Todos nosotros, cada persona tiene ante sí un camino a recorrer. Se trata del camino que va desde "lo que uno ha nacido" hacia lo que uno ES. Así lo expresaba el magnífico George Moustaki: "crecer es elegir hasta convertir lo que uno ha nacido en lo que uno es". Ya en otra entrada de este blog (21 de diciembre de 2010) comenté lo que esta frase me sugería, pero hoy deseo retomarla y contemplarla a la luz de esta imagen del camino que cada uno debe recorrer.
El hecho de nacer no nos asegura nada, eso en el caso del ser humano queda bien claro. Necesitamos muchos años para poder "manejarnos" en la vida, tener un oficio y alcanzar la maestría en él, formar una familia o asumir un compromiso comunitario. Solemos pensar que todo esto es algo normal simplemente porque es lo que hace todo el mundo. Sin embargo ser uno mismo plenamente, desarrollar al máximo todas nuestras capacidades físicas, mentales, emocionales y espirituales es una labor de titanes y es ese precisamente el "quid" de la cuestión que hoy reflexiono con vosotros/as.
La mejor manera de explicar lo que hoy resuena en mí sería copiar aquí el mito de la Caverna de Platón (qué triste pensar que si nuestro sistema educativo sigue por donde va tendremos generaciones de personas que no tendrán ni idea de esta ni de otras geniales obras del pensamiento humano). Para quienes lo recordéis os propongo imaginar hoy que esas personas encerradas en la caverna no contemplan en una pared sombras ante sí. Imaginemos que la cueva o caverna que propone Platón hoy sería una cómoda casa o piso y en él personas sentadas en su sofá viendo día tras día la TV, mirando su tablet, móvil u ordenador y creyendo que esa es la vida real: lo que esos medios dicen, las imágenes que en ellos se proyectan, las ideas que allí se proponen... Podría ser también un bar con una super pantalla para ver el fútbol o un cine.
Hoy seguimos encerrados en cavernas y creyendo que las sombras que en sus paredes se proyectan son toda la realidad existente. Seguimos creyendo que lo que pensamos sobre lo que sucede es lo que sucede, seguimos pensando que podemos encerrar la Vida en parámetros mentales y verbales. Sí, aún somos en el siglos XXI seres prisioneros y dormidos.
Pero la Vida se nos da como oportunidad para desplegarnos. La Vida, algo que nadie ha pedido para sí, una vez en camino no puede estancarse. Quedarse quieto es morir. Creer que uno ya lo sabe todo es morir. Pretender que la Vida sólo tiene una única lectura e interpretación es morir, es apretar más y más las cadenas que nos aprisionan y que nos impiden ver la Luz que hay tras todas las atrayentes sombras que nos entretienen.
Hoy, como en otra épocas de la Historia, la banalidad sigue siendo la enfermedad del ser humano. La banalización es una práctica manera de no asumir el riesgo de Ser, una forma de no tomar mi vida en mis manos y llevarla hasta el máximo de sus posibilidades. En una cultura de la banalidad la atención al Ser pleno no es contemplado como posible objetivo de la vida de una persona y si en algún momento lo es queda desestimado en pro de la atención a lo que las "sombras" nos dicen que es lo verdadero y que demasiadas veces está tan alejado de lo profundo y tan unido a lo superficial. ¡Qué facilidad tiene nuestro "modus vivendi" occidental para distraernos de lo esencial y hacernos vivir la vida como un espectáculo!
Así que, sí, puede ser que muchos de nosotros/as a ojos de la sociedad parezcamos personas muy desarrolladas, responsables, competentes, pero podemos estar absolutamente muertos por dentro, o dormidos o ser unos totales analfabetos del sentido de la Vida. Así, miles, millones de caminos vitales quedan a medio recorrer. Estancados en las primeras etapas vitales, no pocas personas, creen haber llegado ya al máximo de sus posibilidades conformándose con la versión mediocre de ellos/as mismos/as.
Pero la llamada sigue resonando: "¡VE MÁS ALLÁ!". ¡Sal de la prisión y atrévete a mirar la Luz de toda luz! En ella brilla lo que tú eres, tu verdadera identidad. No has venido a este mundo a vivir dormido o medio despierto. La Vida te ha sido regalada, ahora...¡LEVÁNTATE Y RECORRE TU CAMINO!"
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