La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

sábado, 25 de junio de 2011

¡ALEGRÍA!

¡Qué mágnífico el Circo del Sol! ALEGRÍA... mezclada con tristeza, acompañada de algo de locura y de un grito que anhela VIDA. En el corazón pueden convivir paz y rabia, cordura y locura, alegría y tristeza. Es hermosa esta complejidad del ser humano... Sí, es hermosa... Hoy me enternece y admira esta complejidad nuestra.

La vida que se nos regala es la oportunidad para reconciliar los opuestos, para descorrer los velos que opacan nuestra mirada. La Vida...¡qué hermoso don! Maravilloso circo en el que cada uno tiene una acrobacia a realizar, un trapecio del que soltarse para dejarse recoger, una sonrisa que provocar con nariz de payaso, un truco mágico que dejará a alguien con la boca abierta, alguna fiera a la que domar, mil canciones por cantar y tantos aplausos por recibir.

¡ALEGRÍA! con todo y a pesar de todo...¡ALEGRÍA!

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