su interioridad desde la calma" o "nuestros alumnos gracias al programa N de interioridad, se relajan y se sienten mejor".

Pues, con todo cariño, os confieso que me hierve el alma cuando leo estas cosas. Tras veintidós años dedicada en cuerpo y alma a explicar qué es la EI, compruebo que me explico fatal, pero que muy mal y que quizá debiera dedicarme a otra cosa, porque desde luego nadie me dirá que si se ha formado conmigo yo circunscriba la EI a "relajarse", "sentirse  bien"....

¿Qué caricatura estamos haciendo de la interioridad humana si en esta situamos tan sólo el "sentirse bien"? Claro que es bueno e importante sentirme bien conmigo mismo, vivir momentos de paz, aprender a serenarme. Por supuesto. Nos sabemos de memoria eso de que  en un mundo occidental lleno de ruido, etc, etc... el regreso a la calma es tan necesario, etc, etc... Pero, habiendo escrito yo misma sobre ello millones de veces, compruebo atónita que en este momento, con demasiada facilidad, nos quedamos ahí, nos sentamos tranquilamente en ese rincón del camino hacia dentro que nos otorga un momentito de calma, nos reduce el estrés y nos hace sentir bien. Y ya está.

Pero no, la EI no es sólo eso. La verdadera Educación de la Interioridad debe favorecer que, al conectar sin miedo con esa dimensión interior, el alumno, en función de su edad, descubra en ese lugar más íntimo, las materias primas para construir una vida plena, una vida con sentido, una vida, que por ser humana, es vida con otros y desde un clave cristiana, una vida para los otros.

No me cansaré de repetirlo: son dos los objetivos que, a modo de faro, orientan cualquier camino que se denomine Educación de la Interioridad:

  • La unificación de las dimensiones de la persona
  • La construcción de la UNIDAD con los demás (eje relacional), el mundo (ejes ético, político y ecológico) y con Dios (eje religioso).
¿Por qué reducimos la implementación de la EI tan sólo a lo que señala hacia el primer objetivo? Sí, porque identificar la EI únicamente con sesiones basadas en la práctica de la relajación, la respiración, la meditación, pintar o crear mandalas, darse masajes, es trabajar sobre todo el primer objetivo. Con ello hacemos bien al alumno, claro que sí, son propuestas que generan conexión amable con uno mismo y, por supuesto, favorecen momentos muy bonitos de encuentro con los compañeros. Eso es fabuloso, pero, desde mi perspectiva, deja a mitad de camino el proceso que podemos favorecer y acompañar. Pero, cuidado, porque si el adentramiento es real y sincero, a veces el resultado final puede no ser tan placentero como presuponemos. Tantas veces, el autoconocimiento pide identificar mis sombras, reconciliarme con ellas, ser autocrítico... dónde queda todo eso si sólo me dedico a relajar a mis alumnos? Evidentemente, este trabajo de la unificación personal implica introspección,  y el acompañamiento de calidad es irrenunciable.

Imagina ahora a un grupo de quinto o sexto de primaria, o de secundaria o de bachillerato, aprendiendo en qué consiste argumentar, trabajándolo como eje temático o proyecto durante un tiempo determinado. Tras ahondar en qué entendemos por argumentación, imagina a ese grupo transformando el aula en las Naciones Unidas y poniendo en marcha una sesión de debate y argumentación acerca del conflicto Ucrania-Rusia. Imagina que, además, esos alumnos, no sólo han profundizado en las reglas de la buena argumentación, sino que se ha internado  en los conflictos europeos en la asignatura de historia, desde la primera Guerra Mundial y en la historia de la moderna Rusia, etc.

Entonces, vemos en la web de ese colegio una foto de los alumnos debatiendo, esgrimiendo argumentaciones, escuchándose, elaborando quizá finalmente un documento dirigido a los gobernantes de las naciones. Y esas fotos se comparten y el texto dice: "Durante este trimestre, nuestro alumnos han trabajado el desarrollo de su compromiso ético y político desde la interioridad aprendiendo a argumentar y compartiendo sus ideas políticas, su comprensión del mundo."


Imagina que, a la par, los alumnos han vivido sesiones donde sí, han ido en busca de sus propias violencias y conflictos interiores y han desenmascarado a sus dictadores internos. Lo han hecho a través de ejercicios de visualización, de dinámicas, escribiendo en su diario de interioridad una carta  a "la república interdependiente de mi interior"

Ahora, junta lo uno y lo otro en una buena secuenciación, con actividades de duración y complejidad diversa, animadas por diferentes educadores del claustro y eso, sí eso, es EI. Todo, no sólo lo que me lleva hacia dentro desde la calma y el relax, sino lo que me remueve por dentro, o que me desenmascara a mí mismo, lo que me posibilita abrazar mis sombras porque así puedo abrazar las de los demás, sin juzgarles con dureza. A la par, descubro que leer los acontecimientos mundiales requiere atención, pensamiento complejo, saber argumentar, escuchar al otro. Aprendo que la historia es maestra, pero que para entender su lección, necesito introspección, capacidad de estudio, de ir más allá de lo puramente visceral.

Y mucho más... En un mundo complejo, en un entorno "VICA" (Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad) reducir la EI a técnicas para "sentirme bien" envía un mensaje sobre lo que es la interioridad humana muy pobre, anecdótico y, permítaseme, "blandito" y ese ser personas "blanditas" les va muy bien a los Putin del mundo para manipularnos a su antojo.

Educamos la interioridad humana en tiempos de guerra. Acompañemos el nacimiento de GUERREROS PACÍFICOS, pero.. eso, guerreros.





5 comentarios:

catarina poeiras dijo...

Genial y oportuna reflexiõn!
Gracias, Elena!

Lorena Sanchez Lopez dijo...

Muchas gracias Elena. Gracias de corazón por tus palabras.
... Reflexionando...

Elena dijo...

Mucha gracias, Catucha.

Elena dijo...

Olga, cómo me gratifica tu comentario,te lo agradezco de corazón.

Elena dijo...

Lorena, sigamos reflexionando aunando mente y corazón.
Gracias.