martes, 5 de octubre de 2010
La enseñanza sin palabras
En un blog la palabra es el medio principal de comunicación. Palabra escrita que después será palabra leída (¡y ojalá sea palabra que sugiere!). Si algo está presente en nuestras vidas es la palabra, a veces, por desgracia en forma de palabrería. ¿Alguna vez has experimentado la magia de la palabra preñada de contenido? esa palabra que se lee o se escucha y se siente que llega cargada de algo diferente, que te lleva a lo profundo, que se te clava en el corazón, que te otorga la posibilidad de expresar aquello que creías inexpresable. Palabra que interroga , palabra que remueve, palabra que sosiega... Cuando en la vida se ha gozado de esa palabra es difícil conformarse con otra.
En las diferentes religiones y tradiciones de sabiduría de la humanidad encontramos ese tipo de palabra, palabra que habla de otra realidad difícil de abarcar, palabra que se hace luz e ilumina el camino hacia la Verdad. Palabra humana gestada en la experiencia interior o Palabra Revelada, reconocida como nacida en Otro que la vuelca en palabras humanas.
Pero, paradojicamente, todas esas tradiciones de sabiduría, acaban aludiendo al silencio, a la no-palabra como el lugar esencial para la iluminación interior o para el encuentro con la Vida.

Por eso hoy te propongo que, buscando un lugar y un momento de silencio esta semana, medites esta cita del Tao Te Ching (libro de ancestral sabiduría china).
Lo más débil del mundo,
cabalga sobre lo más fuerte que en el mundo hay.
Sale del no-ser,
penetra donde no hay resquicio.
De ahí conozco yo el provecho de no-actuar.
La enseñanza sin palabras,
el provecho del no-actuar,
pocas cosas en el mundo se les puede comparar.
(Tao Te Ching XLIII)
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