La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

jueves, 14 de abril de 2022

Y comenzó la revolución de la toalla


Se levantó de la mesa,

caminaba con esa armonía suya,

firme y suave a la vez.

Entre sus manos tomó una toalla y una jofaina,

se ciñó la toalla, lo hizo como la mujer que se apresta a lavar a su niño,

a preparar la comida, a limpiar la casa;

como el labrador que se prepara para recoger la mies,

como el pescador que recoge la red...

En él, en cada uno de sus gestos,

se recapitulaba la faena de cada día,

de cada hombre, de cada mujer.

Se acercó y se arrodilló

y el mundo entero quedó en suspenso

porque nunca nadie vio

a dios alguno

arrodillarse a los pies de su criatura.

Y de nuevo, en ese joven hombre de Nazaret,

Dios escribió una página nueva

haciéndolo todo nuevo

como aquella noche en Belén

cuando lloró un Niño en brazos de un hombre y de una mujer

y Dios iluminaba la noche en él.

Sus manos de sanador y amigo, manos que acariciaban a los niños,

tomaron con delicadeza los pies ajados, sucios y cansados

de unos hombres espantados

que no podían dar crédito a lo que se les revelaba

en aquel hombre, en aquel hacer...

Lavó los pies, los acarició, 

reconoció en cada uno de ellos el camino de la Humanidad,

su torpeza y necedad,

su pureza y su esperanza.

Lavó los pies con amor,

con sencillez, sin alharacas, ni poses,

sin más explicaciones que las necesarias: "Si no os dejáis lavar los pies, no podéis ser mis discípulos"

Así, en un joven hombre arrodillado, Dios encarnado,

COMENZÓ LA REVOLUCIÓN DE LA TOALLA.

ELENA ANDRÉS SUÁREZ

1 comentario:

Teresa Canals Duran dijo...

Gracies Elena, ens dona una gran lliço de humilitat..!