La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

lunes, 31 de agosto de 2020

Dar el "do de pecho" . Las asignaturas

 Me siento hoy ante el ordenador para, en el último día del mes vacacional por excelencia,compartir lo que se me mueve en los adentros en la vuelta al cole.

Reconozco que, junto a la normal pereza de regresar a la pantalla y el teclado, se mueve en mí un sentimiento de gran perplejidad por todo lo vivido, escuchado, sentido tras el confinamiento y hasta este momento.


Mañana, oficialmente (en realidad llevan ya varios días reuniéndose en los centros y retomando la labor en casa), los profesores y profesoras de los colegios de este país, atravesarán los umbrales de entrada a sus centros con la palabra INCERTIDUMBRE grabada a fuego en sus corazones, en sus emociones, en las paredes del colegio, en sus programaciones. Nunca retomar el curso escolar fue tan complejo, duro y denso como este curso 2020-21. Nunca tampoco, tan lleno de posibilidades para "ir más allá"  y dar un auténtico "do de pecho" educativo.

Cuando nos confinaron dentro de nuestras casas, sentí con toda sinceridad que aquellos días que fueron muchos más de los que creíamos en un inicio, nos mejorarían como individuops y sociedad. Lo creí. Luego, llegó el desconfinamiento y salió a la calle lo que llevábamos dentro: quien escuchó y se dejó encontrar por la Vida en la cuarentena, salió con otro tono vital. Quien no lo hizo salió igual y, permitidme el juicio, quizá incluso peor. 

No me refiero aquí a los afectados directamente por el latigazo del virus coronado: enfermedad propia o de un ser querido, pérdida del trabajo, ERTE, secuelas post-COVID en el cuerpo y un largo etcétera de situaciones durísimas. Sólo me refiero a quienes, no habiendo sufrido nada más que incomodidades, aún así nos quejamos, nos venimos abajo, nos volvemos seres cabreados y hasta pseudorevolucionarios proclamando que todo esto es una confabulación "judeo-masónica" como diría algún personaje del gran Forges (¡qué bien nos irían en este momento sus viñetas de sabiduría sonriente...!).

En fin, lo que quiero decir es que, contemplando el panorama nacional y sintiendo la vibración general social y política, nuestros profes queridos están como nunca llamados/as a DAR EL DO DE PECHO.

¿Por qué lo digo? Ahí van algunas apreciaciones que iré compartiendo en pequeñas dósis a lo largo de estos primeros días de curso:

  1. Los profesores/as retoman sus asignaturas con el mensaje de que se debe seguir apuntando a la famosa "excelencia educativa" (lo ha reiterado hasta la saciedad la señora Celaá, ministra de Educación) en una situación mundial y local que apunta hacia escenarios diferentes que no se puede saber si serán o no, ni cuando ni cómo. 
    • Se insta a los educadores/as a tener organizado y programado el desarrollo curricular y competencial para el modelo presencial y para el modelo de enseñanza on line, e incluso, para los dos a la vez dado que puede haber alumnos que hagan unos días presenciales y otros desde casa. Todo ello, con el mismo número de docentes de siempre en la mayoría de los centros escolares. Todo ello con, supuestamente, el mismo número de horas lectivas y de liberación y permanencia pero, evidentemente, trabajando muchas más horas como ya sucedió en el último trimestre del curso pasado. Muchas horas de trabajo "extra" porque dentro del horario laboral es imposible recrear casi sobre la marcha tu asignatura o asignaturas (sí, muchos profesores no imparten una sola asignatura sino varias, hay quien lo olvida) y además hacerlo creando itinerarios aptos para el aula y para el ordenador sumando a todo ello las obligatorias adaptaciones curriculares para algunos alumnos/as. Además, en las clases presenciales, debe tenerse en cuenta el gran cambio que suponen la distancia interpersonal, la mascarilla, el lavado de manos cinco veces al día y la ventilación del aula cada hora durante unos diez minutos mínimo (¿imagináis lo que será ventilar así en invierno, pongamos por caso, en un Burgos nevado o en la blanca Vitoria?) 

    • Me permito un ejemplo para ilustrar la complejidad añadida que deberán afrontar nuestros educadores/as: la asignatura de Educación Física (que ha demostrado su importancia durante el confinamiento ¿o no?) deberá impartirse con mascarilla y distancia: ¿cómo? Estoy deseando hablar con los amigos y amigas que imparten esta asignatura y comprobar como,una vez más, nos dejarán con la boca abierta ante su creatividad y capacidad de "dar el do de pecho" en esta "ópera bufa" del nulo acompañamiento y sostén por parte de los señores y señoras ministros y adláteres.
      • Además, según me dicen, ¡no pueden ducharse tras el ejercicio físico!. Esto supone o bien optar por una clase de Educación Física poco física para evitar el sudor, o bien acoger en el centro escolar más "perfumes" de los que suele haber en un aula o bien cambiar el horario de todo el  mundo para que la clase de EF sea siempre a última hora del día y así cada alumno se lleve sus aromas a su casa.
Por hoy lo dejo aquí. Te invito a ti que lees esta entrada a seguir ejemplificando como puede ser el desarrollo de la Educación Musical. Imaginar también como llevar a cabo el aprendizaje cooperativo manteniendo la distancia de metro y medio y, dado que es  "mi" especialidad, cómo articular la Educación de la Interioridad sin tocarse, con mascarilla... (en este sentido ya comencé en el mes de julio pasado a compartir propuestas a través del curso on line "pioneros de un mundo inédito")

En la siguiente entrada abordaré otros ámbitos de la vida escolar. Todo ello para visibilizar esa deliciosa complejidad que se mueve dentro de cada colegio y que sólo conoce, disfruta y padece, quien vive a pie  de aula y de patio y de pasillo. Lo hago porque estoy convencida y lo repetiré en cada entrada, de que nuestros educadores/as van a dar el "do de pecho" y yo, estaré ahí para aplaudirlo.

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