La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

domingo, 10 de abril de 2022

Creer en Cristo... Seguir a Jesús

El domingo de Ramos siempre me provoca una profunda emoción. Me lleva siempre a situarme en ese momento, entre quienes aclamaron a Jesús ¿serían pocos? ¿serían muchos? No lo sé, pero muchos o pocos seguro que habría todo tipo de motivaciones para estar allí en ese momento: deseos de conocer a ese joven rabino del que dicen todo tipo de cosas, habría miradas curiosas, habría quien se vio en medio de las aclamaciones casi por casualidad, alguno habría allí con experiencia de haber sido mirado o curado por Jesús o de haberle escuchado...

El caso, es que me imagino allí, y me pregunto cuál hubiera sido mi forma de mirar a Jesús ¿Curiosidad, admiración, incredulidad, atracción...? ¿Hubiera yo podido captar algo, sentir algo de lo que Jesús transmitía, de lo que portaba en su corazón? ¿Quizá mi mirada se habría quedado en la superficie o habría sabido yo ver más allá?

No lo sé, porque la cuestión es que yo miro a Jesús, el maestro de Nazaret, desde la experiencia del Cristo. Miro a Jesús desde la fe en Cristo. Miro a Jesús desde mis parámetros de mujer occidental del siglo XX-XXI. Miro a Jesús desde lo que de él me ha transmitido la iglesia en la que he crecido, desde  mi formación teológica... Hay muchos filtros, muchísimos... ¿Quizá tanto filtro me impide VER?

En los evangelios, hay muchos pasajes en los que, en torno a la persona de Jesús, se generan discusiones, controversias, se preguntan unos quién es él, se escandalizan otros porque cura en sábado, no pueden creer que de Nazaret pueda salir un profeta, etc.

Y, hoy, tantos siglos después, la persona de Jesús sigue creando controversias incluso dentro del grupo de quienes nos decimos sus seguidores. 

La huella de libertad absoluta dejada por el Jesús histórico ha dejado una estela que hace que quienes decimos creer en él como el Cristo, el Hijo de Dios, el Mesías, nos sintamos incómodos con su concreción histórica.

A veces, es más fácil aclamar al Cristo, que seguir a Jesús.

Por eso, en esta semana a la que calificamos de santa, siempre siento el deseo de ir más allá en mi comprensión de Jesús, de mirar más profundo, de dejarme quitar tanto filtro y poder acceder, aunque sea por un instante, a un poquito de la frescura de Jesús, genuinamente él... Para ello, me ayuda situarme en el texto evangélico con aquel "como si presente me hallare" ignaciano.... Pero incluso contemplando así,  sé que aplico mis propios filtros, psicológicos y culturales, aunque también percibo que, de Pascua en Pascua, y son ya años, el Espíritu me va permitiendo ver un poquito más, un poquito mejor. Cada año, la Pascua, se me hace nueva, me ofrece visiones renovadas de mi fe... O eso quiero creer.

Pero hoy ha resonado fuerte en mi interior que nada de lo que yo piense o sepa, o crea del Jesús histórico sirve de nada si yo , en mi historia concreta, no actúo al modo de Jesús, si yo no vivo su fidelidad a Dios y a los hombres y mujeres, mis hermanos.


Hoy, al escuchar el evangelio, me ha estremecido sentirme yo mirada por ese Jesús que entra en Jerusalén y leer en esa mirada una invitación seria, clara  a "ser o no ser", a seguirle o no. No valen medias tintas. El camino es claro, las opciones del Hijo de Dios aún más.

Por eso... Me resonaba dentro que sí, que quizá es más fácil creer en el Cristo que seguir al Jesús histórico.

Mi gran esperanza, si esto es así en mí, es que el Espíritu me dé la fuerza y el empuje que no encuentro en mi interior y ahí, sí, entonces sí, busco el encuentro tú a tú con el Cristo interior.

 



5 comentarios:

Unknown dijo...

Conmovedor..me llega..me toca..me interpreta...tambien me paro frente a jesus, que sobrepasa mi capacidad de comprension..que va y viene que me acerco y me alejo..siento que solo lo puedo alcanzar en la intimidad de mi ser de mi alma...en paz en silencio..en tranquilidad..observando el mundo..el universo..en la sonrisa en la mirada del hermano no puedo verlo en la cruz crucificado...la iglesia catolica ha fallado tanto..ha manipulado tanto..se ha alejado del evangelio y del mensaje de jesus tanto..pero jesus sigue ahi tal cual tal como cuando vino a compartir nuestea vida gace mas de 2mil años y ese jesus si me inspira y me invita.

luisa dijo...

La mirada de Jesús, tan pura, tan limpia, tan serena. Que me lee por dentro y me conoce mejor que yo misma. Que me ama tanto y me perdona más aún. Señor, no dejes nunca de mirarme y dame el valor para vivir mirándote siempre.
Gracias Elena por tu compartir.
Lili

Elena dijo...

Lili... Jesús siempre nos mira con infinito Amor. Gracias por dejarte mirar.

Elena dijo...

Gracias, "anonymus". Que Jesús nos siga emocionando y conmocionando.

Erika dijo...

Si no puedo descubrir esa mirada profunda y amorosa de Jesús la liturgia de la semana pierde sentido... por hoy sólo pido, permanecer junto a Jesús...gracias Elena por la reflexión