La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

martes, 8 de febrero de 2022

Recuperar la amabilidad: UNA AMABLE REVOLUCIÓN

 


Dice el Papa Francisco en la carta encíclica Fratelli Tutti:

El individualismo consumista provoca mucho atropello. Los demás se convierten en meros obstáculos para la propia tranquilidad placentera. Entonces se los termina tratando como molestas y la agresividad crece. Esto se acentúa y llega a niveles exasperantes en épocas de crisis, en situaciones catastróficas, en momentos difíciles donde sale a plena luz el espíritu del "sálvese quien pueda". Sin embargo, todavía es posible optar por el cultivo de la amabilidad. Hay personas que lo hacen y se convierten en estrellas en medio de la oscuridad.


Me pregunto y te pregunto:

  • ¿Percibo en mí acciones, palabras, pensamientos que me conducen a ese "atropello" que menciona Francisco? 
  • ¿En qué momentos, ante qué situaciones se acrecienta en mí ese "sálvese quien pueda"??
  • ¿Qué hago o puedo hacer para frenar ese impulso que me hace atropellar al otro?
  • ¿En qué situaciones vivo, experimento que un cambio de actitud en mí produce más calma, más amabilidad en mis entornos diarios?

Continúa así el Papa:

San Pablo menciona un fruto del Espíritu Santo con la palabra griega jrestótes (Ga5,22), que expresa un estado de ánimo que no es áspero, rudo, duro, sino afable, suave, que sostiene y conforta.

Me pregunto y te pregunto:
  • ¿Acudes a Dios cuando percibes que en ti no hay capacidad para mantener ese estado de ánimo afable y suave?
  • ¿Has experimentado que es en la oración, en el trato de amistad con Dios, donde recibes ese "plus" de amabilidad que te falta?
  • ¿Te abres en la oración a la acción del Espíritu de Dios en ti para que transforme lo duro en suave, lo áspero en afable?
Y sigue así la Fratelli Tutti:

La persona que tiene esta cualidad ayuda a los demás a que su existencia sea más soportable, sobre todo cuando cargan con el peso de sus problemas, urgencias y angustias. Es una manera de tratar a otros que se manifiesta de diversas formas: como amabilidad en el trato, como cuidado para no herir con las palabras o gestos, como un intento de aliviar el peso de los demás. Implica "decir palabras de aliento, que estimulan", en lugar de "palabras que humillan, que entristecen, que irritan, que desprecian"

Me pregunto y te pregunto:
  • ¿Qué persona o personas en tu entorno cotidiano tiene o tienen esa cualidad de ayuda a los demás? Recuerda cómo son esas personas, evoca su rostro, pronuncia su nombre y dale o dales las gracias en tu corazón por ser así.
  • ¿Cómo son tus palabras en los diversos ámbitos en los que transcurre tu vida cotidiana? ¿Cómo hablas a las personas? 
  • ¿Cómo te hablas a ti mism@?

Prosigue Francisco:

La amabilidad es una liberación de la crueldad que a veces penetra las relaciones humanas, de la ansiedad que no nos deja pensar en los demás, de la urgencia distraída que ignora que los otros también tienen derecho a ser felices. Hoy no suele haber ni tiempo ni energías disponibles para detenerse a tratar bien a los demás, a decir "permiso", "perdón", "gracias". Pero de vez en cuando aparece el milagro de una persona amable que deja a un lado sus ansiedades y urgencias para prestar atención, para regalar una sonrisa, para decir una palabra que estimule, para posibilitar un espacio de escucha en medio de tanta indiferencia.

Me pregunto y te pregunto:
  • ¿Están teñidas mis relaciones diarias de agresividad o de amabilidad? ¿Qué hace que sea de una u otra forma?
  • ¿Es realmente un milagro en mi entorno que haya personas amables? ¿Me he planteado seriamente que yo puedo ser ese "milagro" que echo de menos?
Y concluye el Papa:

Este esfuerzo, vivido cada día, es capaz de crear esa convivencia sana que vence las incomprensiones y previene los conflictos. El cultivo de la amabilidad no es un detalle menor ni una actitud superficial o burguesa. Puesto que supone valoración y respeto, cuando se hace cultura en una sociedad transfigura profundamente el estilo de vida, las relaciones sociales, el modo de debatir y de confrontar ideas. Facilita la búsqueda de consensos y abre caminos donde la exasperación destruye los puentes.

Me pregunto y te pregunto:
  • Entendida así, ¿Podemos pensar en la amabilidad como una opción ética también?
  • ¿Qué puedes tú hacer desde tu lugar como educador/a para favorecer una educación amable?
  • ¿Qué ámbitos de tu vida cotidiana están realmente necesitados de esa opción clara por la amabilidad?
  • ¿Crees que podemos trabajar por crear una "cultura de la amabilidad"? ¿Cómo?

Sea como sea, yo me apunto a esta AMABLE REVOLUCIÓN 





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