La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

sábado, 16 de octubre de 2010

La realidad y la realidad virtual

Si a los 15 años me hubieran dicho que con 42 estaría publicando pensamientos en un blog no hubiera  sabido de qué me hablaban, claro que en aquel momento los ordenadores nisiquiera formaban parte de mi vida. Parece mentira la forma en la que en pocos años la tecnología ha pasado a formar parte irrenunciable de nuestro día a día, aunque algunos aún nos resistamos a darle ese lugar y esquivemos su irrenunciabilidad como podemos...

El hecho es que, a través de los ordenadores, ha llegado a nuestras vidas otra realidad, la realidad virtual. Resulta paradójico que algo virtual califique la realidad... Algo que existe pero no en esta realidad. Curioso, esto último podria servir para definir también el mundo subatómico o...incluso para intentar definir lo espiritual, existen pero no en esta realidad conocida, la realidad que nos es familiar...

Con todo, ese mundo virtual de los ordenadores, de internet, no es real, incluso está lleno de mentiras; perfiles falsos en internet para enmascarar a pedófilos, retoques que generan mujeres que no existen, perfiles en facebook con 500 personas catalogadas como "amigos" ¿creíble? En cambio el mundo subatómico por más invisible que resulte para las personas de a pie, existe, está ahí, en cada trozo de materia y lo mismo el mundo espiritual, real aunque perteneciente a una esfera de la realidad difícil de explicar con palabras, pero tan real  para muchos de nosotros como el mundo cuántico.

En cambio lo que puede cargar de realidad ese mundo virtual es el hecho de que se convierta en fiel transmisor lo que acontece en la única realidad en la que vale la pena invertir energías: la vida.

Algo así ha sucedido con el drama del derrumbe de la mina chilena y el rescate de los mineros. Ese es el mundo real, que  no engaña, es lo que es. Gracias a internet, millones de personas han podido seguir esos acontecimientos en tiempo real (tiempo-real). El mundo real llama continuamente a nuestras puertas en forma de pateras, de fracaso escolar, de mujeres maltratadas, de mafias que trafican con  niños, con mujeres... El mundo real ofrece oportunidades para que se manifieste lo mejor del ser humano cuando éste se implica en el cambio de la cara oscura de la vida. Lo virtual descubre su potencial cuando se convierte en "voz" e "imagen" de los que no tienen voz ni imagen en la vida política y económica.

Yo no quiero ser virtual, por más que estas palabras que ahora escribo, pasen a formar parte de ese mundo. Yo quiero ser real y vivir la única realidad, esta que lleva en su seno el latido de la Trascendencia.

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