María de Nazaret se hace receptáculo de algo mayor que ella misma pero que desea encarnarse en ella: el Verbo, Dios. María recibe una experiencia, una palabra que trastoca su vida preñándola de Luz. Todo adquiere sentido a la luz de lo experimentado.
María sale al Encuentro: Isabel está en cinta. Hay más huellas de Dios y una ayuda que prestar.
Y María se puso en camino hacia Ain Karem... ¡Valiente, María! ¡Animosa María! ¡Dulce María! ¡Llena de Gracia, agraciada! Jaire, Kejaritomene!!
Acontece el Encuentro. Se da el Reconocimento. Brota la Alabanza, nace la Poesía: ¡Mi Alma Engrandece al Señor y se Alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador!
¡Qué momento más sublime en la historia de la Humanidad! La Visitación: Dos mujeres, en medio de un mundo patriarcal, en medio de un mundo de leyes que las atan y juzgan, elevan el vuelo al toque de Dios. Tiempo de Libertad y Canto. Así es Lo Femenino, independiente de si se manifiesta en una varón o en una mujer.
Lo Femenino salvará al mundo. Lo Femenino me ha salvado a mí tantas veces... Existen las visitas... y existen LAS VISITACIONES.
Marisa... hermana y amiga. Gracias por tu Visitación: "Se puso Marisa en camino hacia donde vivía Elena... Dejó exámenes, hijos y marido, y fue a verla, a abrazarla, a llevarle consuelo y risas. Y brotó, poco a poco, la paz, y brotó Dios... Vasos comunicantes"
Y mi corazón sigue siendo visitado: Josean, Eva, Raúl, Amaia, Gabriel, Chuni, Oriol, Miriam, Emilio, José Ángel, Mª Antonia y Toni... Nombres, rostros, presencias que dejan mi vida llena de caricias, de luz, de retos, de sorpresas, de llamadas...
4 comentarios:
Escribe el poeta libanés Khalil Gibran :" En el rocío de las pequeñas cosas el corazón encuentra su mañana y toma su frescura".
¡Qué enorme privilegio poder visitar un corazón tan grande!
Un millón de gracias, Elena
Amaia
Se lo debo…., porqué me hace bien y mucho de lo que escribo forma parte de su esencia. Una esencia y presencia que tengo la fortuna de acoger porqué -inteligentemente- he sabido ver.
He vuelto a Barcelona, después de pasar un día y medio con la amiga. ¿Quién iba a decirme a mí, que en mi escucha y su habla: todo fluye, queda y pasa? Su voz…, y la claridad. Su lucidez…, y el primer paso a seguir. Después le seguirán muchos otros.
Y sí, no encuentro palabras que la describan porqué esas palabras: son muchas, son hermosas, son grandes y son cercanas. La emoción que se asienta cuando estoy cerca y ella; me impregna. Inmensamente afortunada, así me siento…, ella en mis ojos, en mi luz, en mi desierto.
He vuelvo a Barcelona -desde Vitoria- Y me pregunto: ¿quién ha ayudado a quién? Un minuto y unas risas, dos y mil lágrimas, tres y la certeza de que nunca nadie cómo ella. Emociones a flor de piel que florecen y embellecen mi jardín. ¡Y me gusta! Así que sigue siendo lo que eres…, la hermana que nunca he tenido y que ahora me acompaña, la amiga por excelencia que se mueve, se re-descubre y me re-inventa…, en cada dolor y alegría, en cada encuentro. Y sí -todavía hoy- me asombra y me vuelve loca…, su inteligencia-ingenuidad, genio-dulzura, seguridad-incerteza...-Y me hace bien.Fluimos y nos hacemos bien (como dice ella)
Así que gracias, porqué cuando siento que Dios se aleja y ya no es presencia…, él; me habla, me acoge y me abraza, desde tus ojos y tu limpia mirada.
Y sí, mi querido Dios, te siento cerca a través de ella y ése…, es mi privilegio.
Gracias por ser presencia y esencia en mi vida, Elena.
Marisa
PD: ¡y sí, sonrojate!
PD: quisiera tener un gesto con Amaia. Me encanta tu acogida, tu cariño y cercania. Una nueva luz en Vitoria y en el camino de Elena. Te miro des de sus ojos..., y me gusta-)? ¡Gracias, Amaia!
MArisa y Amaia:
Os respondo a las dos porque las dos formáis parte de un mismo cauce de amor, de ternura hecha mil detalles, de cariño, de generosidad... GRACIAS.
¿Qué puedo decir? COmo dice el salmista "tanto saber me sobrepasa, es sublime y no lo abarco"... Tanto amor me sobrepasa, no sé ya qué decir. Desde mi frágil fuerza, desde mi segura incerteza, desde mis luces y mis sombras os doy las gracias a cada una, una gracias que nace de mis entrañas, no de mi mente, sino desde más allá de mí. Un gracias que no alcanz<a a decir nada de lo que desearía saber expresar. QUizá ya sólo la mirada, ya sólo la sonrisa y un abrazo pueda expresar lo que hacéis nacer en mí.
En medio de mi camino por entre las sombras de mi vida, estáis vosotras como lucecitas, como un vasito de agua pura y fresca y me devolvéis el contorno de mi ser.
GRacias, Amaia... GRacias MArisa.
Querida Elena y (aunque aún no nos conocemos) querida Marisa:
¿Qué puedo deciros?Me siento emocionada y agradecida por vuestras hermosas palabras...Marisa;yo también te miro desde los preciosos ojos de Elena, que relucen y se embellecen aún más cuando pronuncia tu nombre, y lo que veo me encanta...El pasado fin de semana el "Sol" mediterráneo llenó de paz y de luz la casa de Elena...¡Gracias, Marisa!
Espero que podamos conocernos pronto.
Un abrazo
Amaia
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