Señor Jesucristo,
nos da
miedo gastar la vida.
Pero la
vida Tú nos la has dado para gastarla;
no se
la puede economizar en estéril egoísmo.
Gastar
la vida es trabajar por los demás,
aunque
no paguen,
hacer
un favor al que no va a devolverlo;
gastar
la vida es lanzarse aun al fracaso,
si hace
falta, sin falsas prudencias;
es
quemar las naves en bien del prójimo. (...)
Gastar
la vida
no se
hace con gestos ampulosos,
y falsa
teatralidad.
La vida
se da sencillamente,
sin
publicidad, como el agua de la vertiente,
como la
madre da el pecho a su wawa,
como el
sudor humilde del sembrador. (...)
El
futuro es un enigma,
nuestro
camino se interna en la niebla;
pero
queremos seguir dándonos,
porque
Tú estás esperando en la noche
con mil
ojos rebosando lágrimas.
(Lluís Espinal s.j.)
En memoria de Marc Vilarassau s.j. cuya vida no tuvo tiempo de gastarse del todo por los demás pero fue un canto de entrega, generosidad, belleza y sensibilidad amando y sirviendo en todo. Descanse en Paz.
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